DOMINGO Ť 21 Ť ENERO Ť 2001
Ricardo Yáñez
EL ECO Y LA SOMBRA
Arte adivinatoria
EL ESCRITOR verdadero asume en una todas las proposiciones, todas las preposiciones.
NO ES LO mismo saber la verdad que ser verdad, lo segundo supone una verdad más alta.
TODO POEMA es un complejo de energía, convocado por el orden del no discurso.
EN CIERTO, tan difícil como fácil modo, la poesía es la ausencia, limpia, de lo poético.
NO LO RELATIVO a lo que es, lo que es.
ENCANTAMIENTO DE lo que es, no hay otro encantamiento.
VENIA DESDE muy lejos y advertía que de donde venía era el sitio en que estaba.
COMPRENDIA QUE no era comprensible lo que comprendía.
IBA DE UNA palabra a otra palabra como mono de una liana a otra, a otra, grácilmente.
SE PERCATABA de que una vez había sido llama, llama en el aire, flotando, sola. Se percataba de que esa vez era esta vez.
SALE UNA golondrina de tu mirada, hacia la luz del día.
EN LA JICARA de agua depositó cenizas, suavemente. Sopló y se puso a descifrarlas, a leer en el círculo el continuum del tiempo. Miró una estrella, la que buscaba, viva, resplandeciente, le iluminó la frente, le punzó con ternura el corazón, le dio una voz como el recuerdo de una miel o como su apetencia.
NADIE SABE lo que escrito está, hasta que lo escribe.
ESCARBO LA aridez en que vivía hasta encontrar el agua que le daba la vida.
EL PENSAMIENTO piensa por sí mismo, no hay que pensarlo mucho.
EL POEMA es un tiempo concentrado.
SI ACARICIAS la sombra, verás salir la luz.
HABIA EN su mirada un río de re- cuerdos.
RESPIRO EL aire de tu aire, y se hace en mí la claridad.
HE VISTO el sol de un secreto, brillando negro.
CUANTO POEMA con su tatatachán.
CONFIA, NO te confíes.
MIRABA UNA mariposa hasta que, el que miraba, se desvaneció.
IMAGINA UNA perla en tu mano. Ya es más tu mano.
QUIENQUIERA QUE tú seas, eres.