Ť Los beneficios de la globalización, sólo con trabajos de calidad, plantea Juan Somavía
''Empleo decente'', nueva panacea de la OIT
Ť El titular del organismo internacional destaca el vínculo entre condiciones laborales y relaciones familiares Ť Demanda a México detener la expansión del sector informal
FABIOLA MARTINEZ
Los beneficios de la globalización no se han repartido de manera equitativa; la creación del "trabajo decente" es la única forma de salir de ese atolladero, sugiere Juan Somavía, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En el caso particular de México, el máximo representante de la OIT es claro en una recomendación que entregó personalmente al presidente Fox: "Es necesario asegurar que el desarrollo económico se traduzca en más y mejores empleos formales y en nuevos patrones que eviten la disparidad y exclusión".
En las observaciones entregadas al gobierno mexicano,
Somavía destaca la necesidad de promover en el empleo una dinámica
sostenida y contener el ensanchamiento del sector informal, que hoy constituye
el sustento de poco más de 40 por ciento de la población
ocupada de nuestro país.
"El crecimiento del empleo formal sigue siendo insuficiente
ante el crecimiento de la fuerza de trabajo y el rezago estructural. La
brecha entre la oferta y la demanda de trabajo desemboca en informalidad",
advierte.
Juan Somavía, ex embajador de Chile ante Naciones Unidas y ex coordinador de la cumbre mundial de Desarrollo Social celebrada en 1995, explica en entrevista con La Jornada las principales funciones de la OIT y las herramientas con las que se impulsa un "gran consenso" entre los jefes de Estado para promover el llamado "trabajo decente" en el contexto de las economías abiertas, las cuales, acota, ''son mejores que las cerradas".
La desocupación o el empleo precario, comenta, no representan sólo un problema económico, también un aspecto que hace tambalear la estabilidad política y de las familias.
Sobre este último punto se conduce la charla, porque Somavía manifiesta en cada comentario su preocupación por el efecto que conlleva el desempleo en la vida de las familias, cuya estructura se tambalea y se torna cada vez más insegura ante estas circunstancias.
De hecho, agrega, las recientes manifestaciones en contra de la globalización (Praga, Washington y Seattle, entre otras) están vinculadas al nulo o insuficiente acceso a empleos con protección social y al propio derecho al trabajo.
Por ello, la OIT impulsa la campaña mundial en favor del "trabajo decente", la cual parte de una pregunta básica y un nuevo enfoque ante este fenómeno: ¿de qué manera la política económica y social actual está afectando la vida de las familias?
"Si no hacemos esa reflexión seguiremos preguntándonos por qué hay violencia intrafamiliar, por qué hay hombres que le pegan a las mujeres y los niños que andan sueltos por las calles; es necesario hacer la relación entre familia y calidad de empleo, y aplicar alternativas de solución".
Es decir, las protestas que hemos visto en contra de la política económica actual van más allá de las calles: "la protesta refleja lo que está pasando en casa; es necesario colocar a la familia en el centro del debate".
¿Para qué sirve la OIT?
Hasta ahora la Organización Internacional del Trabajo se ha distinguido por generar convenios internacionales y, en su caso, girar recomendaciones cuando se presume que algún derecho básico en materia laboral ha sido violentado.
Estos convenios pueden ser ejecutados para la solución de conflictos desde los propios tribunales del trabajo, característica que distingue a la OIT de las demás resoluciones de Naciones Unidas.
Sin embargo, no todos los países cumplen con lo que establecen los convenios, e incluso no toman en consideración las recomendaciones emanadas de las estructuras tripartitas y autónomas de la organización.
Las actitudes de algunos gobiernos provocaron que la dirección general de la OIT prácticamente despolvara herramientas jurídicas para hacer valer la voz y la fuerza de esta instancia internacional, particularmente mediante las comisiones de encuesta o de investigación que se encargan de analizar casos especiales y graves sobre presuntas violaciones en materia de derechos laborales.
Recientemente se procedió en contra del gobierno de Birmania, que al no acatar las recomendaciones en materia de trabajo forzoso se decidió autorizar a los países relacionados con la nación referida tomar las medidas bilaterales para no aumentar esa práctica en aquel país.
En el caso de Colombia, existe particular interés por el asesinato de sindicalistas; en consecuencia se designó a un representante del director de la OIT para colaborar en el tema y ubicar un lugar de referencia en el mundo sindical respecto de los asuntos de seguridad.
"En la OIT queremos cooperar, no sólo señalar con el dedo cuáles son los problemas", puntualiza Somavía.
Sin embargo, el camino para fortalecer las funciones de la Organización Internacional del Trabajo es largo. La materia pendiente: dotarle de facultades para proceder a sanciones, incluso de tipo económico, en contra del gobierno que no vigile el respeto de las leyes.