LUNES Ť 8 Ť ENERO Ť 2001
Ť Pasaron de 3 mil 310 a 10 mil 317 inmuebles de uso religioso, según el grupo Vela
En 13 años se triplicaron los templos evangélicos en la zona metropolitana
Ť Sólo dos mil tienen sedes ex profeso, y el resto, lugares que no fueron pensados como iglesias
Ť El mayor crecimiento de los últimos 10 años, en Ecatepec, señala el estudio Metrópolis 2000
JOSE ANTONIO ROMAN
En un "crecimiento explosivo", en los últimos 13 años se ha triplicado en el área metropolitana de la ciudad de México el número de templos y "centros de predicación" evangélicos al pasar de tres mil 310 a diez mil 317 inmuebles de uso religioso; crecimiento similar registraron sus escuelas, dispensarios médicos, ministerios de atención especializada y "agencias de servicio".
De estos diez mil centros, más de 2 mil tienen por sede el interior de locales construidos ex profeso que se llaman templos, y cerca de ocho mil en lugares tradicionales no pensados como iglesias: cines, teatros, hoteles y, especialmente, hogares. "Es esta una modalidad novedosa para la Iglesia evangélica al comenzar el tercer milenio".
En una amplísima investigación que detalla el crecimiento de las iglesias evangélicas en la zona metropolitana de la ciudad de México, el grupo Visión Evangelizadora Latinoamericana (Vela) señala que para este año se cumplió la meta fijada hace diez años de tener más de diez mil "centros de predicación" en esta zona.
Así, el crecimiento de esta Iglesia ha sido "extraordinario". En poco más de diez años creció el doble de lo que tardó en cien años, y hoy registra una tasa "muy por arriba del índice de crecimiento poblacional, alcanzando a personas de todo tipo, estrato social, edades y escolaridad, especialmente en los municipios del norte y oriente de la ciudad".
Sin embargo, el estudio titulado Metrópolis 2000, que apenas empezó a distribuirse entre los líderes evangélicos, precisa que el reto "todavía es enorme", pues si bien no existe delegación política o municipio sin presencia evangélica de cuando un menos un templo, sólo se ha llegado al 21.7 de las cuatro mil 253 colonias registradas en el área.
Para ejemplificar estos datos, el estudio señala que el mayor crecimiento en los últimos diez años se ha dado en el municipio de Ecatepec: de 53 templos en 1986 creció a 173 en 1999, lo que representa un crecimiento de 226 por ciento. Ningún otro municipio o delegación creció tanto. No obstante, en Ecatepec hay 317 colonias sin presencia evangélica; éste es también el índice más alto de colonias por alcanzar en una delegación o municipio.
Reconoce que si bien el número de templos se ha triplicado por toda la ciudad y el promedio de asistencia a los mismos creció, así como el número de bautizados, las iglesias evangélicas siguen siendo minoría, sin duda la más importante del país, pero aún minoría. Por ello, exhorta a pensar en una restructuración profunda en la organización y el trabajo evangélico.
En este caso, se cita que una herramienta que ha demostrado ser de las más eficientes para alcanzar las grandes ciudades son los grupos pequeños llam
ados "estudios bíblicos" o "centros de predicación". Su penetración social ha sido detonante del crecimiento de la predicación evangélica.
En su perspectiva, la falta de terreno y recursos económicos son factores que han contribuido de manera notable al crecimiento de estos "centros de predicación" en los hogares, convirtiéndolos en un medio extraordinario para el testimonio cristiano.
Otros grupos, debido a su rápido crecimiento por medio de las "células", y por las complicaciones que representa comprar un terreno y construir, han optado por alquilar grandes auditorios para celebrar sus reuniones, y se ven en cines, auditorios públicos y privados, salones de fiesta y hoteles.
Su debilidad es que no representan presencia física fácilmente constatable, pues al efectuarse las reuniones en hogares de manera más o menos intermitente, no permiten contabilizar la asistencia como se hace en los templos. El desafío para el nuevo milenio es que más centros se transformen en nuevas iglesias locales, desde donde se continúe el mensaje de la "buena nueva".
La estrategia de trabajo con grupos pequeños ha permitido alcanzar a personas que difícilmente aceptarían asistir a un culto regular en un templo, y ha sido usada con mayor frecuencia por los grupos llamados carismáticos o "post-denominacionales", que han enfocado esfuerzos hacia sectores sociales económicamente más solventes. Estos grupos carismáticos son el sector de la iglesia evangélica con mayor índice de crecimiento en el futuro cercano.
El estudio incluye a las iglesias anglicana, metodista, pentecostal, apostólica, bautista, adventista, presbiteriana, luterana, menonita, nazarena, y post-denominacional, entre otras grandes familias denominacionales, de las cuales detalla número de templos, "centros de predicación", bautizados y asistentes a su culto principal, así como estimaciones de la comunidad total.
Asimismo, detalla el número de "agencias de servicio" hacia la sociedad, muchos financiados y promovidos por las mismas iglesias y otros por iniciativas propias enfocadas a diversos problemas de la gran ciudad, como educación, ministerios de asistencia con atención especializada a niños de la calle, drogadictos, alcohólicos y huérfanos, así como en reclusorios y con exconvictos.
En mismo lapso estudiado en el trabajo mencionado--de 1986 a 1999-- el número de agencias se duplicó, pasando de cien a doscientas de servicio distintas, sobre todo en zonas con grandes necesidades económicas.
Las relaciones del Estado con las Iglesias evangélicas
Aunque brevemente, el estudio aborda la relación de las iglesias evangélicas con el Estado a raíz de las reformas constitucionales de 1992, las cuales dieron personalidad jurídica a las iglesias. Se señala que la legislación establece igualdad ante la ley de todas las iglesias sin importar su número de templos o adherentes.
"Ha sido éste un avance significativo en la historia de la iglesia evangélica en México, pese a las comprensibles deficiencias que en el proceso se pueden localizar. Las relaciones entre las autoridades y las iglesias evangélicas han ido avanzando lentamente, sobre todo debido a que la conformación y estructura denominacional de los grupos evangélicos es demasiada compleja para quienes no conocen a fondo la historia del evangelio en México.
También señala que por parte de los distintos coordinadores, directores y subsecretarios en estos ocho años de relación Estado-Iglesias desde la expedición de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, no han tenido la continuidad requerida para establecer programas de mediano y largo plazo, lo que ha limitado considerablemente un avance sustancial en materia religiosa.
"Reconocemos que en la economía de Dios la diversidad en el cuerpo de Cristo es un gran recurso y, como en otras dimensiones de la vida, no debemos avergonzarnos de ella, pero sí reflexionar sobre la gran necesidad de encontrar la manera más consistente de representar, ante las autoridades y la sociedad, el decir y el hacer de la Iglesia Evangélica mexicana".