MARTES Ť 9 Ť ENERO Ť 2001

Ť Autor de El que no lea este libro es un imbécil, obra publicada por Taurus

Ingerimos a diario dosis masivas de idiotez, plantea Ponte di Pino

Ť ''Son casi infinitos los testimonios y las reflexiones acerca del tema'', escribe

Ť Es una explicación relacionada con ensayos de Baudelaire y Musil, entre otros

MIRYAM AUDIFFRED

Se dice que la humanidad habla unas 20 mil lenguas distintas y que en todas ellas existe o ha existido la palabra ''estúpido". Bien advirtió Spinoza que la mente humana no puede ser destruida en su totalidad y que, si hay partes perdurables, una sería la imbecilidad.

El escritor italiano Oliviero Ponte di Pino lo sabe y, por eso, cayó en la tentación de atravesar los territorios de la estupidez para escribir, con base en 565 citas de grandes pensadores, la historia del modo en que se ha estudiado, analizado y catalogado a los cretinos.

El que no lea este libro es un imbécil es el título de la obra de Ponte di Pino, publicada en días recientes por editorial Taurus, y con ésta el autor busca demostrar que ?en sus palabras? ''todos tragamos a diario dosis masivas de idiotez (nuestra y ajena) y son casi infinitos los testimonios y reflexiones que hay sobre este tema".

Trabajo complementario
foto-OLIVIERO
No obstante que el nombre del volumen se presta a numerosas interpretaciones, esta obra no es un censo de estúpidos ni un diccionario de estupideces. Es, más bien, una explicación y un complemento a los escasos trabajos que a lo largo de la historia han realizado hombres como Robert Musil, Charles Baudelaire, Gustave Flaubert y Elias Canetti, por mencionar sólo a algunos connotados escritores.

Nacido en Turín, en 1957, Ponte di Pino está seguro de que el siglo XX puso en claro que ''la estupidez puede explotar en cualquier momento y en cualquier parte" porque el hombre nunca mide las consecuencias de sus actos.

''Probablemente Albert Einstein estaba pensando en esto cuando dijo que sólo el universo y la estupidez humana son infinitos", señala.

Y es que para el autor de Nuovo teatro in Italia (1988) y de la Enciclopedia pratica del comico (1995) ''las atroces catástrofes del siglo recién transcurrido no hicieron sino reforzar la concha del género humano. Aumentaron su imbecilidad.

''El siglo XX celebró sus crímenes con la más alegre despreocupación: como un auténtico necio, el siglo llega a su ocaso bajo la enseña del top cuarenta radiofónico, del triunfo de la televisión más basura, de los desfiles de moda y de la bulimia publicitaria, de los campeonatos mundiales de futbol y de los índices de (la) Bolsa".

Si algunos pensadores aseguran que el hombre moderno está en busca del absurdo, Ponte di Pino prefiere señalar que hay un camino paralelo al conocimiento que desemboca, inevitablemente, en el absurdo, la ignorancia y la estupidez.

''El progreso es sólo una sombra ?aclara?. Hablamos por la Red y pensamos que ésta provocará nuevas formas de inteligencia colectiva cuando, en realidad, lo que se ha generado son nuevas formas de estupidez colectiva.

''Atestiguamos el nacimiento de los estúpidos globales que piensan que la globalización y el mercado libre resolverán los problemas de la humanidad. Pero la estupidez nunca se pasa de la raya; allá donde pone el pie, ése es su territorio."

De hecho, sostiene que el ser humano masificado, cretinizado por un trabajo repetitivo, embrutecido por la propaganda totalitaria, atolondrado por la televisión y lobotomizado por lo virtual, es un ''estúpido de primer grado".

''Hondas raíces''

Colaborador de numerosas revistas, el también autor del Quaderno del Vajont (1999) se atreve a señalar que la estupidez tiene ''hondas raíces" en la tradición cristiana, pues ésta se ha dedicado a difundir la siguiente idea:

''Beatos son los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos."

Además, comenta que son muchos los hombres y las mujeres que, como San Giuseppe da Cupertino ?quien es el patrón de los estudiantes? alcanzaron la santidad gracias a que su estupidez fue lo suficientemente grande para engañar al diablo.

''Me temo que la estupidez es irreversible, aunque no sé si sea necesaria ?expresa. Hemos sido capaces de entender la necesidad del mal en la creación pero nadie ha podido explicar por qué Dios decidió poner imbecilidad en el mundo."

Robert Musil, autor del ''clásico'' El hombre sin atributos, escribió hace años que ''no existe una sola idea importante de la que la necedad no haya sabido servirse".

De ahí que el nuevo libro de Oliviero Ponte di Pino contenga sandeces en cantidades masivas.

''Preparar este banquete me ha costado mucho, así que sólo me queda advertir que es necesario tener cuidado, leer en cantidades módicas y no exagerar porque ?concluye el escritor? la estupidez no conoce antídotos."