SABADO Ť 13 Ť ENERO Ť 2001

Ť Exposición del fotógrafo francés en la Casa de Francia

Comprender a los tarahumaras y no alterar el equilibrio en el que viven, pide Tournebize

Ť Autor de un libro con imágenes que constatan la magia de esa etnia descrita por Artaud 
 

MONICA MATEOS-VEGA

''En nuestro tiempo nadie sabe ya qué cosa es una raza-principio, y si yo no hubiese visto a los tarahumaras creería que esta expresión ocultaba un mito. Pero en esa sierra muchos grandes mitos antiguos se revisten de actualidad", escribió el francés Antonin Artaud (1896-1948), en los años treinta, luego de su convivencia con el pueblo que lo acercó ''a la esencia del hombre".

Medio siglo más tarde, sus ideas, expresadas en el libro Viaje al país de los tarahumaras, provocaron en el fotógrafo francés Gérard Tournebize (París, 1958) el impulso por visitar el hogar de los ''hombres de pies ligeros". Un profundo respeto, aprendido de la experiencia de Artaud, fue la llave que abrió para Tournebize el espíritu rarámuri, no sólo para poder captar imágenes llenas de claves ocultas de los habitantes de la sierra chihuahuense, sino para demostrar que la magia descrita por el autor de Manifiesto del teatro de la crueldad era cierta.

Captar la dignidad humana

solUna estancia de tres años en las montañas tarahumaras brindó al fotógrafo el material para conformar la exposición Viaje al país de los tarahumaras, así como un libro en el que se incluye ''una meticulosa selección" de textos de Artaud. Ambos trabajos se presentaron en la Casa de Francia.

''La primera vez que llegué a la sierra Tarahumara fue en 1989. Mi idea no era ir sobre las huellas de Antonin Artaud, sino interpretar sus experiencias. Llegué en caballo a una comunidad en la cual soplaba mucho viento, lo primero que vi fue a tres tarahumaras que me ignoraron totalmente, como si yo fuera invisible. No tomé fotografías inmediatamente, no era prudente, no es bueno llegar así, con una especie de glotonería por conocerlos", recuerda Tournebize.

Para el fotógrafo esa visita se prolongó el tiempo suficiente para comprender que en los escritos de Artaud ''no hay una sola palabra que no tenga un sentido preciso" y para poder captar la dignidad humana.

''No me interesa retratar la pobreza, eso es externo. Los tarahumaras son pobres materialmente porque ellos rechazan lo material y porque los han saqueado, pero conservan sus conocimientos y los defienden sin temor a nada. En este sentido, creo, hay que proteger esta cultura. No se trata de irse a vivir con ellos, sino de comprenderlos y no violentar el equilibrio en el que viven", añade.

Indiferencia por lo autóctono

El respeto a la naturaleza, las ceremonias de curación del alma, rostros de niños, ancianos y chamanes y los paisajes de la sierra que emiten mensajes sólo comprendidos por los iniciados son las escenas que ''completan", en el libro de Tournebize, afirmaciones de Artaud como ésta: ''La idea más alta de la conciencia humana y de sus respuestas universales; lo absoluto, la eternidad, lo infinito, existe aún entre esta raza de viejos indios que dicen haber recibido el sol para transmitirlo a los que lo merezcan..."

El fotógrafo francés señala que la indiferencia mostrada por muchas personas respecto de la culturas indígenas se debe a una mala educación lo cual provoca que, incluso, los medios de comunicación den mayor difusión a expresiones artísticas europeas, pues ''la imagen indígena no representa la idea de progreso que impone el hombre blanco. Hemos perdido mucho.

''No es cierto que el indígena sea triste, ignorante y flojo. Eso es lo que quiero mostrar con mis fotografías y decir alto, ¿adónde vamos con esta actitud?, estamos equivocados: hay una maravilla en el conocimiento indígena."

Las imágenes de la Semana Santa tarahumara concluyen las páginas del libro de Gérard Tournebize en el que se lee a Artaud: ''En la montaña Tarahumara, todo habla de lo esencial: es decir, de los principios según los cuales se ha formado la naturaleza. Y todo vive por obra de estos principios: el hombre, las tempestades, el viento, los silencios, el sol.

''Así es la vida de este extraño pueblo, sobre el que jamás ninguna civilización tendrá influencia."

(Viaje al país de los tarahumaras, muestra del fotógrafo francés Gérard Tournebize, se exhibe en la Casa de Francia, en Havre 15, Zona Rosa.)