LUNES Ť 15 Ť ENERO Ť 2001

Ť Aparecen más víctimas de los actos de tortura cometidos en la dictadura


Nuevas acusaciones contra el ex militar argentino

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 14 de enero. Las esperanzas de los organismos humanitarios en Argentina están ahora puestas en la cancillería mexicana, responsable de ratificar o no la decisión de la justicia de extraditar al ex oficial de marina Ricardo Miguel Cavallo a España, donde el juez Baltasar Garzón espera juzgarlo por los delitos de genocidio y terrorismo.

La imagen de Cavallo tras las rejas al ser notificado que la justicia mexicana daba vía libre a su extradición a España, respondiendo a la solicitud de Garzón, y que fue difundida por varios noticieros de TV locales, será "inolvidable" para muchas de sus víctimas sobvrevivientes aquí. Pero las historias sobre las andanzas de uno de los hombres que estuvo a cargo de uno de los más temibles centros clandestinos de detención de la última dictadura militar (1976-83), como fue la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), parecen no tener fin.

Silvina Testa escribió este día en el periódico Página 12 una larga y estremecedora crónica donde relata el caso de su hermana Sara, quien estuvo secuestrada en la Esma y fue llevada en ese período, varias veces a la casa de su familia en la provincia de Santa Fe por algunos de sus captores, entre ellos el propio Cavallo, que se hacía llamar entonces Marcelo.

De esta manera, Marcelo o Sérpico llevaba adelante el plan urdido por la marina para supuestamente "recuperar" a sus víctimas, someterlas a servidumbre en una imitación de las metodologías del nazismo. Silvina narra en su crónica que que "en los cinco meses que Sara estuvo secuestrada (en la Esma), la trajeron varias veces de visita, por supuesto siempre con algún torturador que la acompañaba. El viaje más patético fue el de un Año Nuevo. No le recomiendo a nadie empezar el año con dos torturadores en su mesa y en el patio de su propia casa.... Ƒqué se podía festejar ? Nada, sino la resistencia con el enemigo adentro y desear que murieran pronto todos esos asesinos. La burla era tan grande que nos trajeron regalos, dulces y bebidas, los mismos que torturaban a mi hermana día y noche en la Esma".

Otro de los terribles momentos que narra Silvina Testa es lo sucedido en el año de 1980, cuando la dictadura lanzó un programa escolar donde los alumnos debían rendir homenaje a las fuerzas armadas. "Entre las veinte estudiantes de mi clase, las monjas me eligieron a mí para que diera una clase especial... la perversidad del sistema se ensañaba con todos los miembros de la familia. Sara estaba siendo torturada en Buenos Aires al mismo tiemnpo que en el pueblo me obligaban a hablar bien de los torturadores", escribe Silvina. La crónica revela así la historia de una familia que acompaña a su hija militante, dentro de lo posible, en su vida clandestina. Sara y su compañero, al que llamaban El indio Ignacio. habían podido escapar de varios allanamientos, hasta que el cerco se cerró y se llevaron a la joven, cuando estaba con sus padres y su pequeña hija en un departamento de Buenos Aires.

En noviembre de 1989, en una llamada en la casa de la familia en Santa Fe, los torturadores avisan que están yendo para allá y que tiene que cerrar toda la casa. Silvina, que tenía entonces 15 años, relata que "ella venía con la consigna expresa de no hablar con nadie sobre lo que había vivido en el último mes. La traían porque querían blanquear su expediente en Santa Fe. Esa noche Sara no podía dormir, me hizo un gesto en silencio y yo comprendí que debía seguirla. Fuimos en punta de pie hasta la galería, cuando llegamos a ella se levantó el camisón y me mostró el vientre, tenía infinitas lastimaduras, después sus muñecas y sus pies, traían la traza de las sogas que amarraron sus miembros. Le pregunté qué era y me dijo llorando: 'la tortura, ves esto es de la picana eléctrica y este otro de estar atada días y días a una pared'. Nunca pude olvidar ese momento. Me parece verla a ella, esbelta y bella como se lo regaló la naturaleza, y el dolor que no sabía por qué espacio de su cuerpo gritar. Ya hacía mucho tiempo que no tenía fuerzas para la rebeldía".

Sin embargo, Sara se resistió a escribir una carta-trampa que le dictaban sus captores, para atraer a su marido, el dirigente que buscaban. "Su rebeldía no le alcanzó para salvar a su compañero", dice su hermana. Sara recobró la libertad el 25 de marzo de 1981, ese mismo día, El indio era capturado.

Entre tanto, Laura Bonaparte, de las Madres Fundadoras de Plaza de Mayo, calificó como "fantástico" el fallo de la justicia de México. "Hubiese sido terible que Cavallo sea autorizado a volver a la Argentina"", sostuvo, al referirse a una serie de maniobras políticas y judiciales denunciadas la semana anterior aquí, que buscaban abrir causas locales que pudieran servir para solicitar a México la extradición del ex marino a Argentina, donde quedaría libre por haber sido favorecido por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida (de amnistía para los militares) dictadas en 1987. El pasado 7 de enero, el periodista y escritor Horacio Verbitsky había advertido sobre una serie de gestiones que buscaban impedir que Cavallo fuera extraditado a España. Esto mismo fue denunciado por el periodista Juan Gasparini, una víctima que vive en Suiza y cuya esposa, Mónica Edith Jaúregui y su amiga Olga Delia Aldaya fueron asesinadas por el propio Cavallo mientras a él lo mantenían en un automóvil frente su casa.

Mientras esos intentos sucedían en Argentina, el ex marino Adolfo Scilingo -quien en 1995 admitió la existencia de los llamados vuelos de la muerte, por medio de los cuáles unas 2 mil personas fueron arrojadas al mar vivas y drogadas con somníferos-, recusaba al juez Garzón por supuesta parcialidad, entre otras cosas, por su amistad con el escritor Erenesto Sábato.

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), para el cual la decisión mexicana y otras medidas de la justicia anuncian el fin de la impunidad para los responsables de crímenes aberrantes, espera que "la cancillería de ese país ratifique la misma voluntad por lograr la verdad y justicia".