LUNES Ť 22 Ť ENERO Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
Una nueva serie de aventuras ha salido al aire: Archibaldo Guzmán, mejor conocido en el medio artístico como El Chapo o Joaquín, estelarizó este viernes desde el foro Puente Grande, en Jalisco, el primer episodio de Los Extraditables, una producción de alto costo y grandes actores que hubo alcanzado gran rating en Colombia en años pasados y a la que ahora ha dado el pizarrazo de arranque en México la Fox Productions.
EL GUION ES sencillo. El jueves de la semana pasado, la escritora Olga Sánchez Cordero, miembro destacado del Pen Club local llamado Suprema Corte de Justicia, presentó a la consideración de sus colegas ministros el proyecto de resolución que permitiría entregar reos mexicanos a Estados Unidos. De los once ministros presentes, sólo uno se opuso. Por mayoría, pues, el presidente de la República quedó habilitado para decidir sobre tales extradiciones de manera discrecional --eso sí, respetando siempre las leyes, según amable y aromática acotación hecha por los doctos (y togados) señores libretistas.
EN SUS CELDAS, los fieros capos se revolvieron inquietos. Según nota de Gustavo Castillo publicada oportunamente en La Jornada, 247 compatriotas estarían en riesgo de ser enviados al país vecino; entre ellos destacan Jesús Amezcua, llamado zar de las metanfetaminas; Jaime Aguilar Gastélum y Carlos Colín Padilla, considerados cerebros financieros del cártel de Juárez; Agustín Vázquez Mendoza, por un tiempo uno de los diez más buscados por el FBI, e Ismael Higuera, El Mayel, lugarteniente de los Arellano Félix.
CASI UNA BLANCA PALOMITA
APRECIE EL lector algunos emocionantes ingredientes de la trama en curso: el duro Archibaldo ya había sobrevivido a varios intentos de sentenciarlo como narco y asesino de cardenales tripulantes de equívocos autos Grand Marquis. No tuvo nada que ver, según consta en autos, con la balacera de la discoteca Christine, en Puerto Vallarta, ni con un caso de asesinatos en Iguala, Guerrero, ni con el crimen de Rodolfo Alvarez Farber, ex procurador de Justicia de Sinaloa. Señores jueces del Distrito Federal y de Jalisco dieron fe de que no tiene nada que ver con delitos contra la salud, aunque sí con otros menores, como cohecho y asociación delictuosa.
PERO, PESE a que sus culpas eran pequeñas, el Archi-Capo fue confinado primero en la Almoloya que fuera de Salinas de Gortari y luego en Puente Grande, prisiones ambas de "máxima seguridad". El viernes pasado, en la cárcel jalisciense, rondaban por allí actores de reparto como el subsecretario de seguridad pública, Jorge Tello Peón, y visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quienes andaban indagando si era cierto que la disciplina interna del penal se estaba relajando, como se decía con insistencia. Horas después de tales afanes institucionales, el escapista Archibaldo demostraba que la lavandería es buena forma de hacer fortuna y la limpieza, buen hábito: según las primeras versiones oficiales, El Chapo se habría fugado en un camión de limpia que había llegado hasta la zona de lavado de Puente Grande.
SOSPECHOSOS COMUNES šVIVA EL CAMBIO!
TELLO PEON (hechura del general Jorge Carrillo Olea, que ha sido ex director del Cisen y ex subsecretario de Gobernación con Diódoro Carrasco, para que vean que el cambio foxista va en serio) denunció traiciones institucionales y dijo que hubo una especie de conspiración delictiva. Como en Sospechosos comunes, o como en Todo el poder, nadie podría jurar que las apariencias o las declaraciones ayuden a entender cuál papel juega de verdad cada quien.
LA HISTORIETA, como es de suponerse, continuará. El presidente Fox declaró sonoramente la guerra contra el narco en semanas pasadas. Las hostilidades apenas han comenzado. Son varios los indicios formales que harían desestimar la tesis del complot en el caso del atentado contra el gobernador Patricio Martínez, pero el escepticismo y las dudas van ganando terreno, sobre todo al recordar el crudo enfrentamiento del mandatario con la mafia de la PGR (por cierto, para mayor beneplácito de los que votaron por el cambio, uno de los principales impugnados, el carpicista Alfonso Navarrete Prida, fue subido de nivel en la PGR y ahora indagará a fondo, con imparcialidad, las acusaciones de corrupción que contra él y su gente se han dado justamente en Chihuahua).
CAIGAMOS DE HINOJOS
PERO NO TODO es maldad. Procedentes de París, las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús han comenzado el periplo (el tecleador jura y perjura que esta palabra no encierra nada pecaminoso) que le llevará a recorrer 20 mil kilómetros en 74 días, aposentándose (šOh, gramática traicionera: por qué no me suministráis sinónimos para salvar los traicioneros quebrantos del lenguaje!) en 35 de las 84 diócesis mexicanas.
AL PASO DE la patrona de las misiones, almas en pena han ido sanando, aunque otras empeorando: he allí al obispo del jet set, Onésimo Cepeda, haciéndose eco de los empresarios que el sábado anterior se habían reunido con el presidente Fox para tratar de que cierre paso a la marcha zapatista (ya antes había advertido esta avispadísima columna de las graves preocupaciones de la elite empresarial, mismas que reprodujeron en Los Pinos los representantes de cámaras y asociaciones del ramo).
SANTISIMO SANTON
EL PIADOSO obispo Cepeda dijo que el subcomandante Marcos debe ser detenido si viene con armas, pues estaría en condiciones delincuenciales (ya nada más falta que el rapero Eminem le dedique algún tema como los de The marshall matters). Además, consideró que el jefe guerrillero debe quitarse la capucha, pues sin ella se verá que "es un pobre diablo cualquiera". Plétórico de buenos sentimientos, cristiano hasta la médula, el obispo Cepeda confesó, por lo demás, que pidió tres deseos a la Santa Teresita itinerante: que lo haga santo (ƑSanto? šSantísimo! O más bien: šSantísimo santón!), que haya unidad en México, y que Marcos "deje de estar fregando".
CO-RRIEN-TE
EN OTRO LADO también hay rezos y rosarios. Empeñados en primerísimo lugar en asegurar que no es una corriente lo que anunciaron el sábado, los miembros de la nueva corriente perredista Rosca llevarán por el país a la Santa Rosario. Mal empieza lo que ni siquiera reconoce su propia identidad y se niega a asumirse como tal. La primera autocrítica, que legitimaría lo venidero, sería reconocer, sin más, que el Club de los 700 es una corriente más dentro del PRD. No asistieron Andrés Manuel, ni Amalia, como era de suponerse. Ni los Chuchos. Fue la corriente de Cárdenas y Rosario. Nada más. Una corriente que trata de refundar su propia obra, que busca regenerar a partir de los mismos gérmenes.
(DETALLES MENORES de la reunión de Los Amigos de Cárdenas: el ingeniero insistió en el reconocimiento a lo hecho por el presidente Fox en Chiapas, justo cuando éste ha decidido no seguir con su estrategia de cumplimiento dosificado de los tres signos pedidos por Marcos para restablecer el diálogo. No más repliegues militares, no más concesiones, para que no se enoje la alarmada elite del dinero. Por otro lado, López Obrador no asistió pero sí el director del Metro, Francisco Javier González Garza, quien leyó el documento fundacional de la nueva corriente. Lo bueno es que el funcionario encontró un tiempo para la política partidista pese al grave emplazamiento que los trabajadores del tren subterráneo han anunciado para estos días).
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