SABADO Ť 20 Ť ENERO Ť 2001

Ť Habrá crédito para sectores que garanticen recuperación y rentabilidad: banqueros

Discrepan Hacienda y BdeM sobre cumplimiento de metas económicas

Ť Insiste Gil en que México crecerá 4.5% en 2001 Ť No habrá recorte presupuestal: Sojo

HUMBERTO ORTIZ Y REUTERS

El secretario mexicano de Hacienda, Francisco Gil Díaz, mantuvo el viernes en Nueva York la proyección del gobierno de que la economía crecería 4.5 por ciento en 2001, pese a las menores proyecciones de los analistas de Wall Street.

En camino a su primer gran encuentro con los analistas de Wall Street desde que fue nombrado, Gil respondió a Reuters que las expectativas de crecimiento eran "4.5 por ciento para México y 3.5 para Estados Unidos".

Mientras, en México, Eduardo Sojo, jefe de la Oficina de Políticas Públicas de la Presidencia de la República aseguró que no habrá recortes en el presupuesto y que se cumplirán las metas económicas de crecimiento e inflación de 2001. "Estamos seguros y confiados", aseguró ayer, y desestimó la devaluación del peso frente al dólar, al atribuirla "simplemente al mercado".

Sin embargo, no será fácil convencer a los inversionistas que la cifra de crecimiento en México será tan alta, considerando las menores estimaciones de los analistas que asistían al encuentro con Gil en el edificio de la Reserva Federal de Nueva York.

Boris Segura, economista jefe de mercados emergentes de Atlantic Asset Management, dijo que la expansión del producto interno bruto (PIB) de México esté año estaría debajo de 4 por ciento.

Paulo Leme, director de investigación de mercados emergentes, de Goldman Sachs, anticipó que la economía mexicana crecería 3.5 por ciento en 2001, mientras que Estados Unidos lo haría 2 por ciento.
Pero el entrante gobierno del presidente Vicente Fox enfrenta un 2001 con más dificultades por el menor crecimiento de Estados Unidos.

La mayor parte de los estadunidenses cree que el presidente electo, George W. Bush, manejará bien la economía, aunque temen que una recesión está a la vuelta de la esquina, de acuerdo con una encuesta de Reuters y Zogby difundida el viernes.

Pero no todos estuvieron en desacuerdo con los cálculos de Gil. Arturo Porzecanski, jefe de mercados emergentes y estratega de deuda de ABN AMRO, dijo que también esperaba un crecimiento de 4.5 por ciento para México en 2001. "Estamos relativamente más optimistas sobre Estados Unidos y, por lo tanto, más optimistas sobre México", dijo .

Ť Complicada, la situación macroecónomica del país, advierte el presidente de la ABM

HUMBERTO ORTIZ MORENO

La perspectiva de los banqueros es conservadora para este año, porque "la situación macroeconómica será más complicada" y no se cumplirán las metas de crecimiento e inflación previstas por el gobierno federal, aseveró Héctor Rangel Domene, presidente de la Asociación de Banqueros de México (ABM).

Reconoció que las elevadas tasas de interés restringirán el acceso al crédito, recordando que en el pasado este fenómeno ha propiciado una elevada desaparición de pequeñas y medianas empresas, y condicionó el otorgamiento de préstamos al apoyo de la banca de desarrollo a la privada.

En este contexto, funcionarios de las instituciones federales de fomento aseguraron tener liquidez, programas de capacitación y asistencia técnica suficientes para respaldar proyectos de modernización y expansión que tengan sentido productivo, social y económico en estados y municipios.

No obstante, Mario Laborín, director de Nacional Financiera (Nafin), aclaró que el actual gobierno debe sentar las bases para concentrar sus esfuerzos en pocos sectores ganadores como el turismo, y no apostarle a todo, a fin de obtener resultados sobresalientes.

A su vez, Tomás Ruiz, titular de Banobras, informó que el banco está sobrecapitalizado en 70 por ciento, lo que generará la posibilidad de que el programa financiero de este año "sea muy agresivo". No tiene problemas de cartera y ya hay acercamiento con empresarios, estados y municipios, "porque no tenemos límite ni restricción".

Otras son las previsiones de financiamiento de la banca privada. Según Rangel Domene, contemplan una recuperación gradual, pero primero a sectores que garanticen recuperación y rentabilidad.

Fluirá el empréstito y se ampliará a otros sectores, recalcó, mas "conforme haya mayor seguridad económica y jurídica". Asimismo, juzgó indispensable restablecer la relación de los segmentos productivos con la banca comercial.

Pese a estos candados de los banqueros para prestar, Rangel Domene estableció que el compromiso de la banca es financiar el desarrollo nacional.

Para el dirigente de la ABM, es esencial que el Estado mexicano genere estadística transparente, confiable y oportuna para la toma de decisiones, y combata la inseguridad pública.

Y es que, advirtió, prevalece una probada relación entre la calidad del estado de derecho y la penetración financiera o flujo de crédito al sector privado.

Los responsables de la conducción económica y monetaria tienen distintas percepciones sobre las dificultades que presentará el país en este año, en lo que constituye una continuación de las diferencias de opinión que desde el gobierno anterior mantienen la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el Banco de México.

El jueves, Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del banco central, sostuvo en una reunión con inversionistas que la desaceleración de la economía de Estados Unidos provocará una caída en el ritmo de la actividad económica de México. Señaló que el producto interno bruto crecerá este año 4 por ciento, frente a un incremento de 7.2 en 2000. También reconoció que no será posible que este año la inflación repunte sólo 6.5 por ciento, por el impacto en los precios por la eliminación de la tasa cero del impuesto al valor agregado en alimentos y medicinas que ha planteado el Ejecutivo, y que finalmente será aprobada o rechazada por el Congreso.

En cambio, Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda, ve un panorama distinto. Ayer declaró en Nueva York que el gobierno de Vicente Fox mantiene sin cambio la meta de que la economía crezca 4.5 por ciento este año, un pronóstico que ninguna firma de inversión o de análisis avala.
(ROBERTO GONZALEZ AMADOR)