MARTES Ť 9 Ť ENERO Ť 2001

La creíble y vera historia de Kalimán, el hombre increíble /II

CESAR GÜEMES

Es el propio Ricardo Jiménez Todd, investigador especializado dentro del comic mexicano en la variante de Kalimán, quien descubre uno de los que pueden ser los secretos mejor guardados del semanario: la identificación que ocurre, independientemente de la edad, entre el personaje Solín y el lector. Ahí reside, según Todd, uno de los pilares de la aceptación masiva que ha tenido. En sus palabras, recogidas para este reportaje, señala: ''Kalimán utiliza un método fascinante que no descubrí sino hasta estas fechas en que me he dedicado a estudiar el fenómeno. Solín, su pequeño amigo, no es otro sino que el mismo lector".

-Es un buen hallazgo: Solín como el reflejo de quien desea aprender de un profesor que gusta de acercarse, así sea tangencialmente a la filosofía y a las llamadas artes marciales.

-Sí, cuando Kalimán quiere dejar una enseñanza a los niños que leen o escuchan sus aventuras, se dirige a Solín. El niño en ocasiones participa ayudando a Kalimán, con lo cual queda satisfecho el ego personal de nosotros al sentirnos parte de la solución. Ese es un logro de sus creadores que me parece de lo más interesante porque explica una de las razones a las cuales se debe que fuera tan aceptado.

Sin violencia y sin alcohol: Desde luego es natural sospechar que las peripecias del personaje fueran susceptibles de repetirse, ya sea por cansancio de sus creadores o por el éxito de una estructura narrativa probada. Sin embargo, Jiménez Todd encuentra una salida a este argumento: ''Kalimán mantiene y mantendrá un aspecto muy romántico de la literatura de folletín. El dueño actual del personaje mantiene la idea de que el principal objetivo de esta subdivisión es formativa y de entretenimiento. Aunque ya se exploran nuevas formas de difundirlo y comercializarlo, como es el juego para computadora que está a punto de lanzarse al mercado. Aclaro que nunca se ha intentado explotar indiscriminadamente su fuerza pública para fines comerciales. Una prueba de esto es que nunca verás un anuncio de cerveza, licor, cigarros, armas, pornografía ni nada parecido en las revistas de Kalimán."

Y sin un estudio formal: Así como el carácter del personaje y la política de la empresa que lo edita no lo hace candidato a anunciar cierto tipo de productos, tampoco ha recibido Kalimán un tratamiento decoroso en cuanto a su historia, su efecto en el público o su actual presencia. Otro tanto ha ocurrido, salvo excepciones que hacen más bien un compendio que un análisis crítico, con personajes del comic mexicano de indiscutible renombre: Chanoc, Memín Pinguín, Aguila Solitaria o La Familia Burrón.

El arte del sepia: Hasta aquí tenemos ya casi todos los elementos que dieron por fruto al semanario que nos ocupa. Falta, sin embargo, dar crédito a quienes llevaron al color sepia las aventuras de Kalimán. Víctor Fox conservó su puesto como guionista luego de los dos años que pasaron entre que se transmitió la primera emisión del serial y que apareció el primer número impreso del comic. Pero la ausencia de las voces en el medio editorial, fue si no superada sí equiparable gracias al trabajo de dibujantes profesionales. Cabe destacar en este momento que la actual versión que se tiene cada siete días en los puestos de periódicos dista mucho de la calidad que al nacer para la vista le confirieron con su impecable desempeño personas como Leopoldo Z. Salas, responsable del trazo, fondo y tono del superhéroe mexicano. Fue él quien le imprimió el característico tono sepia que por vía distinta gozaron Memín Pinguín y el melodrama editado de Lágrimas y Risas.

A Salas se le unieron pinceles como los de Heladio Velarde y José Luis Gutiérrez, que en distintos momentos se hicieron cargo de las espectaculares portadas que dejaban sin oportunidad a Batman, El Hombre Araña o el mismo Supermán. El entintado del Kalimán original fue de Cristóbal Velazco, mientras que Navarro y Vázquez González se dedicaban a generar historias que después de Fox fueron adaptadas por Jorge Díaz de León.

Ese fue el equipo que semana a semana desde su primera entrega hasta que se desintegró y algunos de sus miembros fallecieron, incluido el propio Modesto Vázquez González, convenció al público lector de historietas que apostar por un personaje nacional, así viviera sus lances como una especie de exiliado literario, valía la pena.

Y tan lo valió que a lo largo de la emisión semanal se han publicado ediciones especiales, ya por su tamaño, ya por su colorido o duración de la anécdota. De este modo tenemos las versiones impresas tituladas Grandes aventuras (1983), Kalicolor (1987), Kalimán de lujo (1989), Kalimán gigante (1993) y Libro Kalimán (1994). Después de esta última fecha las entregas semanales sufrieron un impasse y que para fortuna de los asiduos al personaje fue solventado de forma que la historieta reanudó su vida normal a partir de octubre de 1998.

El factor Solín: Antes de llegar al cierre de este reportaje con la respuesta a quién goza de los derechos del personaje y la opinión de tan singular miembro de la cultura impresa, continuemos desvelando los resortes ocultos que hacen de la revista una de las preferidas de los lectores a ya largos 35 años de que apareciese por vez primera.

Al también ensayista Javier Delgado, el otro de los dos únicos especialistas que sobre Kalimán hay en México, lo que más le seduce del personaje es su reminiscencia de caballero medieval, por una parte, y su relación fraternal con el personaje Solín, por otra. Así lo explica: ''Somos latinoamericanos y Kalimán encarna el ideal de la hombría del mexicano y de muchos habitantes de América Latina: respeta siempre a las mujeres y protege a los niños; curiosamente, lo más valioso que tiene no es su riqueza que radica en gran medida en sus conocimientos, sino su honor. Es un caballero galante, con dejos de ternura pero implacable en cuanto se trata de batirse por una causa, noble desde luego entendido esto como en beneficio de una persona o un grupo que se vea desprotegido o amenazado. La entrada del programa radiofónico lo define muy bien y casi lo dice todo. ƑQuién no querría conocer o tener cerca de alguien así? La relación de Kalimán y Solín, por su lado, no es la de maestro-aprendiz, sino de padre-hijo. Es una relación abierta, de camaradería, enseñanza y juego."

Puede considerarse una licencia entre lírica y pedagógica de sus creadores aquello de las lecciones, pero Delgado lo ve de otra forma: ''Los autores aprovecharon la popularidad para repetirnos una serie de enseñanzas que siguen siendo vigentes, y que en esencia dicen 'piensa antes de actuar' o 'evitar los hechos violentos' bajo el llevado y traído lema de 'serenidad y paciencia, mi querido Solín, siempre hay un camino cuando se sabe mirar con los ojos de la inteligencia'. Esto se repitió hasta el cansancio en cada uno de los ejemplares, los seriales de radio y sus dos películas."

-Lo que ocurre con la actual publicación es que sí se repite, no por la vía del autoplagio sino de la reiteración de aventuras ya editadas.

Replica Javier Delgado:

-Eso se permite merced a que el personaje ya es parte de la cultura popular. Muchos no saben que se está reeditando, aunque la calidad de la revista deja mucho que desear si comparamos el inicio con el comic actual. Pero una cosa me queda muy clara: el público que lee el comic extranjero no es el que lee Kalimán. La historieta se encuentra arraigada en lo que hoy son las clases medias y sin duda a los trabajadores cuya remuneración es de las más humildes del país. El público que puede pagar 4 pesos por una revista, que ante el salario mínimo distan mucho de los 10 a 20 pesos que cuesta un comic extranjero, es muy definido y definitorio. Esa es la raíz de su popularidad. Son aventuras exóticas y hasta podría admitir que pueden funcionar para escaparse de la realidad, pero al mismo tiempo resulta que esos mundos lejanos e imaginarios son comprensibles para la mayoría de sus lectores y de quienes nunca lo han leído.

Entonces, hay una relación de orden sociológico entre el personaje y sus seguidores. En palabras de Delgado: ''Lo mismo en Calcuta, Egipto o la India, los amigos de Kalimán son siempre los pobres, los que están en desventaja ante un sistema que los mantiene así o los ignora. Sin embargo son supervivientes que pese a la adversidad mantienen la esperanza. Lo mismo en México, Colombia, Perú o Venezuela siempre hay personas que se identifican con estas condiciones. Se escapa de su realidad, pero no tanto que su existencia se vuelva pura fantasía".