JUEVES Ť 25 Ť ENERO Ť 2001
Ť La restructuración irá al fondo y no será sólo de paliativos, aclara Gómez

El PRD, en las encrucijadas de la relación con Fox y las alianzas electorales: Zambrano

Ť Está conjurado el fantasma de la división interna, afirma el secretario general

Ť Consejeros nacionales discutirán el viernes la línea política, principios y organización

JOSE GIL OLMOS

Sin dejar de reconocer que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) enfrenta un periodo de crisis estructural, el secretario general, Jesús Zambrano, adelantó que el Consejo Nacional que hoy comienza es una oportunidad para ''redimensionar'' al organismo surgido hace 12 años como un movimiento político popular. Sin embargo, admitió que el perredismo se encuentra ahora ante una doble encrucijada por la relación que habrá de establecer ante el gobierno de Vicente Fox y por la necesidad de formar alianzas electorales y políticas con los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).

En tanto, Pablo Gómez, responsable de los trabajos de la Comisión para la Reforma del Partido, luego de enviar los documentos que discutirán los consejeros en los cuatro días de trabajo, aseguró que la reestructuración del PRD ''irá al fondo y no será sólo de paliativos''.
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El PRD no será un ''partido bisagra'' en el Congreso de la Unión, y no estará dispuesto a ingresar en el gobierno de Fox, adelantó Gómez al tiempo de manifestarse por las alianzas electorales para enfrentar los cacicazgos del PRI en los estados.

Reunión de consejeros nacionales

Este viernes por la tarde se reunirán los consejeros nacionales del PRD para discutir cuatro puntos esenciales: línea de organización, estatutos, línea política, programa y declaración de principios. Temas que serán retomados en el Sexto Congreso Nacional a efectuarse en abril en la ciudad de Zacatecas, y con los cuales se plantea reestructurar a fondo al PRD luego del revés sufrido en las elecciones del 2 de julio pasado.

Jesús Zambrano, miembro de la comisión encargada de elaborar los anteproyectos de propuestas de cambios en el PRD, sostuvo en entrevista que la crisis del partido también es parte de la falta de un acuerdo nacional para la transición y de los desequilibrios que sufren el PRI y PAN como resultado de las últimas elecciones presidenciales.

Consideró que el panorama para su partido no es tan difícil como el de 1995, cuando se habló de fracturas y de divisiones profundas e insalvables.

''El fantasma de la división está conjurado, las condiciones para la unidad están dadas porque es más importante lo que nos une que las diferencias'', sostuvo Zambrano, sin dejar de reconocer que tras la derrota del pasado 2 de julio hubo voces de protesta que responsabilizaron tanto a la dirigente Amalia García como al candidato Cuauhtémoc Cárdenas de los resultados.

A su ver, el perredismo ha dado muestras de recuperación con las elecciones de Chiapas y Tabasco, así como en la posición tomada para ampliar el gasto social en la aprobación del presupuesto federal. Empero, acepta que el PRD pasa por un periodo difícil y que necesita tomar decisiones importantes en cuanto a definición política y organización interna.

Según Zambrano, el PRD tiene como principales tareas atender el reclamo de la base de participar en la toma de decisiones, acabar con las peleas entre las corrientes, ''redimensionar'' el modelo de partido, establecer nuevas formas de organización y mecanismos de comunicación con un millón y medio de afiliados.

Pero también enfrenta dos posiciones al parecer irreconciliables, y que se enmarcan dentro de la línea política. Por una parte, la actitud que se debe tomar ante el nuevo gobierno foxista, caracterizado como de derecha y conservador y, por la otra, la necesidad de hacer alianzas este año con el PAN y el PRI en las elecciones de algunos estados como Baja California y Yucatán.

Para el perredista ambos temas no han sido debatidos en toda su complejidad y sólo se ha caído en una serie de descalificaciones y acusaciones. Los dos temas, sostuvo Zambrano, implican una toma de posición y de definición como partido.

Explicó que sobre la relación que se debe tener con el gobierno foxista existe la corriente que propone seguir una actitud negociadora para crear las condiciones de un gobierno de transición a la democracia y que encabece la reforma del Estado. Pero también está la corriente que se manifiesta por una actitud de oposición más frontal, de menos negociaciones con un gobierno caracterizado como de derecha, para no dar pauta o la idea de querer formar un gobierno de coalición.

En cuanto a las alianzas, dijo que el PRD se enfrenta ante una disyuntiva: aliarse con Acción Nacional para terminar con el desmantelamiento del sistema de partido de Estado, o unirse al Revolucionario Institucional para no permitir el avance de la derecha panista en todo el país.

Zambrano advirtió que existen riesgos ante cualquier decisión, e incluso ante la posibilidad de que el PRD decida no hacer alianzas políticas o electorales con ningún partido y tomar el camino solo en cada uno de los procesos.

Frente a esta complejidad habló de tener la cabeza fría para ''no caer en inmediatismos producto de una visión pragmática'' y tomar las cosas con ''audacia, inteligencia y responsabilidad''.

El secretario general del PRD destacó que toda decisión que se tome deberá estar presidida por una votación mayoritaria, y la dirigencia deberá aceptar y respetar lo decidido.

Cambios importantes de organización y estructura

Pablo Gómez señaló que en los documentos elaborados por la comisión para la reforma del partido se plantean cambios importantes como modificaciones en la estructura de base y de dirección. ''Será una gran oportunidad del PRD para avanzar en sus mecanismos democráticos y se  habrán de fortalecer políticamente los núcleos de dirección con la creación de los comités políticos'', argumentó.

Explicó que se propone que el Consejo Nacional y los estatales permanezcan como ''parlamentos del partido'', pero que el Comité Político Nacional -de 45 integrantes- y los estatales -de 35 elementos- habrían de sustituir a los comités ejecutivos, abriendo la oportunidad para una mayor participación de dirigentes sociales y personajes políticos en la conducción del PRD.

Gómez quiso destacar que entre las iniciativas de cambio de programa se propone que el PRD luche por una nueva Constitución; por un régimen parlamentario de gobierno, tanto a nivel federal como en los estados y municipios, y en el cual la figura del presidente sea de jefe de Estado y de las fuerzas armadas, pero con un gobierno colegiado; dejar atrás el presidencialismo y que se instaure la figura del referéndum facultativo, la iniciativa popular y del plebiscito.

''Se trata de una reforma radical'', concluyó Pablo Gómez al buscar definir los cambios propuestos a la estructura, organización, programa, principios y línea política y que discutirán en los cuatro días del Consejo Nacional.