LUNES Ť 29 Ť ENERO Ť 2001

Ť Se buscó ocultar el fondo del asesinato del conductor, dice el psicólogo Gabriel Araujo

Cortina de humo, la saturación de mensajes de tv sobre el caso Stanley

Ť La empresa que lo empleaba se convirtió en tribunal al atacar sistemáticamente a autoridades

Ť Advierte sobre los riesgos de convertir los procesos judiciales en meros espectáculos

BERTHA TERESA RAMIREZ

Gabriel Araujo, psicólogo social miembro del Programa Interinstitucional de Violencia Social, integrado por académicos de la UAM y UNAM, señaló que la línea de " histeria" y espectáculo con la que se manejó el proceso judicial contra los presuntos implicados en el caso Stanley, por medio de la televisión, provocó una saturación de mensajes hacia el público que resultó incluso adverso a la credibilidad para la televisora en la que trabajaba el ex conductor.

El académico dijo que la cobertura del caso por parte de la empresa que empleaba al conductor dejó claro que esa televisora "se convirtió en un tribunal, atacó sistemáticamente a las instituciones encargadas de realizar las investigaciones y tendió una cortina de humo en torno al asesinato de su conductor".

Tras advertir sobre los riesgos de convertir los procesos judiciales en meros espectáculos de televisión con "buenos y malos", el académico argumentó que "al no ofrecer una investigación periodística que cuestionara quien mató a Stanley, la televisora intentó crear una imagen de inocencia y culpabilidad amparada en una presunta defensa de la sociedad, cuando ellos no son defensores de la sociedad en su conjunto sino de un grupo social" .
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Señaló que dada la saturación de mensajes de ataque hacia las autoridades, "el público comenzó a desconfiar de los mensajes de la televisora, pero a pesar de ello insistieron en hablar a nombre de nosotros (la sociedad) para llevar agua a su molino convirtiendo en víctimas de un sistema de injusticia que deriva de un gobierno al que obviamente tratan de atacar".

Indicó que "con una cortina de humo ocultaron el fondo que era el asesinato de alguien que seguramente tiene una serie de redes, y esas redes tienen que ver con ellos mismos. Esta vez la justicia les dio la razón, también es una responsabilidad de quien la aplica, pero es que no hay verdad jurídica sin pruebas".

La información presentada por la televisora trascendió el ámbito policiaco. "El problema no era si los implicados eran o no culpables, sino que hacernos creer que ellos son la justicia; sin embargo, ellos sólo son defensores de un sector determinado y de una imagen que es la de ellos mismos".

El especiañista agregó que "éstos no reflejan una realidad, construyen verdades, son sujetos políticos que van aprovechándose del lugar y la tecnología con la que cuentan y de una falta de cultura política de millones de mexicanos, esta línea nos lleva a una práctica informativa "idiota, irreflexiva" y sin posibilidades de discrepancia".

No obstante, el psicólogo advirtió que "la gente ha tenido una respuesta ante la saturación de mensajes y es que está dejando de creer en los medios".

Indicó que en este escenario no basta el raiting como el gran poder capaz de influir en la sociedad, también queda la posibilidad de que la gente no quiera seguir creyendo en lo que dicen, "los seres humanos no somos confortables por lo que hace la televisión, afortunadamente tenemos capacidad de respuesta y aunado a ello existen otros medios televisivos que también están demostrando que tienen capacidad de respuesta, como es el canal 40 o los noticiarios de Ricardo Rocha".