MIERCOLES Ť 3 Ť ENERO Ť 2001 Ť POLITICA

Ť Yucatán, Baja California y Michoacán renuevan gobernador

El calendario electoral de 2001, en un entorno de crisis política

Ť En juego, mil 840 cargos de elección popular y 13 Congresos estatales


ALONSO URRUTIA

Sin la intensidad que representó el año electoral de 2000, el calendario político para 2001 presenta la renovación de las gubernaturas de Yucatán, Baja California y Michoacán, en un entorno político de crisis y proyectos de restructuración de las principales fuerzas políticas.

La muestra más palpable la da Yucatán. Bastión del viejo priísmo, encarnado en el cacicazgo de Víctor Cervera Pacheco -según lo define la oposición-, quien concluirá su segundo periodo como gobernador -el primero fue interino-, Yucatán arranca el año político en medio de una fuerte polémica derivada de la integración de la autoridad electoral.

La agenda política incluye la renovación de 13 Congresos estatales -cinco gobernados por PAN y PRD- que someterán a las urnas la valoración de sus respectivas administraciones.

En 2001 se pondrán en juego mil 840 cargos de elección popular -entre ellos mil 416 alcaldías, casi 40 por ciento del total en el país-, lo que implicará la participación de 21 millones 960 mil 603 electores en 13 entidades.

Yucatán: viejos conflictos

La vida política de Yucatán ha sido marcada en las últimas dos décadas por la figura de Víctor Cervera Pacheco, desde que a mediados de los ochenta fue designado gobernador interino en sustitución de Graciliano Alpuche Pinzón.

En los cuatro años de interinato forjó su retorno al gobierno de Yucatán. Fue promotor y beneficiario de una reforma a la Constitución yucateca hecha a la medida de sus intereses. Los cambios eliminaron los obstáculos que tenían los mandatarios interinos para postularse en una contienda constitucional.

Designado secretario de la Reforma Agraria, desde el gobierno federal confrontó a su sucesor, Víctor Manzanilla Schaffer, con quien mantuvo serias diferencias. El saldo: la dimisión de Manzanilla para dar paso a la actual lideresa nacional del PRI, Dulce María Sauri Riancho, hacia mediados del sexenio.

Fue un periodo de agitación política que incluyó una abierta confrontación con el PAN, tras una elección en la alcaldía de Mérida. Años del salinismo, años de las concertaciones que permitieron recomponer la situación, retirarle la constancia de mayoría a Orlando Paredes -hombre cercano a Cervera- y otorgársela al panista Luis Correa Mena. La gestión de Sauri concluyó en una renuncia de puño y letra enviada vía fax por la irritación que le provocó el pacto de Salinas con el PAN.

Durante aquellos años también se concertó un polémico miniperiodo de 18 meses, cuya administración recayó en Federico Granja Ricalde, en uno más de los episodios zigzagueantes de la política yucateca.

Ello fue el preámbulo del retorno oficial de Cervera al poder, quien meses después, en mayo de 1995, ganaba la elección a Correa Mena por un apretado margen: 49 por ciento, frente a 43 del panista. Con ello se daba paso a un periodo histórico en el país, que posibilitaba por primera vez a una persona gobernar por diez años una entidad. En 2001 Cervera cumplirá diez años acumulados como gobernador.

A seis meses de los comicios, el proceso está envuelto en una polémica con poderes federales. La tentativa de integrar un Consejo Estatal Electoral afín al priísmo -que permitiría el control de Cervera del proceso, según ha acusado el PAN- ha llevado al Congreso estatal -dominado por el cerverismo- a confrontarse con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

En un abierto desafío al TEPJF, el Congreso ha desacatado el fallo que instaba a reponer el procedimiento de integración de los consejeros, dadas las inconsistencias legales del proceso original. Así arranca el año electoral en Yucatán.

En ese contexto, las contiendas internas entre las dos principales fuerzas han comenzado. En el PAN, la ex senadora Ana Rosa Payán y el alcalde de Mérida, Patricio Patrón Laviada, ya disputan la candidatura, que se definirá el 14 de enero. En el PRI, la cercanía política con el gobernador parece favorecer al senador Orlando Paredes, si bien los ex diputados federales Carlos Sobrino y Rubén Calderón pretenden disputarle la postulación.

Baja California: bipartidismo

El 24 de junio una segunda gubernatura estará en disputa: Baja California. Entidad señera en ser gobernada por un partido distinto al PRI en los albores del salinismo, la primera victoria panista fue asociada entonces al acuerdo PRI-PAN que legitimó la figura presidencial de Carlos Salinas de Gortari.

Doce años después, el PAN busca ratificar por tercer periodo consecutivo su primacía política en el estado, iniciada con Ernesto Ruffo.

Con un padrón de un millón 526 mil 360 electores, la entidad es esencialmente bipartidista: PRI-PAN. Entre ambos se dividen el Congreso estatal y los ayuntamientos, con una muy escasa presencia del PRD. En los comicios federales más recientes, el PAN obtuvo 48.9 por ciento frente a 37.4 del PRI, en lo que corresponde a la elección de senador, la más representativa en cuanto al comportamiento político de la entidad.

Paralela a la elección de gobernador estará la disputa por el Congreso del estado, que en 12 años de gobierno panista no ha tenido una integración favorecedora al Ejecutivo. Los cinco ayuntamientos de la entidad también estarán en juego, que en la actualidad están divididos: Tijuana, Mexicali y Playas de Rosarito para el PAN; Tecate y Ensenada para el PRI.

En el PAN desde hace varios meses arrancó el proceso de elección de candidatos con cuatro aspirantes. Encabezan las preferencias el ex alcalde de Mexicali Eugenio Elorduy Walther y el presidente municipal con licencia de Tijuana, Francisco Vega. A ellos se suman el ex edil tijuanense José Guadalupe Osuna y el ex diputado federal Fortunato Alvarez Enríquez.

Aún no hay claridad sobre los contendientes del PRI, aunque han externado su intención el alcalde de Ensenada, Daniel Quintero, y el diputado federal Amador Rodríguez Lozano.

Michoacán

El 11 de noviembre concluirá el calendario electoral de 2001. Ese día, además de comicios en Puebla y Tlaxcala, estará en disputa la gubernatura de Michoacán, estado que hace seis años registró una cerrada contienda que se reflejó en una apretada victoria del priísta Víctor Manuel Tinoco Rubí, pero en un avance importante de PRD y PAN, cuyo candidato, Felipe Calderón Hinojosa, permitió un repunte blanquiazul que derivó en triunfos en 14 de las más importantes ciudades del estado.

El pasado 2 de julio, el candidato al Senado de la República de la Alianza por México fue Lázaro Cárdenas Batel, quien obtuvo 575 mil votos, más de 200 mil que los alcanzados por su candidato a gobernador en 1995, Roberto Robles Garnica, un hombre allegado entonces a Cuauhtémoc Cárdenas y que dimitiera del perredismo meses después de los comicios para integrarse al equipo de Tinoco Rubí.

El PRD obtuvo 10 de las 13 diputaciones federales y fue la única entidad donde el candidato presidencial Cárdenas obtuvo la victoria.

Al contrario de 1995, cuando la polarización de la contienda interperredista Robles Garnica y Cristóbal Arias impactó en la campaña constitucional. Para 2001 en el sol azteca se habla de un candidato natural: Cárdenas Batel.

Aunque faltan meses para la campaña, se han registrado brotes de división en el PRI. Una cadena de destapes comenzó con la postulación del oficial mayor del gobierno estatal, Fausto Vallejo.

Sin embargo, su candidatura se advierte más como intención del grupo de Tinoco Rubí para contener la abierta precampaña del ex senador y ex alcalde de Morelia Sergio Magaña Martínez, apoyado en un importante grupo empresarial. A su destape se han sumado los de el ex senador Ascención Orihuela, el ex dirigente estatal del PRI Víctor Silva, el empresario Alfredo Anaya, el ex líder de la CNC Julián Rodríguez, y el senador Antonio García Torres.

Diez Congresos en juego

En este año también estará en disputa la renovación de 10 congresos estatales.

Sobresalen por su impacto nacional los que se efectuarán el 7 de octubre, cuando se renueve el Poder Legislativo en Chiapas y se elijan 111 alcaldes en la entidad. El gobernador Pablo Salazar Mendiguchía -surgido de la Alianza por Chiapas- enfrenta un Congreso de mayoría tricolor, partido que gobierna 88 ayuntamientos.

Otros congresos que renovarán son Zacatecas y Tlaxcala, entidades gobernadas por el PRD. En el primer caso, la importancia de estos comicios para el gobernador Ricardo Monreal es que su partido obtenga mayoría en el Legislativo.

El PRD tiene sólo diez diputados y el Partido del Trabajo -que también postuló a Monreal-, dos más. El PRI tiene 12 diputados y el PAN seis. (CON INFORMACION DE RAUL LOPEZ TELLEZ, JORGE ALBERTO CORNEJO Y LUIS BOFFIL, CORRESPONSALES.)