SABADO Ť 6 Ť ENERO Ť 2001

Mesa de Diálogo: cuestión de confianza

La denominada Mesa de Diálogo chilena sobre derechos hu-manos fue creada en 1999 bajo el gobierno del presidente de-mocristiano Eduardo Frei, en respuesta a presiones de los mi-litares mientras Augusto Pinochet permanecía arrestado en Londres, con un pedido de ex-tradición español en su contra.

Después de meses de discusión, y mientras el gobierno re-doblaba sus esfuerzos para repatriar al ex dictador, los militares accedieron por primera vez a reconocer la existencia de los detenidos desaparecidos y a buscar dentro de sus filas datos sobre su paradero.

Tras el retorno de Pinochet a Chile, en marzo del 2000, grupos de familiares de desaparecidos rechazaron la Mesa de Diálogo alegando que se le estaba dando a las fuerzas armadas el poder de ocultar y manipular la información sobre las víctimas de la dictadura, que negaron du-rante años, en una maniobra pa-ra liberar al ex dictador.

Sin embargo, el nuevo presidente socialista, Ricardo Lagos, quien asumió el cargo una se-mana después del regreso de Pi-nochet, decidió mantener en pie los acuerdos y en junio del 2000 fijó un plazo de seis meses para que entregaran los antecedentes.

A cambio, los militares recibieron la garantía legal de que los datos serían confidenciales y que no se revelaría la identidad de quienes decidieron aportarlos, después de guardar si-lencio durante dos décadas.

Expertos en leyes han especulado que la información entregada por los militares podría ser muy general, y que no sería ex-traño que no hubiera indicios reales para esclarecer la suerte de los desaparecidos, y ni si-quiera su número real.

Sin embargo, comentaron que si otras instancias logran comprobar satisfactoriamente que hubo secuestros, existe la figura legal de "secuestro permanente", delito que no prescribe y no está cubierto por la ley de am-nistía decretada en plena dictadura, en 1978. (REUTERS Y AP)