Ť El albergue El Cafetalón, sin apoyo del gobierno
Peligra el abasto de alimentos para casi 11 mil salvadoreños
Ť Un general mexicano informó que su país podría dejar de enviar ayuda, debido a la falta de colaboración oficial
CARLOS RAMIREZ CORRESPONSAL
San Salvador, 19 de enero. Víctor Gutiérrez Rosas, general de la segunda brigada de las fuerzas armadas de México, dijo que los alimentos traídos de su país y que se han estado distribuyendo en el albergue El Cafetalón, en Santa Tecla, una de la zonas más castigadas por el terremoto del pasado sábado, podrían durar sólo hasta ese domingo, y no garantizó que haya nuevos envíos, según declaraciones al matutino La Prensa Gráfica.
El militar aseveró que está pidiendo instrucciones a México para que sea el gobierno de ese país y el presidente de la República quienes decidan si continúa o no el apoyo alimenticio a El Salvador.
Según la nota, una negativa de presidente Vicente Fox afectaría las posibilidades de abastecimiento del albergue de Santa Tecla, ya que el contingente mexicano ha sido el más activo en la zona afectada.
Las fuerzas armadas mexicanas trajeron 34 toneladas de alimentos a la zona (20 en un primer vuelo y las 14 restantes en un segundo envío), que beneficiaron a más de 5 mil personas durante seis días. Gutiérrez Rosas lamentó la falta de colaboración del Comité de Emergencia Nacional (Coen) y del gobierno del presidente Francisco Flores en el albergue El Cafetalón.
La denuncia del general Gutiérrez es la misma que durante toda la semana ha hecho el alcalde de Santa Tecla, Oscar Ortiz, quien afirmó que está absolutamente desilusionado con la actitud de Flores, la que atribuyó al hecho de que el este municipio es gobernado por el opositor Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional.
Ortiz declaró a La Jornada que son más de 300 toldos los que abrigan a 10 mil 700 personas, de las cuales sólo 75 por ciento es de la zona, ya que muchos han llegado de otras partes del país.
Las historias más dramáticas son de los afectados de los Amates y El Rosario, cantones de la vecina Comasagua. Toda esta gente estaba cosechando café en los cerros a la hora de la tragedia.
Sin embargo, así como se respira tristeza, se respira solidaridad. Al menos unos diez grupos de vecinos repartían alimentos en El Cafetalón en sus camionetas. Pero los víveres no alcanzaban para todos. Las filas eran de hasta 75 personas y la comida sólo era suficiente para unas 30. La religiosidad tampoco faltaba. Católicos y evangélicos repartían biblias, varios grupos oraban y cantaban; otros proyectaban películas con mensajes apocalípticos y de resignación.
Los 10 mil 700 salvadoreños que ahora viven en El Cafetalón siguen preguntándose: "¿Qué va a pasar? ¿Hasta cuándo nos tendrán aquí? ¿Cuando regresemos a nuestras casas, de qué vamos a vivir? ¿Qué vamos a comer? ¿Qué pasará con nuestros hijos? ¿Irán a la escuela?"
No existe una respuesta clara para esas interrogantes, ni del alcalde ni del gobierno central. Oscar Ortiz dijo a La Jornada, tras reunirse con su equipo de emergencia, que se discute hasta cuándo podrán atender a toda esta gente, se trabaja en evitar una epidemia y levantar escombros.
"Como alcaldía ya tenemos el plan de cómo levantar la ciudad, y nos disponemos a hacer los estudios sobre la cordillera del Bálsamo, de donde se desprendió un alud sobre Las Colinas, lugar hasta donde anoche se habían contabilizado 315 muertos, de 465 que se han registrado sólo en Santa Tecla.