DOMINGO Ť 7 Ť ENERO Ť 2001
Ť Vaticinan que el 2001 ''no será un año tan malo''
Sugieren babalaos cubanos que en este nuevo siglo impere la inteligencia
ERNESTO MARQUEZ
Cuba se despertó este primero de enero del nuevo milenio con resaca de baile, ron Paticruzado y santería. En algunas fiestas a las doce sonó Benny Moré y hubo melodías de Oh vida, y hasta olor a frijoles y a pierna asada, y en ciertas cuarterías y solares de Jesús María se escuchó el sonido de los caracoles al rodar por el suelo y el susurro de los babalaos sobre el lomo de las conchas adivinando lo que les depararía para el 2001.
No era para menos, el año pasado había sido difícil para Cuba: el rapto de un niño que movilizó a la población, el exodo de familias enteras, el persistente bloqueo, atentados, accidentes, incertidumbre...
Antes de que el cardenal Jaime Ortega oficiase la primera misa del año en la recién restaurada catedral de La Habana, un grupo de 420 babalaos, se reunieron en otro local no menos santo, la Asociación Yoruba de Cuba, para consultarle a Orula, orisha mayor de la adivinación de la Regla de Ocha, que traería a Cuba el nuevo año. Los caracoles sagrados tenían la palabra. Aunque desde la mañana, el diario Gramma había hecho saber las predicciones de los economistas y la decisión de Fidel Castro de nombrar al 2001 "año de la Revolución victoriosa", los babalaos empero buscaban otras claves más profundas.
Sin oráculos ni incienso, pero cargados de resguardos y de collares de cuentas blancas, amarillas, azules y rojas, según el color de su santo, los sacerdotes hicieron la liturgia de rigor y después de invocar a los muertos, espíritus y santos más poderosos, tiraron los sagrados ikines y leyeron la cábala.
Como todos los años, no había acuerdos en la interpretación del oddun. Lo que para unos parecía bien a otros todo lo contrario. Según el más viejo de los babalaos que responde al nombre de Hilario ("así, simplemente"), el 2001 no será un año tan malo. "Aunque viene marcado por la separación de familias y enfermedades venereas habrá buena suerte para los grandes y pequeños negocios y no faltará la comida".
"Pero eso sí -dice-, se deben cuidar las tentaciones de codicia y las confrontaciones con los hijos para evitar el alejamiento de la familia". Además, sentenció: "También será un año de pactos".
Esto último se refiere al aspecto político, que se entiende, dará un giro a partir de la visita de Vladimir Putin, aunque otro babalocha ve demonios danzando en torno a la isla. "Hay tiburones que acechan y un tigre (EU) agazapado".
Sin embargo el consenso generalizado es que debe prevalecer la inteligencia como arma contra las manifestaciones violentas "que nos pueda ser dado manifestar o que sean dadas por nuestros enemigos"
De todas formas, el fin de año estuvo mejor que el anterior. El hecho de reunir a toda la familia alrededor de una mesa con vianda y bebidas conseguida "por la libre" tanto en navidad como año nuevo fue considerado por los cubanos como "un gran acontecimiento".
Por eso, y con permiso de todos los santos, buscaron en el mareo del son, el baile y el paticruzado, una razón para seguir adelante sin más pensamiento ni ideología que la de Beny Moré, que al amanecer cantaba en casa de don Hilario: "Hay que vivir el momento feliz, hay que gozar lo que puedas gozar, porque sacando la cuenta en total, la vida es un sueño y todo se va".