LUNES Ť 8 Ť ENERO Ť 2001
Ť De 135 mil egresados, 20% está empleado en su ramo: documento oficial
La educación agropecuaria, desvinculada de las necesidades del campo y carente de apoyo
Ť En el programa presentado para el rubro, el gobierno plantea crear un consejo nacional
ANGELICA ENCISO
De los 135 mil egresados de instituciones de educación agropecuaria, tan solo 20 por ciento está empleado en el campo. Esto se debe a que las escuelas públicas que ofrecen estudios en agricultura y áreas afines no se han modernizado para responder a las necesidades del sector productivo, permanecen desvinculadas de las demandas de los campesinos y carecen de apoyo económico del sector privado.
Ante esta situación, el gobierno foxista se propone crear el Consejo Nacional de Educación, Capacitación, Investigación y Desarrollo Tecnológico, además de integrar el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología Agroindustrial, con lo que se transformará el actual Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, según revela el programa presentado en torno al rubro por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación.
El documento plantea realizar cambios institucionales para responder a las nuevas políticas del sector rural y sus necesidades de cambio, además de propiciar la integración de la educación formal e informal con la investigación y la transferencia de tecnología, todo ello con el fin de agilizar la incorporación del conocimiento científico al medio rural y promover la vinculación efectiva de la educación agrícola con la realidad del campo.
Todas estas propuestas se derivan del severo diagnóstico que sobre este rubro plantea el programa, que parten de señalar que actualmente existe una desvinculación interinstitucional entre educación, investigación y desarrollo tecnológico, pero que ésta se da además entre dichas áreas y otras instituciones relacionadas. Esto lleva a un aislamiento institucional, duplicidades y a que existan áreas desatendidas: por ejemplo, no hay relación entre los sectores agrícola, educativo y financiero.
Además, precisa, a las instituciones de investigación, educación y programas de transferencia se canalizan recursos insuficientes e inoportunos. Se carece de una visión y una misión compartida entre todos estos sectores; faltan estrategias y metodologías diferenciadas y complementarias para el desarrollo del campo.
En el país, detalla, existen únicamente 75 escuelas que ofrecen el título de agrónomo, y de aproximadamente 135 mil egresados de las instituciones educativas se estima que apenas 20 por ciento está empleado en actividades propias de su profesión.
También hay 30 instituciones que ofrecen posgrado en agricultura y ciencias afines, pero no se han actualizado ni modernizado en función de las políticas nacionales ni de las demandas del sector.
La carencia de apoyo económico del sector privado a la educación pública se debe a que la oferta académica no responde a las necesidades del sector productivo, argumenta el texto. Los planes de estudio son verticales y desvinculados de las demandas de los usuarios, quienes no participan en su elaboración y actualización. El resultado es que las instituciones no son eficientes ni oportunas al no adecuar sus programas a los nuevos retos nacionales y a la demanda del mercado.
Históricamente no ha existido voluntad de las autoridades del sector público e institucional para promover el cambio y optimizar las capacidades intelectuales y físicas para que vayan en función de los nuevos retos tanto en la educación agrícola superior y de posgrado como en la técnica, agropecuaria y forestal.
En el rubro de investigación, el documento refiere que no es práctica común de los centros consultar a los productores en torno a sus necesidades para reorientarse y atender la demanda real de innovaciones tecnológicas.
Esto ocasiona que la mayor parte de los resultados de la investigación científica, agropecuaria y forestal no se practiquen, debido a que no están diseñados para resolver los problemas que enfrenta el sector, ni existan los conductos adecuados para la transferencia de tecnología al usuario.