MARTES Ť 23 Ť ENERO Ť 2001
Ť Señala un experto las contradicciones del discurso del inquilino de la Casa Blanca
Nulo papel de líderes latinos en la transición estadunidense
DAVID ZUÑIGA
El discurso pro mexicano y latinoamericano del presidente estadunidense, George W. Bush, es incongruente con la integración de su gabinete y con la nula participación de líderes latinos en la transición, afirmó David R. Ayón, investigador del Center for the Study of Los Angeles de la Universidad Loyola-Marymount.
Al participar en la presentación de la revista Foreign Affairs en español, el analista dijo que George W. Bush es el presidente "que más conoce y más simpatía le tiene a México en toda la historia de Estados Unidos. También es el que más énfasis ha hecho en América Latina como parte de la política exterior de Estados Unidos. Es el único que, como candidato, dedicó todo un discurso a la relación con América Latina y tal vez sea el más interesado en la población latina de Estados Unidos".
Aclaró que no busca menospreciar los potenciales beneficios que la administración de Bush representa para México y el resto de América Latina, pero destacó que el panorama político actual es la cara opuesta del de hace ocho años, cuando Bill Clinton, que no es abiertamente pro mexicano, tenía colaboradores que sí lo eran (entre ellos Henry Cisneros, ex secretario de Vivienda). Estos funcionarios, recordó Ayón, crearon una "poderosa fuerza de cabildeo" que permitió que Estados Unidos rescatara a México de la crisis de 1995 a pesar de la oposición del Congreso y que se le certificara como colaborador en la lucha antinarco.
Ahora, comparó, el presidente Bush es la principal figura pro mexicana en el gobierno estadunidense, pero no hay ningún mexicano-estadunidense en el gabinete ni en el liderazgo del Congreso; tampoco hay funcionarios ni legisladores que tengan conocimiento y/o abierta simpatía por México y América Latina.
La escasa participación latina, agregó, se debe a que los grupos de cabildeo, salvo los cubano-estadunidenses, no tienen suficiente fuerza como para influir en asuntos de política exterior. Esta ausencia de interlocutores, advirtió, podría dificultar mucho las relaciones con Washington.
En segundo lugar, la clase política latina, sobre todo la de origen mexicano, es fundamentalmente demócrata: de más de 5 mil latinos que han sido electos para diversos cargos en Estados Unidos, más de 90 por ciento son demócratas.
Empero, quizás el factor más importante es que los ciudadanos de origen latinoamericano no han llegado a puestos clave, particularmente al Senado: no ha habido un senador latino desde los setenta, a pesar de que en Estados Unidos viven 32 millones de personas de ese origen (sin contar a Puerto Rico), que equivalen a 12 por ciento de la población estadunidense.
Finalmente, el analista pronosticó que esta será la última vez que se dé una transición de gobierno sin que haya por lo menos un senador de origen latinoamericano. En cuatro años es "muy probable" que lleguen a la Cámara alta y dentro de ocho años "es casi seguro".