DOMINGO Ť 14 Ť ENERO Ť 2001
Ť Dirigirá Nicolás Echevarría un guión del escritor
Necesitamos sueños que hagan llevadera la realidad: Villoro
Ť La cinta Vivir mata empezará a rodarse el 10 de febrero
Ť La música será de Mario Lavista y Café Tacuba
MONICA MATEOS-VEGA
Hace poco más de cuatro años, al día siguiente de la inauguración de los Juegos Olímpicos en Atlanta, Juan Villoro comenzó la escritura de Vivir mata, un guión de cine que describe cómo en la ciudad de México la mentira es el camino más corto al corazón.
Luego de 28 versiones e innumerables discusiones con el cineasta que llevará la historia a la pantalla, Nicolás Echevarría, todo está dispuesto para que el próximo 10 de febrero empiece el rodaje de la cinta, que será protagonizada por Daniel Giménez Cacho, Emilio Echevarría y Luis Felipe Tovar. En la música trabajan ya Mario Lavista, en mancuerna con el grupo Café Tacuba, y está por definirse quién será la actriz principal.
"El cine mexicano pasaba por un bache cuando inicié la escritura de esta historia; hoy existen más películas de calidad, y en ello ha sido indispensable un buen guión", señala Villoro, quien completa así su tercera colaboración con el director de Cabeza de Vaca.
El primer argumento que el escritor realizó para que lo filmara Echevarría se titula El mapa movedizo -publicado en la colección de guiones de Plaza y Valdés-, el siguiente fue La calavera de cristal, una serie de aventuras sobre la historia de México que produciría Televisa.
Y aunque nunca se concretó ninguno de esos proyectos, ambos creadores insistieron en su idea de conjuntar sus inquietudes cinematográficas. Apoyada por Titán Producciones y Argos Cine, Vivir mata será una realidad a finales de año.
El oficio de guionista en el cine mexicano, considera Villoro, "es un camino muy largo de paciencia y sacrificio, pues uno tiene que rescribir muchas veces a favor de un colectivo, pues hacer guiones es una forma industrial de contar historias. Cuando el cine estaba decaído no se fomentaba que los escritores se incorporaran a ese proceso colectivo. Actualmente hay una recuperación de obras literarias en la pantalla grande, que me parece importante".
-ƑHay más confianza entre los escritores para participar en el cine mexicano?
-Sí, pero la verdad es otro medio. Confieso que no me considero una persona que tenga especial habilidad para contar historias a través de imágenes; tengo una tendencia a contar de manera literaria y no necesariamente un escritor de ficción, de novelas o cuentos, es un buen guionista. Hay una especificidad del guionismo que se me escapa; ya veremos qué resulta ahora.
"Por ejemplo, a mí no me gusta que sucedan muchas cosas en pantalla, y es un problema evidente para un director de cine porque ese arte vive del movimiento, aunque hay muy buenas películas estáticas donde se habla mucho. Yo quería que Vivir mata fuera una película de gente que estuviera hablando y que las acciones se vieran a través de los diálogos, un poco como teatro, pero con la diferencia de que las escenas ocurrían en tal yuxtaposición, en tal simultaneidad, que hubiera sido imposible hacerlo como obra de teatro. Mi idea original se modificó bastante para hacerla más llevadera para Nicolás.
"El guión fue como hacer un traje a la medida, aunque es muy distinto a lo que él había filmado antes. Por eso, más que un traje a la medida, es como un disfraz a la medida, porque Echevarría es un cineasta de aliento épico, de temas rurales, en donde la gente habla muy poco, la pista sonora de sus filmes es importante por la música, no tanto por los diálogos. De alguna manera, Cabeza de Vaca, su anterior película, es sobre la derrota del lenguaje, pues trata de un tipo que se pierde entre tribus cuyos idiomas ignora y nunca se puede comunicar.
"Y Vivir mata es todo lo contrario, es una cinta urbana, de tono irónico; la gente no deja de hablar. Nicolás quiere hacer este cambio de piel y ojalá le quede bien su disfraz a la medida".
-ƑPor qué elegiste a la mentira como protagonista principal de esta historia?
-El arte es una forma creativa de la mentira y nosotros necesitamos no sólo la realidad que nos rodea, sino ilusiones, anhelos y sueños que la hagan llevadera. El cine como la literatura viven mucho de lograr que esas mentiras sean convincentes. Lo mismo ocurre con la seducción: muchas de las cosas que nos gustan de las demás personas son atributos que no necesariamente son reales. A partir de esta situación exploro la relación de dos personas que se aman de una manera muy genuina, precisamente porque se mienten, es decir, para tener una relación apasionada requieren encarnar un personaje que los libera. Como dice Oscar Wilde: la mejor manera de hacer que una persona diga la verdad es ponerle una máscara. O como le dice El Pingüino a Batman: me encanta la franqueza de un hombre enmascarado. La máscara te protege para decir verdades que en otras circunstancias no se dicen.
-ƑCuál sería el antídoto para que el cine mexicano no caiga en la repetición de temas urbanos que actualmente son un éxito de taquilla?
-Uno de los grandes peligros del cine es que pretende tener un público amplio; por lo tanto, trata de ser complaciente con un gran auditorio. La idea del capricho individual o de la integridad del artista se ve muchas veces disminuida por la exigencias de taquilla. Cuando se trata de llegar a millones de personas se tienen que hacer demasiados compromisos. Ahí está el peligro de convertir al cine en un medio de comunicación banal que le da a la gente lo que ya sabe. Muchos productores piensan en lo que la gente quiere recibir y eso es una contradicción, porque el público lo que desea son cosas que no ha visto, sorpresas. Hay que apostarle a eso.