Ť Es el más dividido en 50 años; mínima, la ventaja del Partido Republicano
Sesión inaugural del Congreso estadunidense
Ť Los discursos, enfocados a dejar atrás las confrontaciones
por la elección presidencial
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
washington, 3 de enero. El Congreso más dividido en casi medio siglo se reunió hoy para una sesión inaugural repleta de declaraciones de cooperación entre ambos partidos principales y promesas de trabajar en nombre del "pueblo" de este país, aunque muchos de los legisladores que hoy rindieron protesta tienen poco en común con este pueblo.
Gran parte de los discursos se enfocaron sobre la reducida mayoría que gozarán los republicanos en las dos cámaras del Congreso, y llamados a dejar atrás las batallas polarizadas de la controvertida elección presidencial. Los republicanos tienen una ventaja de 221 contra 213 escaños en la cámara baja, pero la atención hoy se enfocó sobre el Senado, donde por primera vez en la historia estadunidense los dos partidos tienen 50 curules cada uno.
Entre los nuevos senadores que iniciaron labores estaba la aún primera dama, Hillary Rodham Clinton, y la viuda del candidato demócrata de Missouri, quien fue electo poco después de morir en un accidente aéreo. El presidente Bill Clinton y su hija Chelsea observaron la ceremonia de inauguración del nuevo Senado desde la galería de visitantes, mientras la protesta fue rendida ante el líder constitucional del senado, el vicepresidente saliente Al Gore.
Por ley, el vicepresidente también es presidente del Senado, y en caso de un empate en los votos de la cámara alta, el vicepresidente emite el voto determinante. Gore tendrá esta función durante los próximos 17 días, hasta que el vicepresidente electo, Dick Cheney, asuma esta función.
En la cámara baja el republicano Dennis Hastert poco después de ser reelecto presidente de la Cámara de Representantes, declaro que "es sólo en Washington donde muchos aún mantienen una animosidad para los partidos políticos. Mis amigos, necesitamos superar esto".
Más en común con Wall Street
Pero aun antes de que se abriera la sesión legislativa al mediodía, varios grupos aquí ya estaban acusando que los legisladores que hoy asumieron su papel como servidores públicos tenían más en común con Wall Street que con el pueblo de este país. "Dadas las vastas sumas de dinero que se necesitan para buscar elección, un número creciente de la gente muy rica está entrando en la política electoral, y ganando", declaró el Center for Responsive Politics, organización independiente en esta capital, en un informe reciente.
Casi un tercio del Senado y 71 de los 435 diputados son millonarios, según el Center for Responsive Politics (aunque millonarios son menos de la mitad de uno por ciento de la población estadunidense). Los candidatos con mayores recursos son, en general, los que casi siempre ganan las elecciones, afirmó el centro.
Tal vez el ejemplo más notable fue el del candidato de Nueva Jersey al Senado, Jon Corzine, quien según sus críticos "compró" su puesto al invertir 60 millones de dólares de su propia fortuna en su campaña; duplicando así el record anterior.
Pero no estaba solo, ya que el demócrata Mark Dayton de Minnesota gasto 8.6 millones de dólares de su propio dinero para ganar su elección, mientras que la millonaria (de negocio de Internet) Maria Cantwell, del estado de Washington, gastó 7.5 millones para ganar su elección al Senado.
Pero la campaña más cara de las elecciones para el Senado fue la de Nueva York, donde Hillary Clinton y su opositor gastaron un total de casi 90 millones del dinero de otra gente para su contienda. Según el Center for Responsive Politics, la campaña electoral promedio que resultó en un triunfo para el Senado gastó aproximadamente seis dólares por cada voto a favor de su candidato.
La contienda para los 435 escaños de la cámara fue más económica, con el candidato triunfante gastando un promedio de sólo 636 mil dólares. Pero críticos aquí señalan que aun estas sumas de dinero obligan a los políticos a depender de donantes ricos y contribuciones empresariales.
Esta dependencia del gran dinero lleva a gente como Charles Lewis, director del Centro por la Integridad Pública, a cuestionar si los legisladores votan por los intereses del ciudadano común, o por los intereses del empresariado y los ricos que financian las campanas. "Al público le gustaría pensar que llegarán con la mente abierta y que conducirán el interés público en el sentido más amplio", comentó Lewis a Associated Press. Agregó que "parece que muchos de ellos (los legisladores) ya están llegando con maletas pesadas".
Pero muchos de estos legisladores no tendrán que enfrentar decisiones sobre votos este mes, ya que después de reunirse hoy, y de nuevo el sábado para aceptar los resultados oficiales de la elección presidencial, la cámara baja suspenderá labores hasta principios de febrero. El Senado podría sesionar, según una vocera, para aprobar varios nombramientos al gabinete del presidente electo George W. Bush, pero eso será casi el único asunto que se trate hasta el mes entrante.