VIERNES Ť 26 Ť ENERO Ť 2001

Ť En la cárcel soñaba con ser campeón mundial, expresa el pugilista

Ramon Leyte; del Reclusorio Norte al gimnasio

Ť Goza de libertad durante el día y se entrena para regresar al cuadrilátero
 

CARLOS HERNANDEZ

"Mi vida no ha sido tranquila", expresa serenamente, con ronca la voz, el boxeador Ramón Leyte.

Su rostro de peleador, nariz aplastada y lleno de cicatrices, avala sus palabras. Sus recuerdos se remontan entonces a su infancia en la colonia Buenos Aires, "donde hay que sobrevivir y te tienes que pelear a cada rato".

Después, las riñas callejeras lo llevaron al boxeo, donde realizó 12 peleas profesionales y mostró condiciones para llegar lejos.

ramonPero su carrera terminó el 22 de junio de 1998, cuando fue acusado de robo de auto, que finalmente terminó en acusación de desmantelamiento de vehículo robado y una condena de 10 años, que con la apelación se redujo a cinco.

Desde el 24 de junio de 98, dos días después de su detención, el peleador fue consignado al Reclusorio Norte.

Un año y 7 meses después, en enero de 2000, la vida le empezó a cambiar: recibió su libertad por externación.

Salió de prisión a las 5:30 horas de la mañana y regresa a más tardar a las 20:30 horas, de lunes a viernes.

Durante las 15 horas diarias que está en libertad, Ramón dedica algunas de ellas a tratar de tornar realidad la ilusión que mantuvo tras las rejas: subir otra vez a un cuadrilátero, y para ello entrena diariamente en el gimnasio Salvador Lutteroth.

Tiene ya la promesa de la empresa Promebox de que podrá regresar en marzo próximo, después de que no se pone los guantes desde octubre de 1997, cuando ganó por nocaut en siete rounds.

Moreno y con los cabellos parados con gel, Ramón tiene la mirada profunda y la voz lenta y ronca.

En su rostro destacan varias heridas, pero aclara que sólo dos en las cejas y una en los labios son producto del boxeo. Las otras, unas siete, "son de allá adentro y de mis broncas en la colonia".

?¿Llevas más peleas adentro de la cárcel?

?No, la verdad no han sido muchas. Cuando llegué al reclusorio me pegaron como bienvenida, pero después me fui desenvolviendo en ese ambiente y me la he podido llevar más tranquila. "Adentro uno se pelea por cualquier cosa: por hablar por teléfono, por el cambio de un peso, por lo que sea, pero en ese sentido no me ha ido mal.

"Una vez sí pude boxear con guantes, cuando llevaron un ring para unas peleas de exhibición, dice el púgil, quien en febrero cumplirá 28 años y en sus inicios ayudó a entrenar a los ex campeones Marcos Villasana y Chiquita González.

?¿A qué te dedicabas, cómo pasabas el tiempo?

?A correr, a ir a la barra (gimnasio), a vender una que otra cosa para irla pasando.

?¿En la cárcel te ilusionaba la idea de regresar al boxeo?

?Siempre tuve la ilusión de volver a pelear y más cuando veo que rivales a los que enfrenté ahora son campeones nacionales y mundiales, dice al referirse a Hugo Dianzo, actual monarca gallo y de la NABF, y a César Bazán, ex campeón ligero CMB, con quien se enfrentó en su etapa amateur.

?¿Crees que a los 28 años todavía podrás hacer algo en el boxeo?

?Cuando ingresé al profesionalismo dejé trabajo y estudios. Practico el boxeo desde los 13 años y me he dedicado a hacer ejercicio.

Tengo cualidades para destacar

"Además, no soy afecto al licor ni al cigarro y nunca me he tirado al vicio, aunque allá adentro se mueve de todo. Me queda poco tiempo, pero trabajando creo que todavía tengo cualidades para destacar. Me fui en peso gallo y regresaré en peso gallo", señala.

?Ahora que regresaste al gimnasio, ¿el pugilismo significa un desahogo?

?No lo veo así. El boxeo siempre me ha gustado y si sigo es por orgullo, no por dinero ni por fama. Mi meta es hacerla porque me gusta, pero si con el tiempo consigo algo bueno será mucho mejor. Me ilusiona ser campeón, en la cárcel lo soñaba, pero no me puedo adelantar hasta ver como es mi regreso.

?¿Qué fue lo que aprendiste en prisión y que podrías utilizar en el boxeo?

?La cárcel me hizo más fuerte moralmente, ahora pienso las cosas con mucha tranquilidad, pero no creas que tengo resentimientos, porque el daño ya está hecho.

"He reflexionado algunas cosas y llegué a la conclusión de que para lograr algo, en el boxeo y en la vida, hay que ser constantes", abunda.

?Se dice que arriba del ring el boxeador es la persona más sola del mundo ¿Te sentías más solo en el ring o en la cárcel?

?Cuando subía a un ring me sentía acompañado por mi familia y allá adentro estoy solo, pero también mi familia me ha ayudado, responde y se va a manejar un taxi, que es en lo que ocupa durante las tardes para completar el gasto para su esposa y sus dos hijos.