SABADO Ť 20 Ť ENERO Ť 2001
Ť Después de 12 años determinan que es inocente gracias al ADN
Queda libre mexicano condenado a cadena perpetua por un crimen que no cometió
RUBEN VILLALPANDO CORRESPONSAL
Ciudad Juarez, Chih., 19 de enero. Decenas de familiares y amigos recibieron la noche del jueves en el aeropuerto de El Paso, Texas, a Cristóbal Ochoa, un ciudadano originario de esta región que fue condenado a cadena perpetua y permaneció 12 años en la cárcel de Austin, acusado del crimen de una mujer que no cometió.
Un juez decidió revocarle la sentencia y otorgarle la libertad de inmediato luego que un grupo de estudiantes universitarios aplicaron exámenes de ADN a las muestras de sangre encontradas en la mujer que presuntamente había matado y determinaron que no correspondía al sentenciado y sí a otro hombre detenido hace seis años por tres crímenes.
Durante su detención, estudió y obtuvo títulos en especialidades de administración de empresas, por lo que ahora intenta ingresar a una maestría en la Universidad de Texas en El Paso y obtener un empleo.
Ochoa, quien ingresó a la cárcel a los 19 años de edad, siempre sostuvo, junto con su familia, que era inocente y que su sentencia era racista, porque es hispano y conocía a la mujer asesinada.
Al visitar la catedral acompañado de familiares de Juárez y El Paso para dar gracias por su libertad, dijo que "nunca perdió la fe en Dios, y que sabía que era inocente y que tarde o temprano alguien lo podría comprobar".
El expediente del caso estaba cerrado, pero estudiantes de la Universidad de Wisconsin hicieron los estudios argumentando que el sentenciado de por vida declaraba ser inocente con mucha firmeza.
Los estudios de ADN tardaron años y el gobierno de Texas tuvo que reconocer 12 años después que había cometido una injusticia junto con el jurado que dictó la sentencia.