MARTES Ť 16 Ť ENERO Ť 2001
Ť Es posible una rebelión de "aquellos que no están amparados por el mercado"
Los ciudadanos, clave del cambio, afirma Samuel Ruiz
ALEJANDRO GONZALEZ Y ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSALES
Gracias a la creciente participación ciudadana será posible el cambio en el sistema de gobierno de México, opinó en Querétaro Samuel Ruiz García, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas.
Agregó que la percepción ciudadana actual es que el presidente Vicente Fox Quesada favorecerá la paz en Chiapas, "lo cual está sucediendo".
Entrevistado este lunes por una televisora local en la capital de Querétaro, aseguró que el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994 generó "una modificación del pensamiento de la sociedad".
Abundó: "Estamos saliendo de una etapa donde decimos 'A ver cómo nos sale este Presidente', para decir 'A ver cómo hacemos que marchen las cosas'. Hay una participación social, ese es el cambio fundamental y por eso ahí la respuesta de que es posible el cambio".
Señaló que el triunfo de Fox sobre el PRI en las elecciones de julio pasado, "no está lejos de la influencia y de las consecuencias del levantamiento del 94".
Por otra parte, advirtió, "el discurso entre quienes están inmersos en el sistema económico global es preocupante. Dicen que fuera del mercado no hay salvación; la gente que no está bajo el mercado, bajo la posición del mercado, está inevitablemente destinada a perecer".
Consideró que "hay una potencialidad de rebelión en aquellos que no están amparados por el mercado".
Sugiere Arizmendi "prudencia y serenidad" ante el conflicto
Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de las Casas, aseveró que todas las peticiones del EZLN "son dignas de ser atendidas", pero sugirió "prudencia y serenidad" en cuanto a las medidas a tomarse en la entidad, y externó que el desarme del grupo rebelde "tiene que venir después" de que se firme la paz.
En rueda de prensa ofrecida el domingo por la noche, afirmó que se avanza "progresivamente" hacia la reanudación del diálogo, aun cuando "lo que se armó en varios años no se puede desarmar en tan poquitos días, pero lo importante es la voluntad que se está manifestando en estos hechos. Todos quisiéramos que se avanzara más rápidamente, pero hay una serie de estructuras que no son fáciles de replantear".
Enfatizó: "Es explicable la impaciencia de que se dieran todas las medidas pertinentes, pero también lo es la prudencia". Instó "a todos a que veamos con esperanza pero también con prudencia y serenidad estas medidas que se están dando".
Opinó que es "relativamente secundario" el que los 23 comandantes zapatistas y el subcomandante Marcos acudan encapuchados al Distrito Federal en febrero próximo. "Lo importante es escucharlos, tomar en cuenta sus justas peticiones". Más adelante precisó: "Ellos han utilizado el pasamontañas como un símbolo y eso es digno de respetarse".
Abundó: "Ojalá pronto llegue el día en que los zapatistas dejen las armas y puedan dar la cara limpiamente porque es verdad que a algunos grupos el pasamontañas les atrae mucho, pero a la mayoría del pueblo mexicano le molesta y le disgusta.
"Si llega el día en que ellos se quiten el pasamontañas y entran a una lucha política como quieren, no por el poder sino por la transformación del sistema que está generando tanta miseria y pobreza, ese día ellos tendrán más personas que los puedan aceptar y se quitarán muchas dudas sobre las reales intenciones que tienen los zapatistas."
Manifestó: "Es una gran ventaja que el EZLN no quiera más la guerra. Cuando lo comparamos con otras guerrillas, vemos que ésta es muy civilizada, porque ya no quiere más las armas, ellos quieren una salida política digna y adecuada por la que fundamentalmente lucharon".
También, señaló, debe atenderse la opinión de las comunidades, "ya que por atender a un grupo se puede desatender a otros y se lesionarían derechos legítimos de personas; el gobierno tiene que atender el bien de todas las comunidades, de tal forma que donde se vea que es contraproducente la presencia del Ejército hay que retirarlo lo más pronto posible", aunque en algunos lugares es necesaria su permanencia, pues persisten "problemas graves, como tráfico de armas y drogas".