Ť El consumo per capita en México, similar al de otros países miembros de la OCDE
Desperdicio de 40% de agua por fugas; sólo la mitad de los usuarios la pagan
Ť El 83% del líquido se destina a la agricultura, indica un análisis del Cespedes Ť Prevé que en 2020 se requerirá inversión de 3 mil mdd para garantizar la manutención del recurso hidráulico
ANGELICA ENCISO L.
El 40 por ciento del agua se desperdicia por fugas en la infraestructura de distribución del país; de 60 por ciento de usuarios que gozan de ese servicio, sólo la mitad lo paga.
A la pérdida del líquido por las deficiencias
en la infraestructura, se suma que existe un número creciente de
regiones que presentan grandes problemas por escasez. Hay grandes disparidades
en la oferta y desequilibrios regionales en la demanda. Mientras en el
sureste se presenta 70 por ciento de la precipitación pluvial, el
norte carece de agua.
La demanda nacional del líquido es de 190 kilómetros
cúbicos anuales, en tanto la oferta es de 473 kilómetros
cúbicos anuales, pero el consumo anual per capita es de 780
metros cúbicos, similar al promedio de las naciones de la OCDE,
indica un análisis del Centro de Estudios del Sector Privado para
el Desarrollo Sustentable (Cespedes).
Precisa que la industria consume 3 por ciento del agua; el suministro público, 12 por ciento; la acuacultura, 2 por ciento, y la agricultura, 83 por ciento.
De esos sectores, el que menos recuperación del líquido aporta es la agricultura, ya que genera 62 por ciento del total de aguas residuales y no reciben ningún tipo de tratamiento.
Otro problema del líquido es que en 29 de las 37 regiones hidrológicas no existe una categoría aceptable en la calidad del agua.
El documento establece que en 15 cuencas se concentra 89 por ciento de la demanda bioquímica de oxígeno, lo que ocasiona una fuerte contaminación. Además, casi 50 por ciento de esa demanda se ubica en las cuencas de los ríos Pánuco, Lerma, San Juan y Balsas.
Un caso que considera preocupante es el de las descargas en el mar de Cortés, ya que en Sonora y Sinaloa hay grandes zonas de irrigación para producción agrícola. En esas entidades las aguas de retorno provocadas por esa actividad llegan al mar de Cortés y sus lagunas costeras, por lo que se convierten en grandes receptoras de agroquímicos.
El Golfo de México es otro mar severamente afectado por las descargas de aguas municipales. Cerca del puerto de Veracruz, el crecimiento de los arrecifes y la cobertura de tejido vivo coralino han sido dañados.
Con las condiciones en que se encuentran actualmente los recursos hidráulicos, se prevé que para el 2020 se requerirá una inversión adicional para cubrir las necesidades del líquido de alrededor de 3 mil millones de dólares, más un gasto de operación anual estimado en 2 mil millones de dólares, en caso de que se dé tratamiento secundario a lodos activados y cloración.
Hay serios problemas para obtener líquido suficiente, pues en 115 acuíferos el bombeo excede la recarga natural anual, lo que provoca que los niveles de los pozos de extracción disminuyan dos metros cada año.