SABADO Ť 6 Ť ENERO Ť 2001

Ť Se recibe financiamiento de la Unión Europea para tres proyectos

Refugiados guatemaltecos en Campeche y Quintana Roo aportan beneficios a México

Ť Laboran en la conservación de zonas arqueológicas y el rescate de microindustrias

RENATO RAVELO

El desplazamiento de refugiados guatemaltecos hacia Campeche y Quintana Roo, desde hace dos décadas ha dejado beneficios a México lo mismo para la conservación del patrimonio arqueológico, que para el rescate de algunas microindustrias que utilizan formas tradicionales de producción, con un financiamiento europeo superior a 32 millones de dólares.

De acuerdo con datos que se difundieron durante la visita el año pasado de Riccardo Gambini, representante de la Comisión Europea, existen tres proyectos con un monto asignado de casi 4 millones de euros (similar cantidad de dólares).

El principal es el proyecto de apoyo a la integración definitiva de los refugiados guatemaltecos en Campeche y Quintana Roo. Existe, asimismo, el de generación de ingresos a favor de refugiados guatemaltecos, que incluye la restauración arqueológica en Río Bec.

Y en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, se trabaja en Yucatán el proyecto de identidad cultural y desarrollo comunitario en favor de esos refugiados y de poblaciones nacionales.

En esa reunión participó como contraparte mexicana, Juan Carlos Arnau Avila, coordinador general de Comar, organismo que del millón 400 mil euros ejercidos en los últimos años, del periodo abril de 1997 a noviembre de 1999, aportó 320 mil euros.

Ese exodo masivo de guatemaltecos a territorio mexicano comenzó en 1981. Para el bienio 82-84, el gobierno mexicano, vía Comar, ayudó a 46 mil refugiados que en su mayoría se asentaron en Chiapas.

Desde 1984 inició la reubicación de esos refugiados guatemaltecos en Campeche y Quintana Roo. Sumarían cerca de 18 mil 500 los desplazados que pudieron ser instalados en ambos estados.

La colaboración internacional que se tenía en aquel momento era principalmente con la ACNUR, organismo de las Naciones Unidas destinado al apoyo a los desplazados políticos. Desde 1984 la asistencia fluyó tanto para la reubicación como para la repatriación y el retorno voluntario, que en forma masiva comenzó en octubre de 1992.

Apuesta por el desarrollo microrregional

Si desde agosto de 1996 el gobierno de México modifica su política hacia los refugiados, con facilidades para los que decidieran radicar de manera definitiva en el país, ya algunos guatemaltecos se habían ganado su derecho a permanecer aquí como mano de obra, al formar parte, en el caso de Campeche, de la restauración de la zona arqueológica de Edzná.

Es a partir de ese año que con dinero proveniente de Europa, se crean programas de empleo, rescate arqueológico e identidad cultural y en 1997 se firma el convenio de financiamiento denominado ''Proyecto de Apoyo a la Integración Definitiva en los estados de Campeche y Quintana Roo".

El objetivo consiste en ''lograr un desarrollo microrregional que favorezca la integración social y económica entre las poblaciones regional y en proceso de integración, motivo por el cual se canalizan esfuerzos e inversiones, prioritariamente hacia aquellas acciones que permitan un impacto de desarrollo sostenible".

Los apoyos aportados por la Comar y la Unión Europea, en cuatro microrregiones, beneficiaron a más de 27 mil habitantes, y el programa se extendió a población nacional: 14 mil 729 mexicanos y 12 mil 302 guatemaltecos en estos trabajos en siete ex asentamientos de refugiados. Tres de esas regiones ubicadas en Campeche y una en Quintana Roo.

El apoyo se ha sofisticado. En 1999, en entrevista, el director del Centro INAH Campeche, Carlos Vidal, explicó que hasta ese año el promedio de apoyo de la Unión Europea era de un millón de pesos por temporada, que permitía emplear a 100 jornaleros guatemaltecos.

Hoy que la paz en el país vecino está al menos firmada, los focos hacen voltear al desarrollo regional, independientemente de la nacionalidad. De acuerdo con cifras del presupuesto ejercido desde 1997, existen seis rubros básicos de apoyo: producción agropecuaria y forestal, creación de empleo e ingreso no agrícola, mejoramiento de la infraestructura productiva, fortalecimiento institucional, estudios socioeconómicos e infraestructura y servicios básicos.

Iván Carmona Toloza, codirector nacional de Proyecto de Apoyo a la Integración Definitiva (PAID), explica: se trata de lograr que quienes en algún momento llegaron al país, huyendo de la guerra y en la actualidad se encuentran integrados luego de -en algunos casos- dos generaciones en México, encuentren alternativas de desarrollo en las regiones donde se asentaron.

De eso hablan, por ejemplo, los programas de apoyo al cultivo de sandía, chiles jalapeño y habanero, que generaron en el último año más de 4 millones de dólares, 200 mil más de lo pronosticado.