MARTES Ť 9 Ť ENERO Ť 2001
Ť A algunos padres de familia, la vuelta de sus hijos a las aulas "sí les conviene"
Para maestros y administrativos, el regreso a clases no tendrá nada de revolución educativa
Ť Mientras existan tantas categorías de profesores, para el personal de las escuelas la felicidad pende de un hilo
KARINA AVILES
Fernando Torres regresó ayer, como hace desde 1977, a su mismo puesto, la puerta de la Secundaria 18, para supervisar que ninguno de los chavos que está a punto de entrar se "desvíe" por ahí cerca.
Para él, este nuevo ciclo escolar, más que de "revolución educativa" será de lidiar con la misma rutina: espantar a los "vagos" que se juntan en parvada afuera de la escuela, checar la asistencia de los alumnos y a veces hasta hacerla de maestro. Fernando es prefecto, y todo esto lo hace por 2 mil pesos a la quincena.
Pero para los papás, ayer sí inició una "revolución": La de sus horarios. "Cambió el ritmo de la flojera", sintetiza la señora Matilde, sentada en una banca afuera de la primaria Manuel López Cotilla. Hay que levantarse por lo menos dos horas más temprano, entre lo que el niño se baña, desayuna, sale de la casa, llega a la escuela, y todavía debe sobrar tiempo para que uno llegue al trabajo, si no a la hora exacta, aunque sea no tan tarde, completa Angélica Osorio, mientras observa por un orificio del zagúan de la primaria Capitán Emilio Carranza los honores a la bandera en los que participa su hija.
A pesar del pisa y corre, algunos padres dicen que el regreso a clases definitivamente les conviene. A unos porque los niños ya no están todo el día en casa, y a otros porque literalmente aprovechan la escuela.
Las expectativas para este ciclo no pueden ser muy grandes: maestros
Por ejemplo, la señora Rosa Arias no desperdició ni un minuto del primer día de clases de su pequeña Ariadna. Entre todas las mamás que se apiñaron a las afueras de la reja de la primaria Manuel López Cotilla buscó a sus deudoras para cobrarles el tupperware o la coladera de Avon que le quedaron a deber el año pasado. Sin embargo, muchas se le fueron, y con ello, las perspectivas de llevar a su casa un poco de dinero.
Los maestros también hablaron acerca de sus perspectivas para este ciclo escolar que empieza: "No pueden ser muy grandes", comenta el profesor Martín Yescas Ortiz, quien trabaja en la Dirección 2 de Educación Primaria. Y es que mientras existan tantas categorías o "tantas clases" de profesores y unos ganen 2 mil y otros, los menos, ganen hasta 15 mil pesos a la quincena, la felicidad pende de un hilo. No obstante, dice tener un actitud positiva y estar descansado, porque se fue unos días a Veracruz.
No todos los maestros o miembros del personal del sistema educativo nacional pueden decir lo mismo. Muchos se quedaron en sus casas sin respirar otros aires por sus bajos salarios, y otros se emplearon en vacaciones dando clases particulares para completar el gasto. Todos están sin dinero por las compras decembrinas y los Reyes Magos para sus hijos.
Otros más se sienten a disgusto, pero no por el inicio de cursos. Verónica Cicourel, quien acompaña en la puerta de la Secundaria 18 a Fernando Torres, dice que esa escuela "baja el ánimo, porque la dirección es muy negativa y prepotente".
Por eso le urge dejar de ser prefecta --una figura odiada por la mayoría de los alumnos-- y acabar la carrera de psicología educativa.
Casi 30 millones de educandos volvieron a su centro de estudios
Así, cada cual con su historia, maestros, alumnos, trabajadores y tutores regresaron a su respectivo colegio. En total, casi 30 millones de alumnos en todo el país de los niveles básico, medio y superior y un millón 468 mil 355 miembros del sistema educativo nacional, entre docentes y personal administrativo y de apoyo.
También la UNAM reinició sus actividades. A sus jardines, explanadas y salones concurrieron de nueva cuenta más de 300 mil universitarios.