LUNES Ť 8 Ť ENERO Ť 2001
Ť Desde temprana hora acudieron a barrer los sitios en donde se instalaron
Se retiran ambulantes de las calles del centro; advierten que regresarán a la zona a torear
Ť Confían vendedores en que las autoridades les autoricen permanecer en el sitio
Ť Desplazan a contingente de Seguridad Pública para impedir que se volvieran a colocar
Miles de vendedores ambulantes se retiraron de algunas zonas del primer cuadro de la ciudad luego de que el permiso temporal que les fue otorgado por la temporada navideña concluyera el pasado seis de enero; sin embargo, advirtieron que a más tardar el próximo fin de semana regresarán a las calles de la zona ya que "la necesidad es mucha y nos obliga a torear".
Desde las ocho horas la mayoría de los comerciantes en la vía pública acudieron a sus lugares de trabajo, pero ahora no con la finalidad de vender sus productos sino de barrer vialidades como Correo Mayor, Corregidora y Soledad, en donde se establecieron desde comienzos del mes anterior sin el riesgo de que su mercancía fuera asegurada gracias al permiso otorgado por la delegación Cuauhtémoc.
La calle de Moneda lucía completamente vacía y limpia antes del mediodía. Los vendedores callejeros pertenecientes a la organización encabezada por Luis Mayola aseguraron que esperarán algunos días para saber si es posible llegar a un acuerdo con las autoridades que les permita volver a establecerse antes de tomar la decisión de salir a torear.
María Angelina Núñez, quien lleva más de 10 años dedicada al comercio en la vía pública, dijo: "no sé si el líder consiga otro permiso, pero si no nos lo dan todos vamos a torear, no hay de otra, aquí vivimos y además tengo cuatro hijos que mantener. Ya me han quitado la mercancía y lo que yo quisiera es que nos dieran la oportunidad de trabajar bien".
Por su parte, la jefa delegacional en la demarcación, Dolores Padierna, confió que en los días subsiguientes no se presentarán enfrentamientos y reconoció que este es un problema que siempre está vigente: "muchos de ellos ciertamente necesitan un ingreso para trabajar, pero lo pueden hacer de manera ordenada y cumpliendo las leyes, a eso está abocada la delegación".
El personal que desplazaron las autoridades desde temprano para responder a cualquier eventualidad fueron: 16 grúas, 11 patrullas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, 68 efectivos de la Policía Metropolitana, 248 uniformados de la Policía Auxiliar, 26 elementos sectoriales, además de 17 servidores públicos adscritos a la oficina de Reordenamiento de Vía Pública de la delegación Cuauhtémoc.
Sobre la calle Soledad, Constancio Martínez, quien vendió este año bufandas y guantes de lana, coincidió en que en los próximos días volverán los vendedores al primer cuadro de la ciudad: "llegué un poco tarde a limpiar, pero tenía que cumplir. Cómo no voy a dejar limpio el espacio en donde trabajé toda la temporada. Esto es de todos los años, todos estamos igual, si no nos dan permiso pues tenemos que torearle, el único oficio que tenemos es el de comerciantes", afirmó mientras barría la acera.
El subsecretario de Gobierno, Francisco Garduño, luego de la reunión de gabinetes de Seguridad y Gobierno que se realiza cada mañana, afirmó que de ser necesario se utilizará la fuerza pública para desalojar a los "ambulantes temporeros" que se nieguen a retirarse. "Se impedirá que se instalen; se va a tener que llegar a las 6 de la mañana para impedirlo".
Aunque la mayoría de las calles del Centro Histórico se encontraban libres del comercio ambulante, en algunas zonas como la Alameda Central aún permanecían los puestos: "lo que pasa es que nuestra estructura es más difícil de quitar, imagínate bajar este escenario de Reyes Magos, te lleva fácil un día entero, ya al rato vamos a empezar a quitarla".
Algunos comercios establecidos en la calle Corregidora abrieron sus puertas y los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública se apostaron en la esquina de Moneda y Correo Mayor, lo que permitió que decenas de vendedores callejeros que "no sacaron toda la mercancía" pudieran poner sus puestos arriesgándose a que los desalojaran con el uso de la fuerza pública, tal y como lo había señalado Francisco Garduño. Sin embargo, no se presentó ningún enfrentamiento.
Elba Luna, vendedora de los demandados patines del diablo, a pesar de estar consciente del operativo optó por llegar cerca de las 15 horas a la calle Corregidora para tratar de vender la mercancía que le había sobrado: "ahí están los azules pero ese es el riesgo que se corre, es que yo saco a crédito y tengo que liquidar mañana, si no vengo hoy no saco ni mi ganancia y la verdad muchos compañeros estamos en la misma situación, pero ellos no vienen porque le tienen miedo a los operativos. Esto es así, trabajamos como sea, pero nosotros no podemos dejar de hacerlo". AGUSTIN SALGADO RICAÑO