El canto sangurima
LUIS ANGEL SILVA
El ambiente sonero en México está lleno de mediocridad y, según parece, irá de mal en peor. Por esa razón tuve una grata sorpresa con la puesta en escena de El canto sangurima, que se presentó en el Teatro Helénico sólo durante un par de días y ya no está en cartelera. Este espectáculo músico escénico (según reza el programa de mano), estructurado en forma de cantata, se basa en la novela Los sangurimas, del escritor ecuatoriano José de la Cuadra.
En mi modesta opinión fue un oasis muy necesario ya que la música que envuelve este espectáculo está muy bien lograda. La obra fue presentada por actores y músicos que residen en San Luis Potosí, ciudad que mantiene una actividad sonera digna de tomarse en cuenta. Espero que aquí en el Distrito Federal las autoridades culturales pongan atención y más pronto que ya, hagan lo mismo.
Esta obra se hace acompañar de un disco compacto con las canciones de Fernando Carrillo, encargado también de la musicalización y producción de la misma. El libreto y dirección escénica de El canto sangurima, son de Jesús Coronado, mientras que la coreografía es de Arturo Garrido.
Los músicos dignos de mencionarse por la pulcritud de sus ejecuciones son Julio Parga en la guitarra y arreglista; en el tres, Guillermo Willy Trejo; Juan Carlos Hernández en el bajo; timbales, Lorenzo Flietes; Ramón Nieto en los tambores; las voces de Fernando Carrillo, Julio Darío, Antonio Parga, así como Enrique Ocaña. Actúan Mario Martínez y Antonio Orta.
Este grupo brinda al escucha una forma fresca de tratar el son cubano. Aunque se apoya de vez en cuando en estilos ya conocidos, no cabe duda que posee originalidad. Hago votos porque esta producción vuelva a presentarse aquí pero apoyada con una publicidad adecuada ya que esta vez muy pocas personas se enteraron de su temporada en el Teatro Helénico.
Cosas así valen la pena. Ojalá que esto abra puertas y los soneros tengan escenarios donde mostrar sus habilidades, y así la mediocridad que impera en el medio pueda desaparecer aunque sea poco a poco.
Que el sonero mexicano tiene talento ni duda cabe, pero la verdad aunque duela, carece de profesionalismo y deseos de superación. Ojalá que pronto se ponga de pie para pelearle los aplausos a todo aquel que venga de fuera, pues con honrosas excepciones nos han visitado exponentes que en otra época no hubieron tenido éxito.
Venga, pues, mi humilde felicitación para todos y cada uno de los que participaron en este espectáculo músico escénico. "Pa'lante y pa'lante como el elefante".