VIERNES Ť 26 Ť ENERO Ť 2001

Ť Para involucrar al Cono Sur, EU podría aplicar acciones de la guerra fría: ONG

El Plan Colombia, proyecto contrainsurgente de alcance continental que "no dará respiro"

Ť Las preocupaciones mayores son para Brasil, ante un posible control del Amazonia

STELLA CALLONI/I CORRESPONSAL

Buenos Aires, 25 de enero. El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, se mostró eufórico el pasado día 4, cuando anunció que el año 2001 "verá el despertar de un gigante dormido". Nada más peligroso para este despertar que el Plan Colombia, que como proyecto contrainsurgente y de alcance continental no dejará respiro en guerras sucias, económicas y de presión política, todo lo que corresponde a la elaboración de la Guerra de Baja Intensidad. Para involucrar a los países del Cono Sur, dudosos o directamente opuestos a entrar en "saco de gatos" del Plan Colombia. "El gobierno de Estados Unidos puede ensayar las conspirativas acciones que desplegó a lo largo de toda la guerra fría", señala un documento de organizaciones humanitarias de Argentina.

Las preocupaciones mayores son para Brasil, ya se mencionan en ese país todas las alusiones a un control del Amazonia tanto por parte de Estados Unidos, como de Europa. Además, ese país tiene un mapa político distinto ahora con la presencia del Partido de los Trabajadores (PT) gobernando casi 200 ciudades del país, entre ellas Sao Paulo, después del triunfo en las municipales de octubre pasado, y también rige gobiernos estaduales. De la misma manera, el Movimiento de los Sin Tierras, que agrupa a millones de personas, es otro de los items que preocupa a Estados Unidos y la CIA acaba de reconocer que estos movimientos indigenistas o campesinos son el mayor desafío en los próximos tiempos, alertando desde ya sobre "la movilidad de sus dirigencias". En Brasil hay graves rezagos sociales y ha habido numerosas protestas porque el Plan Colombia obligó a desplazar tropas hacia el Amazonia, derivando hacia allí un gasto militar que no estaba en los presupuestos. Esto es sólo un panorama general.

En Chile, a su vez, una encuesta del centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CRC) determinó que 45 por ciento de los chilenos prefieren que su país ingrese al Mercosur, y 30 por ciento apoya un tratado bilateral con Estados Unidos. En cifras generales, contando un 24 por ciento que no quiso expedirse, 70 por ciento de la población elige al Mercosur como el socio natural. (La Prensa, 5-1-2001)) o la vía "lógica".

De esta manera, consideran además la posibilidad de que con una unión Mercosur-Pacto Andino no se entraría al ALCA con las manos atadas. "Una negociación Chile-Estados Unidos es absolutamente desigual. Estados Unidos posee actualmente un PIB de nueve billones de dólares, unas 130 veces más grande que la economía chilena", y ni qué hablar del desarrollo científico-tecnológico y la productividad, sostiene el analista chileno Hugo Fazio (revista Punto Final).

Gilberto Dupas, del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de San Pablo, advirtió recientemente que "una sudamérica unida en un solo bloque ascendería a más que la suma de sus partes y en consecuencia estaría en posición de insistir en negociaciones más equilibradas con el bloque comercial de Norteamérica". Todos advierten sobre la ofensiva de Estados Unidos para cerrar acuerdos bilaterales con los cuatro países "importantes" mencionados por Bush y que concentran 80 por ciento del PIB de América Latina, esto significaría la virtual desaparición del Mercosur.

Ante esta situación se han puesto en marcha diversas iniciativas llevadas adelante por instituciones humanitarias, partidos políticos, organizaciones sindicales de Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia y Uruguay. "Cuando se trata de defender sus intereses (de Estados Unidos) la vieja política del garrote de la expansión imperialista renace con nuevos bríos", señaló el analista Andrés Ruggieri.

Por esta razón y conjuntando los dos aspectos de la preanunciada política hacia la región, los mismos organismos se proponen reforzar la fuerte ofensiva política a nivel mundial para detener el Plan Colombia y las consecuencias que tendrá el mismo para toda la región, analizándolo como un plan contrainsurgente específico de la llamada Guerra de Baja Intensidad. La regionalización a la que se refirió Colin Powell suena a los oídos locales como la "vietnamización" del conflicto más allá del país andino.

Entre los elementos que marcan el apresuramiento estadunidense, Andrés Ruggieri menciona: el avance de las guerrillas colombianas, la incapacidad del ejército colombiano y sus características de represión brutal desde hace años, así como los sucesivos triunfos del ex coronel Hugo Chávez en Venezuela, la acción de éste en la Organización de Países Productores de Petróleo, la nueva Constitución y su llamada "revolución bolivariana", a lo que se une también la recuperación económica de Cuba, la devolución del canal de Panamá, y la resistencia social en Ecuador, entre otros.

"Chávez no sólo destruyó en forma total el corrupto y escandalosamente injusto sistema político tradicional de Venezuela, sino que hizo subir los precios del petróleo (Venezuela es el principal proveedor de Estados Unidos) y además este país lo trata como aliado estratégico de las guerrillas colombianas. Entonces tratan de poner el orden militar y de control porque temen que se trastoque el ya escaso equilibrio regional".