MIERCOLES Ť 17 Ť ENERO Ť 2001
Ť Fueron asignados para resguardar vehículos: coronel
Acuden soldados armados en tareas de apoyo social en Iztapalapa
SUSANA GONZALEZ GUTIERREZ
Armados con los reglamentarios rifles G-3 del Ejército Mexicano, al menos seis soldados fueron asignados para resguardar los 15 vehículos --entre camiones de volteo y de redilas-- y los 300 soldados que se sumaron ayer a las labores sociales llevadas a cabo en la delegación Iztapalapa que, a diferencia del lunes, incluyeron la incursión de los militares a planteles escolares para trabajos de mantenimiento.
Desde antes de las ocho de la mañana, esos 300 militares se distribuyeron en diversas cuadrillas a lo largo de la avenida Exploradores Ejército de Oriente, para barrer el arroyo vehicular, hacer labores de jardinería en el camellón central y pintar las guarniciones de las banquetas, mientras otros 200 efectivos prosiguieron proporcionando servicio médico, odontológico, cortes de pelo y reparación de aparatos electrónicos.
A medida que los grupos se alejaban de las calles Hermenegildo Galeana y Nicolás Bravo, en donde fueron concentrados los camiones militares, soldados armados se encargaron de acompañarlos y desviar la circulación vial. El coronel R. Martí aclaró que dichos elementos pertenecen al Tercer Batallón de Ingenieros de Combate (BIC) y aseguró que su función se limitó a cuidar los vehículos militares.
--Pero hay cuadrillas acompañadas de soldados armados.
--šNo! šQué bueno que me dice para traerlos porque no deben estar ahí! Lo que están haciendo es 'pasar' el tránsito para evitar algún accidente.
--ƑEra necesario traer esos elementos armados? ƑEs ésta una zona insegura?
--šNo! Yo ni la conozco, yo vengo a trabajar. Mire, no venimos a dar seguridad ni a hacer funciones de policía, únicamente venimos a hacer labor social. Para 300 elementos que yo traigo, sólo hay seis armados para ayudar al tráfico.
Por otro lado, de once planteles de educación básica que existen en la zona --uno de prescolar, seis primarias y tres secundarias--, los soldados sólo ingresaron a una escuela: la primaria José Palomares, ubicada en la calle Joaquín Ibarguen, cuyos directivos solicitaron la construcción de bancas y jardineras, así como la reparación de pupitres y la soldadura de la puerta principal.
Para ello contaban ya con el material requerido por el grupo de militares dedicados a los trabajos de albañilería, herrería y carpintería, que compraron con 13 mil pesos que conforman los fondos que anualmente les proporciona la Secretaría de Educación Pública (SEP) para reparaciones menores porque "los trabajos de mantenimiento mayor los hace la delegación cada dos años", afirmó Francisco Javier López, director del plantel.