Ť Apoyó la música de concierto desde la SACM
Se pudo hacer más, pero ''me dejaron solo'': Soto Millán
Ť La desunión de los compositores impidió avanzar, dice
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
''Me dejaron solo". La frase resume el mayor obstáculo que Eduardo Soto Millán dice haber enfrentado como secretario ejecutivo del Centro de Apoyo para Música de Concierto de la Sociedad de Autores y Compositores de México, y sale al paso de los cuestionamientos expresados por el compositor Mario Lavista al explicar éste su baja de la SACM (La Jornada, 19/12/00).
Dice compartir algunas críticas que Lavista, como otros autores, le hacen a Roberto Cantoral, líder de la agrupación y que de algún modo lo involucran. ''Ciertamente" ?admite? no se logró ''lo suficiente", pero sí se sentaron las bases para que los compositores de música de concierto logren respeto a sus derechos.
Soto Millán formó parte de un grupo que en 1992 expuso a Roberto Cantoral sus ''dudas e inquietudes" acerca de la situación de los autores de música de concierto. De ahí derivó ?según su versión? la idea de crear una oficina destinada a este rubro, el Centro de Apoyo para la Música de Concierto. Durante tres periodos, entre 1993 y 1999, Soto Millán ocupó la secretaría ejecutiva.
''No percibíamos ni un quinto. Acudimos a quien entonces nos representaba en la SACM, el fallecido compositor Manuel Enríquez. Se deslindó y evitó hablar con nosotros.
''Acudimos directamente a Cantoral y resultó que Enríquez no había tenido la eficiencia que de él se esperaba. Con ayuda de Cantoral se creó el Centro de Apoyo a la Música de Concierto."
Cantoral sostenía que la música de concierto no se tocaba, por eso no se pagaba: ''Es una óptica que tiene su lógica, pero nosotros sabíamos que nuestra música sí se tocaba. Recomendó que nos organizáramos y nos facilitó la infraestructura de la SACM. Pero las cosas no eran tan fáciles. Empezamos de cero. Transcurrió un año antes de tener lo necesario para trabajar. Ya en ese momento éramos pocos los que trabajábamos para hacer operativo el Centro".
Legislación desventajosa y confusa
A decir de Soto Millán, había problemas en dos frentes, uno externo y otro interno. El primero era una legislación desventajosa y confusa, además de una relación poco clara con las insituciones culturales oficiales, principales usuarias de la música de concierto. En el interno estaba la consabida pirámide, ''que no considera nuestra realidad como compositores".
No obstante ?defiende el entrevistado su gestión? ''tuvimos logros, por ejemplo que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes pagara regalías; logramos algunos convenios caseros porque las leyes autorales tienen términos que permiten más de una interpretación.
''Acudimos a la cámara de diputados cuando se reformó la Ley del Derecho de Autor, logramos algunas modificaciones, pero no de raíz. Se pudo haber echo más pero nos quedamos solos".
-Tus críticos dicen que pasaste de la disidencia a una aparente alianza con Cantoral.
-Los compositores dejaron de ir a las sesiones, a reuniones cruciales. Los convocábamos y ni siquiera se reportaban. Nos dejaron todo el paquete. Hicimos acciones positivas, pero no de fondo.
-¿Deslindas a Cantoral de los cuestionamientos que se le hacen?
-Grosso modo, lo veo así: no basta que la SACM, que por ley nos representa, diga ''es que no pagan". Si un usuario no quiere pagar se tiene que hacer lo necesario para que pague. Ahí la agrupación nos dejó toda la responsabilidad.
-¿Matizaste tus críticas iniciales a Roberto Cantoral?
-¿Por qué dices eso? Tengo por filosofía una idea de John Cage que decía: la mejor respuesta a la crítica es el trabajo. Para mí fue positivo, ante los reclamos, trabajar.
''Cuando dicen que nos hicimos de la vista gorda, digo que logré poco, pero hubiera sido más si hubiéramos estado todos unidos.''
-¿Eso exime a Cantoral?
-No, porque él es presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México. En ese sentido, sí, él es responsable.
-El les echa la bolita y tú se la devuelves, nadie asume responsabilidades.
-Hace dos años salí de la Mesa Coordinadora del Grupo de Apoyo. Al menos dejé un bosquejo para una mejor mecánica de cobro. Hasta ese momento asumo lo que hice, para bien y para mal, pero después no, porque no estuve. También me deslindo de los asuntos en que no se me tomaba en cuenta, cuando los inconformes trataban directamente con Roberto Cantoral.
-A final de cuentas la situación da la razón a los que han salido, ¿no?
-Yo doy parte de la razón. Hicimos un movimiento para una lucha, era el inicio, pero la mayoría lo dejó. Les doy la razón en la parte teórica, pero no en la parte práctica, ahí hay quienes no hicieron lo suyo. No tuve la fuerza, la fuerza era el gremio.