MARTES Ť 2 Ť ENERO Ť 2001
Ť Balance del centro Fray Bartolomé de las Casas correspondiente al año 2000
Persisten violaciones a derechos humanos en Chiapas
JUAN BALBOA CORRESPONSAL
San Cristóbal de las Casas, Chis., 1o. de enero. Al hacer un balance del último semestre del año 2000, el Centro Fray Bartolomé de las Casas aseguró que las violaciones a los derechos humanos continuaron en las zonas indígenas; los grupos paramilitares ''siguen activos'', principalmente en la zona de los Altos y norte de Chiapas, y el Ejército Mexicano ''continuó su actividad hostil e intimidatoria'' en las regiones de influencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con una presencia que es en sí misma ''una forma de violencia indiferente ante sus efectos en la población civil''.
El informe -hecho público hoy- destaca que en la mayoría de los casos de violaciones de derechos humanos que involucran al Ejército Mexicano, persiste la impunidad ante la falta de respuesta de la Procuraduría de Justicia Militar, que encabezaba el hoy procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha, y por la falta de recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, que preside el obispo emérito Samuel Ruiz García, señaló que a pesar de los cambios resultantes de las elecciones federales y estatales, en Chiapas hubo durante los últimos seis meses personas torturadas, clima de violencia política en algunos municipios indígenas, la utilización de la ley y las instituciones por razones partidistas, religiosas o de intereses económicos, ''que provocaron una gran violencia entre las comunidades''.
En su análisis del último semestre del año anterior, el organismo expresó su preocupación por la violencia constante en municipios indígenas como San Juan Chamula y Las Margaritas, en donde se amenazó a católicos y evangélicos, hubo detenciones arbitrarias por parte de las autoridades, multas injustificadas impuestas por el ayuntamiento, destrucción de templos y la negación de acceso a la escuela a niños evangélicos.
El centro aseveró que los grupos paramilitares ''siguen activos'', y recordó -entre otras acciones- el desalojo violento que realizaron miembros de Paz y Justicia en los predios Progreso y Paraíso, en el municipio de Yajalón, además de que emitieron constantes amenazas a miembros de la organización civil Las Abejas. ''La principal preocupación es que atacaron a las personas que se reubicaron el 17 de octubre cerca de la comunidad de Yibeljoj'', municipio de Chenalhó.
''Con respecto al caso Acteal, continúan las investigaciones. Nosotros seguimos insistiendo en que se debe castigar a los autores intelectuales de la masacre y estamos preparando la presentación del caso ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en su próximo periodo de sesiones'', confirmó el Centro Fray Bartolomé.
Resaltó como un signo negativo para la pacificación de Chiapas, la ocupación por parte del Ejército Mexicano de predios que por ley pertenecen a indígenas. Puso el caso de Amador Hernández, en el municipio de Ocosingo, que si bien desocuparon hace unos días las fuerzas castrenses federales, los campesinos decidieron continuar un juicio de amparo que interpusieron, con el argumento de que la administración del ex presidente Ernesto Zedillo violó el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y la legislación agraria de México.
Llama Arizmendi a eliminar el racismo
El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, llamó a proponer, en el inicio el tercer milenio, una nueva vía del diálogo ''en un mundo marcado por tantos conflictos y violencias'', y convocó a eliminar el racismo contra los indígenas chiapanecos.
Al hacer su reflexión de fin de año, el prelado deseó que se concretice cuanto antes una paz profunda y permanente en Chiapas y México, e hizo suyas las últimas palabras del papa Juan Pablo II, cuando dice que el diálogo es el camino necesario para la construcción de un mundo conciliado y un tema decisivo para las perspectivas de la paz.
''Por ello, para que en Chiapas haya la paz que anhelamos se requiere que superemos actitudes racistas de menosprecio a los grupos étnicos de nuestra región; por el contrario, debemos ser humildes para apreciar todo lo bueno que conservan, aunque también siendo críticos, para ayudarles a eliminar todo aquello que sea contrario a los derechos fundamentales de las personas", puntualizó el obispo.