Ť Las madres de los desaparecidos, libro de Elizabeth Maier coeditado por La Jornada
El dolor materno, motivo de lucha
Ť Demuestra que esas agrupaciones de AL representan una novedosa forma de organización femenina
Ť ''Nosotros los parimos a ellos, pero ellos nos parieron
políticamente''
MIRYAM AUDDIFRED
"Nosotras parimos a nuestros hijos físicamente, pero políticamente ellos nos parieron a nosotras". Estas palabras de Rosario Ibarra sintetizan el sentir de varias mujeres que hicieron del dolor un grito de guerra y un motivo de lucha en diversos países de habla hispana. Pero también resumen el tema central del libro Las madres de los desaparecidos. ¿Un nuevo mito materno en América Latina?, escrito por la investigadora Elizabeth Maier, con el afán de demostrar que dichas agrupaciones representan el inicio de una forma novedosa de participación femenina en los escenarios sociopolíticos latinoamericanos.
Coeditado por La Jornada, la Universidad Autónoma Metropolitana y El Colegio de la Frontera Norte, el texto tiene como propósito fundamental la exploración del conjunto de significados del fenómeno de las madres organizadas, desde la perspectiva de género. Se trata ?en palabras de la autora? de hacer un análisis teórico de la maternidad y de generar una nueva visión de ésta.
Para lograrlo, la autora de Género femenino, pobreza rural y cultura ecológica recoge afirmaciones y comentarios de miembros del Comité Eureka de México. Con base en ellos demuestra que "más que un nuevo mito acabado, las madres de desaparecidos representan la inauguración de un proceso de enmienda de los tradicionales conceptos de maternidad; proceso que se puebla también con la resignificación implícita de la participación económica, política y social de otras madres sin desaparecidos".
No se trata de un movimiento feminista, aclara Maier. "Si bien las demandas de estas mujeres se anclan en los roles genéricos tradicionales hay muchos contenidos de la identidad materna que cambian a causa de su participación pública".
De acuerdo con la también autora de Los sandinistas y Nicaragua: la mujer en la revolución, la imagen de la madre aislada, pasiva, individualista, enclaustrada fundamentalmente en el hogar, desinteresada en la realidad social y política o en la participación cívica se sustituye por un modelo materno público, activo, politizado, participativo y colectivo.
Añade: ''la confrontación entre la madre del desaparecido y el sistema establecido también ha significado una reformulación importante de los contenidos tradicionales de la identidad materna, pues el propio atrevimiento contestatario de parte de las madres parece rescatar la fuerza del 'matripoder' del inconsciente colectivo e individual".
Nacida en Nueva York y naturalizada mexicana, Maier tiene años enfocando su trabajo a estudiar los contextos y momentos históricos en que las mujeres tienen la oportunidad de modificar su papel tradicional de género. De ahí que esta nueva obra ventile las formas en que lo materno ha cobrado múltiples sentidos en la cultura latinoamericana contemporánea mediante la revisión del mito de la maternidad y la alimentación del eterno debate sobre la "naturalidad" de esta condición femenina.
En su opinión, las madres de los desaparecidos son un "importante símbolo" de resistencia y tenacidad. "Son fundamentales para entender la lucha por el respeto a los derechos humanos y también piezas clave para lograr la democratización de un país ?concluye?. Me atrevo a asegurar que sin ellas sería imposible conseguir la democracia, pues no se pueden hacer leyes de olvido y perdón. En vez de eso debemos encarar estos crímenes de lesa humanidad y ventilar triunfos como el logrado en días recientes: tipificar el delito de desaparición forzada y modificar el Código Penal a fin de castigar a los responsables".
(Las madres de los desaparecidos. ¿Un nuevo mito materno en América Latina? se presenta hoy a las 19:30 horas en el Centro Cultural Juan Pablos, ubicado en Malitzin 199. Del Carmen, Coyoacán. Participan Rosario Ibarra, Cecilia Loria, Beatriz Schmukler, Francesca Gargallo, Carlos Figueroa y la autora)