MARTES Ť 16 Ť ENERO Ť 2001

Ť Inexistente, un programa cultural para niños sólido, dicen grupos de teatro

Rechazan críticos del instituto intermediarismo y falta de rigor escénico; "nada contra el GDF"

MONICA MATEOS-VEGA

El punto a debatir en torno a la polémica que se ha suscitado entre diversos grupos de teatro para niños en el Distrito Federal es la inexistencia de un programa cultural para niños sólido y no las simpatías o fobias políticas. Lo que está en juego es la calidad de la oferta artística, educativa y recreativa para los pequeños capitalinos y no las reputaciones de los funcionarios públicos y teatreros involucrados.

Bajo esas premisas, integrantes de Marionetas de la Esquina, la compañía Musicante y el grupo de Gabriela Huesca -todos ellos con poco más de dos décadas de experiencia en la creación escénica para niños- señalaron que sus críticas hacia la decisión del Instituto de Cultura de la Ciudad de México (ICCM) de contratar a una empresa privada para organizar y decidir los contenidos de espectáculos infantiles durante los últimos tres años "no es una campaña en contra del Gobierno del Distrito Federal, sino el rechazo al intermediarismo y la falta de rigor escénico".

Argumentando "recorte presupuestal", el ICCM contrató en 1997 a la empresa Desfiladero, conocida también como asociación civil Trova para los Niños, la cual organizó un programa denominado Juglares y jugares por todos los lugares en el cual "mediante la creación de pequeñas compañías ambulantes" se propuso "atender a niños en todas las demarcaciones territoriales, en los principales parques y jardines de la ciudad", según se explica en el libro Experiencias culturales del primer gobierno democrático de la ciudad de México.

Lourdes Pérez Gay, responsable de la compañía Marionetas de la Esquina, considera "un error que el ICCM haya concesionado a una empresa privada su obligación de implementar la política cultural infantil; ceder sus obligaciones le quita la responsabilidad de apoyar o promover la cultura para niños. Una agravante más es que la contratación de Desfiladero se hizo sin licitación de por medio".

En opinión de la creadora escénica Gabriela Huesca, un proyecto cultural para los niños del Distrito Federal implica "un compromiso trascendente, pues es parte de un proceso formativo lo cual requiere una planeación integral en la que intervengan especialistas en el tema, investigadores serios, con experiencia".

La actividad exige rigor cualitativo

En este sentido, los entrevistados explicaron que si bien en el programa Juglares y jugares... participaron grupos con experiencia en el ámbito escénico para niños, otras compañías carecen de un mínimo de perez-gay-lourdes2 calidad y en su momento, por ese motivo, fueron rechazadas al audicionar para el programa Alas y Raíces del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Es decir, la empresa Desfiladero, dirigida por Hernando Peniche, Pepe Frank y Valentín Rincón, no aplicó rigor cualitativo en la conformación de sus elencos lo cual denota la falta de planeación e investigación en torno a la demanda de atención cultural de los niños del Distrito Federal. Los responsables de esta instancia son creadores escénicos y no promotores culturales, conocidos como "gente progresista" por lo cual "nos extraña que manejen una crítica con ataques y descalificaciones personales", dijo Guillermo Diego, del grupo Musicante.

"Al amparo de esta empresa se crearon muchísimos grupos sin experiencia. El ICCM, cuando era Socicultur, tenía toda una planta de promotores culturales y si no la requerían hay gente que pudo haber hecho ese trabajo sin necesidad de concesionar ni provocar el intermediarismo. Formular, desarrollar, evaluar y rediseñar la política cultural es obligación de las autoridades a las que la ciudadanía les ha conferido ese mandato", señaló Pablo Cueto, director de Marionetas de la Esquina.

Los creadores escénicos puntualizaron que simpatizan con los planteamientos expresados por Camilo Albornoz, director de Mogijanga Arte Escénico (La Jornada, 9/enero/2001), "pero de ninguna manera responderemos y atizaremos enfrentamientos personales. Invitamos a los compañeros de Trova para Niños a dialogar bajo bases de entendimiento, autocrítica y criterios artísticos. Ha sido penoso leer argumentos de esta organización con tintes xenofóbicos, discursos populistas o de descrédito al decir que esto fue iniciado por 'un brasileño desconocido', o bien tratando de justificar a toda costa los manejos del presupuesto que les otorgó el ICCM".

Otro punto de descontento ha sido que el programa Juglares y jugares... ha propiciado un retroceso en la lucha del gremio por mejorar sus condiciones de trabajo al implementar "tabuladores raquíticos, pagos postergados o artistas excluidos por no compartir los criterios de los directivos", apuntaron Norma Chargoy y Guillermo Diego, de Musicante.

"Se daña a los niños al ofrecerles espectáculos de baja calidad; se les niega la posibilidad de tener una verdadera opción, de discernir, de vivir una verdadera motivación, un instante de trascendencia que alimente su conciencia o que desarrolle su inteligencia. La cantidad de niños atendidos no es una respuesta de fondo a sus necesidades culturales, sino una solución burocrática", concluyó Huesca.