Ť Convoca a sacerdotes a reimpulsar, de modo "urgente", la evangelización
Norberto Rivera acepta que la Iglesia católica pierde terreno frente a otros grupos religiosos
Ť La mayoría de los fieles sólo cuenta con
una "fe poco desarrollada", según el cardenal
JOSE ANTONIO ROMAN
En una seria autocrítica, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, señaló que la mayoría de los católicos bautizados "no han sido debidamente evangelizados" por la Iglesia y su fe "no se ha desarrollado". Ante el avance de otros grupos religiosos, dijo, la nueva evangelización "se ha vuelto urgente".
En el documento La misión permanente en nuestra iglesia local, presentado en el último acto del Jubileo 2000, el prelado pide a los feligreses católicos "visitar casa por casa" en grupos misioneros para llevar el mensaje del Evangelio, imitando así a otros grupos religiosos "protestantes" que han tenido mucho éxito proselitista.
Aun cuando se pide que esta acción se realice en forma permanente, Rivera Carrera exhorta a que "al menos una vez por año" se haga de manera "intensiva", preferentemente en los tiempos litúrgicos fuertes o en una ocasión significativa para la comunidad, tal como la fiesta patronal.
Incluso insta a los sacerdotes a "ser muy cuidadosos" en la celebración de las misas dominicales, pues para muchos católicos es el único acto religioso que realizan con regularidad. Los pastores deben aprovechar esta fe de los católicos para realizar un servicio litúrgico con un sentido pedagógico y misionero.
En el texto, de 42 páginas, el cual esta semana está siendo entregado a los casi 2 mil sacerdotes y religiosos católicos que hay en el DF, el cardenal Rivera precisa que ante la fe poco desarrollada que tiene la mayoría de los católicos, prácticamente es necesario una "reiniciación cristiana".
"Evangelizar las culturas que conforman la ciudad capital es una tarea difícil que sólo será posible cumplir con proyectos de largo alcance que tengan consistencia y continuidad. El reto es grande: llevar el Evangelio a la realidad urbana no de una manera decorativa, como un barniz superficial, sino que manera vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces".
Rivera Carrera plantea que la decisión de extender la acción pastoral más allá de los templos no debe considerarse cumplida con la mera acción mecánica de salir a la calle, sino de salir con una intención evangelizadora y misionera. "La Iglesia ha entendido que su misión, como servicio de la caridad, se manifiesta en un compromiso por la justicia, la paz, los derechos humanos y la solidaridad".
El Plan Pastoral 2001 convoca a las comunidades parroquiales a que tengan no sólo programas permanentes de formación de agentes de pastoral, sino también realicen acciones que tengan por objetivo favorecer a los más necesitados. Relacionándose "de forma habitual" con vecindades, cárceles, hospitales, asilos, según las condiciones de cada lugar.
Destaca la importancia de la participación de la comunidad católica en iniciativas encaminadas a la promoción de la educación, la defensa de los derechos humanos y de los valores evangélicos. A lo largo del documento, Rivera reitera que la fuerza presente y futura de la Iglesia católica radica en la integración de los laicos al compromiso evangelizador.