SABADO Ť 20 Ť ENERO Ť 2001
Ť El ex mandatario ya no tenía apoyo del ejército; recibió ultimátum opositor
Filipinas: dimite Estrada; vicepresidenta asume el poder
AP, AFP, DPA Y REUTERS
Manila, 20 de enero. La vicepresidenta de Filipina, Gloria Macapagal Arroyo, asumió este sábado la presidencia del país tras la renuncia a este cargo de Joseph Estrada, acosado por escándalos de corrupción. El viernes, el ejército anunció que retiraba su apoyo al mandatario, y renunció la mayor parte de su gabinete. Asimismo, la oposición había lanzado un ultimátum para que Estrada dimitiera antes del amanecer de este sábado.
La mañana del sábado, más 50 mil personas se dirigían a la sede de la presidencia de Filipinas, luego de que el presidente ignoró dicho plazo. Mientras, la Suprema Corte, cerrando filas con la oposición, declaró que el país se encontraba sin presidente y anunció que tomaría el juramento a Arroyo a la presidencia este mismo sábado al mediodía si Estrada, acusado de actos de corrupción y actualmente sometido a juicio político en el Senado, aún no renunciaba.
Hasta el cierre de esta edición, se desconocían los detalles de cómo presentó su renuncia Estrada o su paradero. Edgardo Angara, secretario ejecutivo del gobierno del depuesto presidente, aseguró: "Podemos asegurarle a la gente que el presidente Estrada acepta la decisión de la Corte Suprema", y rechazó que éste hubiera salido del país sin firmar su renuncia.
Medios de prensa aseguraban que Estrada había pasado la madrugada y parte de la mañana encerrado en el palacio presidencial con Macapagal Arroyo y sus allegados, tratando de negociar concesiones a cambio de su dimisión, en momentos en que la multitud ya había atravesado rodeaba esta sede.
El pueblo simplemente se enteró de que Macapagal Arroyo ya había jurado como presidenta del país, y poco después, la nueva mandataria envió un mensaje a la nación en el que prometió que, su gobierno "predicará con el ejemplo".
El viernes, Estrada reiteró que no renunciaría y pidió al Congreso convocar a elecciones presidenciales anticipadas para mayo próximo, y aclaró que no se presentaría a esos comicios, lo cual fue rechazado por Macapagal Arroyo.
La nueva mandataria se distanció del presidente desde octubre pasado, cuando éste fue acusado de recibir 8 millones de dólares en sobornos de propietarios de casas ilegales de juego y de embolsarse más de 2 millones de dólares de impuestos sobre el tabaco.
La vicepresidenta logró unir en torno suyo a varios partidos de oposición para presionar a Estrada a dimitir. Luego de su juramentación, el influyente líder de la Iglesia católica filipina, el cardenal Jaime Sin, dijo a Arroyo "El país es suyo, la presidencia es suya, la amamos".
Estrada dijo en su última aparición por televisión, el viernes, que la oferta de elecciones anticipadas era la mejor alternativa dada las circunstancias actuales, y autorizó al Senado a examinar sus cuentas bancarias por valor de 66 millones de dólares, en las que se cree ingresaba dinero recibido ilegalmente.
Al mismo tiempo, el comandante en jefe de las fuerzas armadas, Angelo Reyes, y el jefe de la policía, Pánfilo Lacson, anunciaron que retiraban su apoyo a Estrada. Reyes prometió que "el presidente Estrada será autorizado a partir con dignidad". A continuación, uno a uno, y casi todos los ministro del gobierno presentaron su dimisión.
Después de esto, la población se volcó para exigir la renuncia inmediata de Estrada. En respuesta a esto, voceros de la oposición dijeron entonces que el presidente, cuyo juicio político se interrumpió abruptamente esta semana en una decisión que exacerbó la crisis, buscaba el perdón del pueblo mediante un diálogo de transición, y que pedía que se le diera una oportunidad, sólo cinco días para lograr esto, antes de abandonar el palacio presidencial.
Trascendió, sin embargo, que desde el medio día del viernes el palacio presidencial pidió a la aerolínea Phillippine Airlines tener listos dos aviones para volar a Estados Unidos.