Espejo en Estados Unidos
México, D.F. viernes 5 de enero de 2001
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Editorial
 
EL SINDROME DE LOS BALCANES 

SOL De acuerdo con los últimos datos, el síndrome de los Balcanes ha cobrado la vida de diez militares europeos por diversos tipos de cáncer y leucemia, después de haber prestado servicio para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bosnia y Kosovo. 

A pesar del hermetismo informativo de la OTAN, el consenso de los especialistas indica una probable relación directa entre el uso de proyectiles de uranio empobrecido con el aumento de casos de leucemia y cáncer entre soldados de Italia, España, Francia, Bélgica, Holanda y Portugal destinados en los Balcanes desde 1994. 

Conforme fluye la información, cada vez son más los datos que permiten a los científicos suponer que el incremento en los casos detectados se debe a la inhalación o ingesta de las partículas que emanan del proyectil después del impacto. 

La cuestión radica en saber cuántos soldados y pobladores balcánicos están contaminados de ese material radiactivo que el gobierno de Estados Unidos aprobó para que se utilizara por primera vez en la guerra del Golfo en 1999, donde, según Greenpeace, se lanzaron alrededor de 950 mil proyectiles de este tipo. 

La incuestionable hegemonía militar de Estados Unidos, líder de facto de la OTAN, consolidada en Irak y Kosovo mediante el uso de tecnología de punta, con bombas de alta precisión capaces de destruir un objetivo sin afectar a seres humanos, se enfrenta a una ironía bélica de la historia que puede manchar de muerte sus publicitadas guerras ''limpias'' o ''humanitarias''. 

Desde la lógica de la OTAN, estas intervenciones humanitarias, con armas cargadas de democracia y libertad --aunque sean de material radiactivo-- no pueden ser juzgadas porque su fin último es la pacificación. En ningún momento pasó por sus impecables mentes el beneficio económico que una guerra, por más humanitaria que se diga, genera a la industria militar. Pero eso sí, se les hizo muy fácil aprovechar todas esas toneladas de uranio radiactivo que les sobró de la fabricación de armas atómicas en un novedoso proyectil, y de paso evitar los costos de su almacenamiento. 

La polémica que se ha generado a raíz de la detección de los primeros casos de cáncer y leucemia, relacionados con el uso del uranio empobrecido, ya motivó que el síndrome de los Balcanes figure en la agenda de los temas que discutirán el próximo martes los embajadores de los 19 países miembros de la OTAN, en la reunión semanal del Consejo Atlántico. Ese mismo día, también se discutirá el hecho en la reunión del Comité Político y de Seguridad de la Unión Europea. 

Aunque es prematuro hacer juicios --no se ha comprobado científicamente la relación causa-efecto-- bien vale preguntar: ¿cuál será la posición del Tribunal de Crímenes de Guerra en un caso como éste?

 

 

La Jornada, Coordinación de Sistemas Francisco Petrarca 118, Col. Chapultepec Morales, delegación Miguel Hidalgo México D.F. C.P. 11570 Teléfono (525) 262-43-00, FAX (525) 262-43-56 y 262-43-54