JUEVES Ť 18 Ť ENERO Ť 2001
Ť La acción no tiene precedentes en la ciudad, afirma el procurador Bernardo Bátiz
Atentado con explosivos contra una familia; murió un niño de diez años
Ť Los padres del pequeño sufrieron quemaduras graves Ť El menor abrió el paquete que los contenía y que un hombre dejó en el lugar Ť Los hechos ocurrieron en la Unidad CTM Aragón
SUSANA GONZALEZ GUTIERREZ Y ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
A la larga lista de ejecuciones, tiroteos, linchamientos u otro tipo de prácticas delictivas y violentas que dejaron de ser inéditas para convertirse en historias cotidianas del Distrito Federal, se suma ahora un atentado contra una familia de clase media.
Un niño de diez años murió de manera instantánea y sus padres resultaron gravemente heridos luego de que un desconocido les entregó un artefacto en una caja de madera envuelta para regalo en su casa de la Unidad CTM Aragón, en la delegación Gustavo A. Madero.
El hecho "no tiene precedentes en la ciudad" tanto por el tipo de materiales utilizados como por tratarse de una acción "dirigida", señalaron el procurador capitalino Bernardo Bátiz y el coordinador de Servicios Periciales de la PGJDF, Pedro Estrada.
Un hombre dejó el paquete
Hijo único del matrimonio conformado por los abogados María Clemente y Luis Barreda León, éste ultimo funcionario del Tribunal Agrario, Luis Angel no resistió la tentación de abrir en la noche del martes el paquete que fue entregado a la puerta de su casa por un hombre que dijo llamarse Vicente y el cual estaba destinado a su padre.
En lugar de encontrar un obsequio, al abrir la caja el pequeño activó el mecanismo de un coples, un explosivo similar a una mina hecho con tubos galvanizados, productos químicos como amoniaco, pilas, una conexión eléctrica y de dimensiones mayores a los aparatos de fabricación casera. "Necesariamente tuvo que ser elaborado por alguien que conoce de químicos", dijo Pedro Estrada.
Luis Angel --de quien las autoridades aseguraron en un primer momento que tenía doce años por su estatura de casi 1.50 metros y su complexión robusta-- falleció de inmediato "por la onda expansiva generada y el desplazamiento de partículas en su cuerpo, similar a un golpe ocasionado por una caída de un cuarto o quinto piso", indicaron elementos del Agrupamiento Fuerza de Tarea, de la Secretaría de Seguridad Pública, que acudieron al lugar de los hechos.
La explosión alcanzó también a los padres del niño, quienes sufrieron graves heridas por quemaduras en cara, tórax y extremidades, y fueron trasladados al Hospital Magdalena de las Salinas, donde hasta anoche permanecían inconscientes sin saber que su hijo había muerto.
Semidestruidas y quemadas quedaron la fachada, las cortinas y los sillones de la sala de la casa de los Barreda Clemente, localizada en el número 35 del andador 665, y estallaron todos los vidrios de ambos niveles del inmueble. Al anochecer, el cuerpo del menor fue velado en la casa de sus familiares que viven en la misma calle de esa unidad donde predominan las casas dúplex, divididas apenas por un estrecho pasillo.
Alarma y asombro de vecinos
Lo mismo la alarma que el asombro hizo que los vecinos de la Unidad CTM Aragón se arremolinaran tanto la noche del martes como ayer alrededor del lugar del atentado. En la zona predominan los robos a vehículos, autopartes, negocios, pero nunca, en los 27 años que cumple ese conjunto habitacional, había ocurrido un hecho de tal magnitud.
"Lo más escandaloso y terrible que recordamos es algo que pasó hace 25 años cuando un drogadicto de por aquí mató a su mamá", recordó Angelina Torres, una señora que aseguró que su familia fue de las primeras en habitar la zona.
Luis Angel no era muy "amiguero", sólo se juntaba con dos o tres niños y aunque le gustaba jugar mucho tazos y futbol, casi no salía a la calle y prefería quedarse en su casa jugando con sus videos de Pacman, Robocop y Mario Bros en su Nintendo, aseguró a su vez Jonhatan Zetina Valencia, amigo del menor fallecido y quien vive en la misma calle.
Se investigará a fondo
El procurador general de Justicia capitalino, Bernardo Bátiz, dijo que se realizarán todas las investigaciones que sean necesarias para que el caso no quede empantanado y se logre dar con los responsables. En la agencia 16 del Ministerio Público se inició la averiguación previa 16/118/01-01 por los delitos de homicidio y lesiones.
Especialistas en explosivos, fotografía, criminalística, incendios y químicos de la Dirección General de Servicios Periciales realizan las investigaciones en el lugar. Buscan huellas en la puerta, en el picaporte o en los restos de la caja que contenían el artefacto y del cople o tubo donde se depositó la sustancia explosiva.
"En este caso, sí era para matar al señor a quien iba dirigido el paquete, quien es abogado, entonces se está investigando qué tipo de expedientes llevaba, que asuntos, así como sus relaciones familiares, sus amistades, sus enemistades, sus negocios, si es que los tiene", indicó el funcionario.
Por las características del atentado, expertos en explosivos del Grupo Especial de Rescate e Intervención (GERI) de la procuraduría capitalina consideraron como hipótesis principal la de una venganza personal.
De hecho, para la dependencia se trata del primer caso de "atentado dirigido", pues en situaciones en las que una persona ha resultado muerta o lesionada por explosivos, se trata de petardos o incluso granadas, que en la mayoría de los casos las mismas víctimas se encontraban manipulando.
Explicaron que difícilmente esta acción podría tener tintes políticos dado que cuando se trata de algún grupo guerrillero o terrorista los responsables suelen dejar mensajes, panfletos o algún tipo de propaganda.
El explosivo, refirieron, es de los considerados como un "artefacto de potencia", es decir que sí tenía toda la intención de provocar la muerte a quien iba dirigido y no es necesario ser un experto en explosivos para elaborarlos.
El sistema de iniciación o de activación puede ser complejo o muy sofisticado y va desde dos cables que estén a punto de hacer contacto hasta la instalación de un microchip, y se puede activar como en este caso al abrir el paquete, por medio de un cronómetro, por un movimiento determinado o por la proximidad de un cuerpo humano al detectar el calor entre otros.