Unos 13 mil niños son víctimas de explotación sexual en México
La prostitución infantil, en ascenso
ANGELES CRUZ
La pornografía y prostitución infantiles afectan cada vez a un mayor número de niños y niñas en México, ante el desinterés de empresas y gobiernos por apoyar en el cuidado de sus hijos a los padres de familia que trabajan largas jornadas y perciben bajos salarios, afirma un estudio del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
La investigación asegura que al menos 13 mil niñas y niños son víctimas de la explotación sexual comercial, problema asociado a factores como la pobreza, la migración y la desintegración familiar.
A nivel mundial las ganancias del tráfico de mujeres y niñas para el comercio sexual se ubican en 7 billones de dólares al año. Con esos recursos sería posible garantizar el acceso a la educación primaria de todos los niños del mundo.
El estudio, patrocinado por el DIF nacional y Unicef, estuvo a cargo de Elena Azaola, investigadora de El Colegio de México. Afirma que el problema de la explotación sexual comercial de niños (ESCN) no ha sido objeto de estudio en el país y todavía no es posible comprender de manera integral los rasgos que el fenómeno tiene tanto a nivel nacional como regional o local.
En ello han influido la escasez de recursos y la carencia de personal especializado, admite por su parte el DIF nacional, y propone a las entidades de la República que por lo menos se realice en cada localidad "un estudio previo que sin tener el rigor metodológico, permita obtener información que sirva de orientación para tomar medidas a futuro".
El Manual para la Prevención, Atención y Erradicación de la ESCN propone como alternativa para las víctimas de actos ilícitos su incorporación a centros asistenciales donde puedan recuperar la autoestima, salud física y mental, así como reincorporarse al seno familiar. Para ello se plantean diversas acciones encaminadas a informar y sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad de la situación.
Azaola seleccionó para su estudio seis ciudades en las que existen 4 mil 600 niños víctimas de la ESCN: Guadalajara, la segunda zona urbana más importante; Acapulco y Cancún, los centros turísticos más destacados; y Tapachula, Tijuana y Ciudad Juárez, principales puntos fronterizos. Con excepción del Distrito Federal, no existen otras localidades donde haya un mayor número de afectados.
La investigadora calcula que en México unos 13 mil menores son sujetos de explotación sexual comercial. Incluye las ciudades de la República con más de 200 mil habitantes, las ubicadas en la zona fronteriza, así como 2 mil 400 niños y niñas que estarían siendo víctimas en el resto del país.
En cada una de las ciudades investigadas detectó condiciones específicas que han contribuido al crecimiento del problema.
En Cancún, la ESCN va de la mano con el explosivo crecimiento de la población; una sociedad "excesivamente volcada a la mirada y las exigencias del turismo, las que en gran medida parecen haber prevalecido por encima de las necesidades de la población local".
Los habitantes de Cancún se caracterizan por haber migrado de sus lugares de origen, por lo que carecen de la red de parentesco que suele auxiliar a los padres en el cuidado de sus hijos.
En Ciudad Juárez ha contribuido al problema la dificultad de la mayoría de las mujeres para cuidar a sus hijos al trabajar fuera de casa, sobre todo en las maquiladoras. Ambos padres requieren cubrir largas jornadas para sobrevivir.
Un fenómeno frecuente es que el padre abandona a la mujer y a los hijos sin compartir la responsabilidad para la manutención de los menores, su crianza y cuidado. También han influido en la ESCN los bajos salarios de los padres, que les impiden un nivel de vida digno, y el que ni empresarios ni gobiernos se preocupen por los niños que se quedan solos.
Sin embargo, admite Azaola, también es cierto que hasta ahora "las autoridades han tenido que enfrentar una realidad que supera su capacidad de respuesta. Sobre ellas ha recaído de manera desproporcionada el costo por el abandono de las zonas rurales de todo el país".
Prostitución forzada para ilegales
La investigación encontró en Tapachula una prostitución forzada, íntimamente ligada a la migración de centroamericanos a nuestro país. A niñas y mujeres les impiden abandonar sus trabajos bajo el argumento de que no cuentan con papeles en regla, lo que las conduce a una situación de "explotación y servidumbre".
A este problema han contribuido el abuso patronal, la complicidad de clientes, la connivencia de las autoridades que obtienen beneficios con el pago de licencias y contribuciones, la evasión de los controles sanitarios e incluso las multas y extorsiones de distinto tipo.
La gravedad de la ESCN en Acapulco es tal, según el estudio, que pareciera que ha dejado de sorprender a la comunidad. La gente admite como algo normal la existencia de casas de prostitución clandestina donde se explota a menores, y de sitios que utilizan a niños para elaborar material pornográfico.
En Guadalajara la problemática es similar. A duras penas se reconoce que los niños puedan estar en una situación difícil y dañina, porque quienes son víctimas de la ESCN se encuentran en espacios cerrados u ocultos, por lo cual la atención se ha centrado en los niños de la calle que se prostituyen.
En Tijuana confluyen diversos factores, el principal de ellos es el flujo continuo de migrantes y repatriados que ha impuesto a la sociedad local un ritmo de crecimiento demográfico vertiginoso, aunado al incremento en el consumo de drogas y a los índices de violencia.
Además, en el comercio sexual local incide la existencia de una mano de obra no calificada que, urgida de obtener ingresos, acepta "el trabajo", lo cual es común en esa zona por la existencia de clientes nacionales y extranjeros. Hay negocios de explotación sexual bien establecidos con un modo de operar ya probado y con reclutadores que conocen sitios y maneras de aproximarse y captar a las menores, concluye Azaola.
La investigadora explica que el incremento de la ESCN está vinculado a la globalización económica, la internacionalización y el libre comercio, que han empeorado las condiciones de vida de las familias pobres; la promoción de la prostitución infantil dentro de la familia; la práctica de actividades sexuales por parte de los niños como medio de sobrevivencia en las calles; la existencia de redes del crimen organizado que reclutan a menores como trabajadores sexuales y el traslado ilegal de infantes de países subdesarrollados a los desarrollados para emplearlos como "trabajadores sexuales".
Para abatir la ESCN, Elena Azaola propone una serie acciones tendientes principalmente al reconocimiento de los derechos de niños y niñas a preservar su intimidad y resguardar su cuerpo y la imagen que tienen de sí mismos.
Califica de indispensable que los derechos tengan plena vigencia en las leyes. En tanto, dice, no será suficiente perfeccionar la legislación mientras no se ejercite y en los hechos se tolere su violación. En todo ello se requiere de una participación conjunta de todos los sectores de la sociedad.