LUNES Ť 29 Ť ENERO Ť 2001
Ť Jorge Ruiz Dueñas publica un libro sobre el tema

El derecho a la cultura debe ser plasmado en la Constitución

Ť Es necesario evitar duplicidades, burocracias o sistemas clientelares que provocan estancamiento, advierte el poeta

MIRYAM AUDIFFRED

Jorge Ruiz Dueñas, poeta, narrador e investigador, asegura que ha llegado el tiempo de modernizar el sector oficial de la cultura, y plantea lograr un equilibrio entre lo administrativo y lo social para evitar duplicidades, burocracias o sistemas clientelares que generan estancamiento.

Premio Xavier Villaurrutia 1997, Ruiz Dueñas (1946) compara las instituciones mexicanas con organismos extranjeros; muestra datos y estadísticas sobre el avance o el deterioro nacional porque, opina, "el ámbito cultural debe dejar de ser el sector más frágil de los países en vías de desarrollo".

due–as-ruiz-entrevista-4Cultura, ¿para qué? es su más reciente aportación al debate sobre el destino de la política del país en el rubro. Acaba de aparecer en las librerías de la ciudad de México bajo el sello de Editorial Océano.

En sus páginas se plantean, entre otros muchos asuntos, que el derecho a la cultura debe ser una obligación del Estado, plasmada en la Constitución, y no un gesto de buena voluntad.

Es autor de 16 obras de carácter académico y 15 de creación literaria. El talón de Aquiles del sistema mexicano está en la leyes que rigen la materia, asevera.

"Los cuerpos normativos manifiestan diversos problemas de técnica y sistemática jurídicas y no son infrecuentes las normas contrarias y contradictorias. Impera la tendencia a la dispersión, y son comunes las legislaciones con reglamentación deficiente, insuficiente o contraria."

El nuevo texto de este funcionario del Fondo de Cultura Económica es una reflexión sobre la conformación de la identidad nacional en el contexto multicultural de México, una revisión de las características del sector en los países de la región latinoamericana y un análisis del desarrollo de las políticas culturales en diversos periodos, sobre todo en relación con el financiamiento.

La propuesta es un nuevo discurso cultural, "inclusivo del Estado y la sociedad civil", capaz de eludir el "dirigismo estatal". Es una llamada de atención sobre la necesidad de establecer un sistema nacional y latinoamericano destinado al registro estadístico del sector.

Propone destinar al sector uno por ciento del gasto programable

"Las limitaciones de este estudio ?aclara el también Premio Nacional de Periodismo en divulgación cultural? las determinan el rezago de la información internacional y el sigilo con que se guardan ciertos datos de las instituciones nacionales".

Asegura que las políticas culturales de los dos últimos sexenios tuvieron como hilo conductor la exaltación del pasado, versus la apertura hacia el presente y el futuro.

Por ello, afirma, es necesario reconocer el papel económico del sector en la región latinoamericana y "hacer uso del sistema fiscal para impulsar la cultura".

Retomando datos del investigador Néstor García Canclini añade que, por ejemplo, en Estados Unidos el ámbito cultural representa ?sobre todo por la producción y exportación audiovisual? 6 por ciento del producto interno bruto, y emplea a 1.3 millones de personas.

Respecto a México, el creador de Tiempo de ballenas declara que el comercio de bienes culturales significó, en 1991, mil 870 millones de dólares.

"En cuanto a la composición del comercio de bienes culturales, entre 1990 y 1999 hubo una preminencia del ámbito musical, pero no muy distante de los libros y folletos, el cine, la fotografía, la radio y la televisión. Las artes visuales, los periódicos y las revistas resultan ser bienes rezagados".

Dice que no se requiere la creación de una secretaría de cultura para impulsar el desarrollo de este sector. De hecho, le parece una "ingenuidad" pensar que la existencia de una dependencia de ese nivel garantizará mayores recursos.

"El Estado tendrá que reconocer al sector con hechos, es decir, aumentando el presupuesto a uno por ciento del gasto programable", concluye.

Cultura, ¿para qué? reúne numerosos datos que permiten conocer el estado actual de este sector y generar propuestas alternativas.