VIERNES Ť 26 Ť ENERO Ť 2001
ECONOMIA MORAL
Julio Boltvinik
El ingreso de los hogares 1994-1999
La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente
Antecedentes
EN LA ENTREGA anterior (Economía Moral, "Estructura económica y hogares", La Jornada, 12/01/01), introduje al lector a uno de los nuevos productos del INEGI: las cuentas institucionales. Analicé algunos de los nuevos elementos que aportan para el mejor conocimiento de la economía mexicana (la estructura entre la producción mercantil y no mercantil, la nueva distribución funcional del ingreso con la introducción del concepto de ingresos mixtos, y la estructura de algunos agregados macroeconómicos por sector institucional de origen). Prometí que en la siguiente entrega analizaría la composición por fuentes del ingreso de los hogares. Hoy cumplo esta promesa y, además, presento la evolución de cada uno de los principales componentes del ingreso de los hogares a lo largo del periodo 1994-1999, lo que, salvo por la omisión de 2000, permite una evaluación de la situación del conjunto de los hogares en el gobierno de Ernesto Zedillo.
Fuentes del ingreso
EN EL CUADRO 1 se presentan las fuentes del ingreso de los hogares tal como las desagregan las cuentas institucionales del INEGI1. En este sistema de cuentas se distinguen tres agregados de las percepciones de los hogares: el ingreso primario neto (IPN), el ingreso disponible neto (IDN), y el ingreso disponible ajustado neto (IDAN). El ingreso primario neto de los hogares es el que resulta de la participación de éstos y de sus miembros en las actividades productivas de la economía. El ingreso disponible neto es el que resulta de restar al ingreso primario los impuestos y contribuciones y sumar las prestaciones sociales en efectivo y las transferencias monetarias recibidas. Es decir, es el ingreso que resulta una vez que interviene el brazo fiscal del Estado que captura ingresos y los redistribuye, así como las remesas del exterior a los hogares. Por último, el ingreso disponible ajustado neto (IDAN) es el resultado de sumar al anterior concepto el valor imputado de las prestaciones sociales en especie (básicamente educación y salud). En el cuadro todos los porcentajes se han calculado respecto a este último concepto, que es el que representa un monto más alto.
ANTES DE ANALIZAR la composición de cada uno de estos agregados, conviene notar que el rubro más importante es el ingreso primario (IPN), que constituye en todos los años alrededor de 95 por ciento del IDAN. En todos los años, el ingreso disponible neto (IDN) es menor que el ingreso primario. Sin embargo, ello es debido a que las transferencias sociales en especie, que constituyen alrededor de 7.5 por ciento del IDAN, sólo se incorporan en éste, pero no en el IDN. En conjunto, la intervención del gobierno y las remesas
LAS CUATRO FUENTES principales que componen el IPN son: la remuneración de asalariados, la renta imputada de la vivienda propia (que es un ingreso virtual que se conceptualiza como excedente de operación de la actividad inmobiliaria virtual que llevan a cabo los hogares que habitan sus propias viviendas), el ingreso mixto neto (trabajo independiente apoyado con capital propio sin contratar trabajadores asalariados) y la renta de la propiedad neta. Esta última, a su vez, se descompone en intereses netos, dividendos, retiros netos de la renta de las cuasisociedades (éstas son unidades económicas que funcionan como sociedades pero que no están formalmente constituidas como tales), y el rubro "otras rentas" (formado por renta de la tierra y renta atribuida por las pólizas de seguros). En 1994, de 96 por ciento que el IPN representaba del IDAN, 89 puntos provenían de la suma de remuneración de asalariados, ingreso mixto neto y los dividendos (la fuente que abrumadoramente domina el concepto de renta de la propiedad, del que forma parte). Este grupo de rubros sufre una baja significativa de 6 puntos, terminando el periodo en 83 por ciento y explicando la baja que el IPN sufre como proporción del IDAN (de 96 a 93.2 por ciento). El otro rubro significativo del ingreso primario de los hogares es la renta imputada de la vivienda propia, que es un rubro de ingreso virtual (o si se quiere en especie) y que fluctúa entre 7.5 y un poco más de 8 por ciento del IDAN.
Evolución de las percepciones
COMO SE APRECIA en el cuadro 2, los tres conceptos agregados de ingresos de los hogares que venimos manejando (IPN, IDN e IDAN), calculados en términos per cápita y expresados como índices respecto a 1994, sufren una fuerte caída de alrededor de 15 por ciento entre 1994 y 1995 y, desde entonces, tienden a recuperarse. El IPN cierra 1999 en 102.1, mientras los otros dos terminan ligeramente por arriba de 105. Es decir, según estos datos, el conjunto de los hogares tendría en 1999 un ingreso per cápita ligeramente superior al de 19942. Si analizamos el ingreso primario (IPN), veremos que 2.1 por ciento de incremento per cápita en todo el periodo refleja una evolución desfavorable a los trabajadores: la remuneración de asalariados disminuye 6.5 por ciento, mientras los ingresos mixtos crecen 8 y las rentas de la propiedad aumentan 14.
La desvalorización del trabajo
ENTRE 1994 Y 1996 la remuneración de asalariados se desploma en términos absolutos. Como se aprecia en el cuadro 2, para 1996 la remuneración de asalariados total, expresada en términos per cápita, bajó casi 22 por ciento (de 100, en 1994, a 78.3). Aunque entre 1996 y 1999 la remuneración de asalariados crece más rápido que la población total, recuperando una parte del índice per cápita perdido, queda 6.5 por ciento por debajo del nivel de 1994. Por esta razón, como se aprecia en el cuadro 1, la remuneración de asalariados pierde 5 puntos porcentuales (baja de 45 a 40 por ciento) en su participación en el IDAN. Nótese que esta pérdida se produce entre 1994 y 1996 y que a partir de dicha fecha permanece casi constante.
El papel del fisco y de los migrantes
TANTO EL IDN como el IDAN aumentan en términos per cápita en el periodo en poco más de 5 por ciento. La diferencia de tres puntos porcentuales por arriba del IPN debe atribuirse a que tanto el mecanismo fiscal y las transferencias provenientes de fuera del país (es decir, de los trabajadores mexicanos en el exterior) fueron favorables a los hogares, los cuales pagaron por persona sustancialmente menos impuestos en 1999 (16.5 por ciento menos) y contr
Falta la dimensión distributiva
LO PRECEDENTE OFRECE signos muy claros del deterioro del nivel de ingresos en los dos primeros años del gobierno de Zedillo. Para el periodo 1996-1999 hay signos encontrados. Por una parte, la recuperación de la masa de salarios per cápita es insuficiente, pero las demás fuentes parecen apuntar a una recuperación del ingreso del conjunto de los hogares entre 1996 y 1999, que, sin embargo, supera escasamente el nivel alcanzado en 1994. La evidencia, sin embargo, es una evidencia agregada que no permite discernir si los aumentos se dieron en los hogares mejor situados o si el aumento fue generalizado. Por tanto, a pesar de su enorme utilidad, porque nos permite conocer a fondo la evolución de la situación de los hogares, la nueva información tiene que complementarse con información distributiva (proveniente de las Encuestas Nacionales de Ingresos y Gastos de los Hogares y el Censo de Población del 2000, entre otras fuentes) para poder afirmar algo sobre la evolución de la pobreza. Estas fuentes, como lo he analizado reiteradamente en este espacio, apuntan hacia un aumento de la pobreza en el conjunto del gobierno de Zedillo, a pesar de una baja moderada en los últimos cuatro años de su gobierno.
1. Las cuentas institucionales se pueden consultar en el portal electrónico del INEGI: inegi.gob.mx, donde los datos cubren de 1993 a 1999, así como en la publicación Sistema de Cuentas Nacionales de México. Cuentas por Sectores Institucionales. 1993-1998 (2 tomos) . INEGI, 2000.
2. Desde el punto de vista del nivel de vida, el indicador per cápita debería ser sustituido por el de adultos equivalentes, ya que éste refleja mejor la evolución de las necesidades en una sociedad en la cual la población crece despacio pero está envejeciendo, por lo cual aumenta la proporción de adultos y disminuye la de menores. Desde el punto de vista de las remuneraciones unitarias de los trabajadores, el indicador per cápita tendría que sustituirse por el de población ocupada. Esto, por razones de tiempo, queda pendiente.