MIERCOLES Ť 17 Ť ENERO Ť 2001

Ť Los hombres del presidente electo, con experiencia en tiempos de la guerra fría

América Latina, prioridad que no se refleja en el futuro gabinete de George W. Bush

Ť Preocupación de expertos porque Colin Powell no se está enfocando en el subcontinente


JIM CASON Y DAVID BROOKS
CORRESPONSALES/I

Washington, 12 de enero. Durante su campaña electoral el hoy presidente electo George W. Bush declaró en varias ocasiones que América Latina sería una alta prioridad de su gobierno, pero algunos expertos de la re-gión señalan aquí la preocupación de que ninguna de las figuras designadas por Bush para ocupar altos puestos de política exterior tiene gran experiencia o ha demostrado algún interés en el subcontinente.

Muchos de los que rodean al presidente electo han estado muy poco en América Latina. La asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, es experta en Rusia, y ella junto con el designado secretario de Estado, Colin Powell, y el futuro Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, son funcionarios cuya experiencia anterior en el gobierno fue durante la guerra fría, cuando el enfoque eran las relaciones Este-Oeste.

Así, algunos funcionarios que se han de-dicado a la relación interamericana se perturbaron cuando Powell citó a una sola se-sión de información para la política hacia América Latina, después de sostener sus primeras sesiones informativas en torno a Africa, Asia y el resto del mundo.

Pero el nuevo gobierno tendrá que trabajar rápidamente para conformar un equipo coherente encargado de América Latina, in-cluso si sólo es porque el presidente Bush acudirá a la Cumbre de las Américas que se celebrará en abril en Canadá.

Bush elevó las expectativas de la próxima cumbre en un discurso de campaña en Flo BUSH_CABINET-23 rida el año pasado: "Cuando el próximo presidente se siente en la Cumbre de las Américas en Quebec el próximo abril, otras naciones tendrán que saber que la autorización del fast track (necesaria para realizar nuevas rondas de negociaciones de libre co-mercio) está en camino".

Y aunque el nombramiento de Robert Zoellick como Representante de Comercio ayudará en este rubro, algunos expertos en la región tienen dudas de si ya estará funcionando un equipo de política exterior pa-ra América Latina en esas fechas.

Otros simpatizantes de Bush rechazan estas preocupaciones. "Hay una persona al nivel más alto en el gobierno de Bush que está muy interesada y comprometida con América Latina y con México en particular: su nombre es George Bush", afirmó Bernard Aronson, ex subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos en el gobierno de Bush padre y ahora presidente de Acon Investments.

En entrevista con La Jornada, Aronson señaló que ninguno de los equipos de política exterior regional han sido nombrados y que no hay por qué dar una lectura negativa al calendario de las sesiones de información programadas por Powell.

"Lo tienen que hacer con algún orden, y una región siempre va al último", dijo. Aronson sostuvo que lo más importante es el propio interés de Bush en Latinoamérica.

No obstante, algunos expertos de las relaciones interamericanas que también apoyan a Bush ya han expresado su preocupación porque general retirado Powell no se está enfocando en América Latina al mismo ni-vel que su nuevo jefe, el presidente.

Más allá de sus sesiones de información, se indica que Powell estaría interesado en nombrar a diplomáticos de carrera en los puestos de secretarios asistentes de Estado.

"Algunos de nosotros preferimos ver el nombramiento de un político que pudiera aportar una agenda más activa para América Latina y ser más agresivo en la promoción de la atención en la región", explicó un republicano con vínculos cercanos al próximo gobierno de Bush.

Entre los diplomáticos de carrera que se han mencionado para el puesto de secretario asistente de Estado para Asuntos del He-misferio Occidental están la actual embajadora en Venezuela, Donna Hrinak, casada con un mexicano y quien fue subsecretaria asistente de Estado para México, y el actual subsecretario asistente de Estado, Lino Gu-tiérrez. Pero según fuentes aquí, también cabe la posibilidad que la persona que ac-tualmente ocupa ese puesto, Peter Romero, permanezca ahí por lo menos hasta abril pa-ra dar continuidad hasta después de la Cumbre de las Américas.

Otra persona que está dentro del proceso de selección y que pidió anonimato comentó a La Jornada que las opciones son más amplias que éstas y que la gente de Bush ya ha comenzado una serie de entrevistas con candidatos a los puestos de política exterior hacia la región.

Entre los mencionados para altos puestos en el manejo de la política interamericana, tanto en el Departamento de Estado o para el Consejo de Seguridad Nacional de la Ca-sa Blanca, están George Fauriol, director del programa de América Latina del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Otto Reich, ex embajador en Venezuela y aliado de la comunidad cubana conservadora de Miami, y un asesor del senador Jesse Helms que se dedica a asuntos latinoamericanos, Roger Noriega.

También bajo consideración está un ex asesor de Helms que ahora trabaja en la Fundación Heritage, Daniel Fisk, así como el abogado en Washington Alberto Mora.

Sin embargo, el equipo de transición ha sido muy hábil en mantener su discreción ante la prensa sobre posibles candidatos y varias fuentes advirtieron esta semana que no se debe suponer que ya se han seleccionado a varios de los nombres que circulan.

"Creo que están aún lejos de llegar a una decisión sobre varios de estos nombramientos", comentó un asesor a este diario.

Bernard Aronson, el ex alto funcionario del Departamento de Estado, también argumentó que los latinoamericanos que están buscando detectar señales sobre la política exterior del próximo gobierno no deberían fijarse sólo en los puestos de seguridad na-cional y política exterior.

"El presidente electo acaba de nombrar a alguien para el puesto de representante de Comercio Exterior que está muy interesado y comprometido con la región, Robert Zoellick", dijo Aronson.

Señaló que después de asegurar la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el presidente Clinton dejó de promover el libre comercio en Latinoamérica de forma vigorosa, particularmente después del escándalo de su destitución cuando el presidente no deseaba hacer algo contra los intereses de la gente del sector sindical que lo había defendido.

"Creo que verán un compromiso mucho más firme del presidente con el Area de Libre Comercio de las Américas", sostuvo Aronson a La Jornada.

El ex funcionario señaló que Bush no lle-gó a la Casa Blanca con el apoyo del sector laboral, sino que llega con un amplio apoyo de la comunidad empresarial, la cual desea promover el libre comercio.