JUEVES Ť 25 Ť ENERO Ť 2001

Ť Salario mínimo y acceso a fondos de salud, si en un año regresan a su país

En ciernes, nuevo proyecto de ley para legalizar a trabajadores mexicanos indocumentados en EU

Ť El senador texano Phil Gramm promueve la iniciativa; el presidente Fox la apoyaría

JIM CASON, DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 24 de enero. El senador por Texas Phil Gramm, y varios de sus colegas, están forjando un nuevo proyecto de ley que permitiría a mexicanos indocumentados provenientes de México trabajar legalmente en Estados Unidos con un salario mínimo garantizado y acceso a algunos fondos de salud, pero a condición de que regresen a su país de origen luego de un año de estancia.

El republicano Gramm declaró hace unos días que está elaborando la nueva propuesta para lo que, en esencia, es un nuevo programa de trabajador huésped en respuesta a lo que el senador considera drástico cambio en las políticas del gobierno mexicano bajo la administración del presidente Vicente Fox. Aunque históricamente el gobierno mexicano ha criticado este tipo de iniciativas, Fox ha ofrecido su apoyo a esta idea, indicó hoy un asesor de Gramm.

El mandatario mexicano "ha indicado que estaría personalmente involucrado en la puesta en marcha de un programa de trabajador huésped. Dijo que instaría a todos los mexicanos en Estados Unidos a participar", indicó Larry Neal, vocero de Gramm, en entrevista con La Jornada. "Esto es un giro drástico de todo con lo que nos hemos topado anteriormente".

Cuando Gramm se entrevistó con Fox este mes en México, explicó Neal, el mandatario le indicó que apoyaría una propuesta que alentara a mexicanos que viven en Estados Unidos a regresar a México, y que estaba particularmente interesado en que la propuesta de Gramm permitiría que regresaran al país con cierta capacitación y, potencialmente, con dinero para invertir.

El proyecto aún no ha sido redactado, pero Gramm se reunió este miércoles con varios de sus colegas en el Senado para discutir los detalles de la iniciativa. Según asesores de Gramm, el programa permitiría a trabajadores en México, o a quienes ya están aquí, pero como indocumentados, solicitar un permiso de trabajo con el cual podrían buscar empleo legal en Estados Unidos por un periodo hasta de un año, después del cual deberían regresar a México.

"A los trabajadores les serían otorgadas credenciales de identificación que servirían como documentación para el empleo, principal pero no exclusivamente en áreas de servicio y agricultura", escribió Gramm en boletín difundido por su oficina. "El número de trabajadores a los que se les permitiría registrarse sería ajustado anualmente en respuesta a cambios en las condiciones económicas estadunidenses, específicamente la tasa de desempleo".

Según Neal, vocero de Gramm, Fox solicitó específicamente al senador que se asegure que los mexicanos que trabajan en Estados Unidos reciban mejor trato. "Nuestra legislación otorgaría protecciones plenas bajo las leyes estadunidenses de salario mínimo y horas (de trabajo)", comentó el vocero a este diario. "El tipo de beneficios que los trabajadores tienen derecho a esperar y que los mexicanos --legales e ilegales-- nunca ha recibido en este país".

La nueva iniciativa también obligaría a patrones a utilizar los fondos de los impuestos pagados en este país por esos empleados para establecer cuentas bancarias especiales que podrían ser utilizadas por los empleados para pagar servicios de salud, o cuyo saldo puedan llevar de regreso a México al concluir el periodo de un año. Al mismo tiempo, la propuesta prevé un incremento de las penas contra empresas que contratan indocumentados.

"Desde mi perspectiva, es alucinante no reconocer que los extranjeros ilegales ya ocupan millones de empleos en Estados Unidos con el permiso implícito de los gobiernos a todo nivel, así como el de las empresas y comunidades", afirmó Gramm en su comunicado. "Creo que un programa efectivo de trabajador huésped puede ayudar a la economía estadunidense y reducir drásticamente la inmigración ilegal y todos los males que la acompañan", dijo.

Pero no todos son entusiastas con la nueva iniciativa. Voceros del sindicato de jornaleros UFW y el Consejo Nacional de La Raza la condenan porque no incluye amnistía para indocumentados residentes en este país. Frank Sharry, director del Foro Nacional para Inmigración en Washington, dijo a La Jornada que le complacía que alguien como Gramm "finalmente hable sobre la realidad", pero advirtió que es difícil evaluar si las nuevas garantías de protecciones a los trabajadores son reales, o sólo papel.

"Hubo una buena razón por la que se desacreditó el Programa Bracero; los trabajadores sufrieron abusos y fue utilizado para minar a los sindicatos", señaló Sharry. "Las propuestas tienen que incluir derechos laborales significativos, la posibilidad de los trabajadores para cambiar de empleo y organizar sindicatos". Además, Sharry consideró que sin un mecanismo para legalizar a los indocumentados que residen aquí, será muy difícil que las principales organizaciones latinas, los sindicatos nacionales o instituciones religiosas, incluyendo la Iglesia católica, acepten estas propuestas.

"La idea de que alguien que ha estado aquí 10 años se registre en este programa, trabaje legalmente un año y luego regrese a México no es realista", subrayó Sharry.

Dijo que la prioridad de los defensores de derechos de inmigrantes es legalizar a los ya residentes en este país, y advirtió: "sería muy desafortunado si el gobierno mexicano no calcula bien y acaba del lado de Phil Gramm sobre un programa al que se oponen latinos, sindicalistas e Iglesia católica".

Sharry destacó que aún no hay suficientes detalles de la propuesta como para una evaluación final.