Estimada Carmen: Los jubilados del ISSSTE brindaremos con tecito de tila para recibir el siglo nuevo, y haremos un ayuno masivo de varios días en honor de las nuevas autoridades que retienen pensiones y aguinaldos hasta el 5 de enero. Algunos podremos echar mano de algún ahorrillo, pero la gran mayoría queda desamparada. Envío a ti en lo personal y a todos los que integran La Jornada ?lo que incluye por supuesto a sus lectores? mis mejores deseos para el año, el siglo y el milenio entrantes. 

Olga Harmony 

Señora directora: Sin duda en estas épocas existen asuntos nacionales de mucha trascendencia que nos interesan y se deben resolver. Sin embargo, creo necesario enfatizar nuestra constante preocupación sobre las universidades públicas, sobre todo lo referente al presupuesto, el cual sigue en "análisis y discusión". 

Nos preocupan los diversos comentarios de diputados, miembros del actual gabinete, periodistas, comentaristas, etcétera, unos a favor y otros en contra. 

¿En qué país globalizado o no se cuestiona o condiciona el apoyo a la educación superior? 

Resultan inverosímiles los cuestionamientos a instituciones como la UNAM, entre otras públicas, las cuales siempre han mostrado avances en cultura, arte, ciencia, tecnología, docencia e investigación. 

Tales cuestionamientos al parecer surgen de la huelga de 1999 en la UNAM; es decir, a causa de esta situación, "los altos mandos políticos y empresas privadas", determinaron por decreto que en nueve meses el conocimiento, grados y experiencia de la planta docente se esfumaron, que las investigaciones desaparecieron, que automáticamente los alumnos de excelencia se extinguieron, que todo académico, estudiante y trabajador de institución pública es malo. 

Caray, ¿todo esto ocurrió en sólo algunos meses? 

Los comentarios expresados en varias instancias sólo reflejan un enorme desconocimiento sobre las actividades ofrecidas y realizadas por las instituciones públicas de educación superior. ¿Será real desconocimiento o respuesta a intereses económicos muy particulares? 

En fin, conmino a todo académico, estudiante y trabajador a sentirse orgulloso de pertenecer a la UNAM, UAM, IPN, etcétera, instituciones que sin duda seguirán fortaleciendo a nuestra sociedad en todos los ámbitos; académicos, políticos, sociales e incluso privados. 

Demostremos con nuestro trabajo a la sociedad que sus aportaciones son fructíferas y que cuentan con nosotros a pesar de los intereses económicos y políticos. 

Esther Ramírez, académica de la UNAM 

Señora directora: En respuesta a la carta publicada el 24 de diciembre en el diario a su digno cargo, bajo el título "Solicitan impedir el cierre de calles", sección El correo Ilustrado, deseo hacer las siguientes precisiones. 

La colocación de un limitador de altura en la calle Cerro del Tesoro, esquina con Cerro del Agua, colonia Romero de Terreros, en la delegación Coyoacán, ha provocado diferencias entre los vecinos de la zona. 

La adopción de tal medida fue tomada a través del comité vecinal de dicha colonia, avalada por el respaldo de casi 600 firmas de quienes habitan en las mencionadas calles. 

Las razones no sólo tienen relación con la seguridad pública, sino también y sobre todo para evitar el paso de los camiones de alto tonelaje y microbuses fuera de ruta, cuyo peso resquebrajaba, con frecuencia, el pavimento, provocando fugas de agua. Pero no se impide el tránsito de automotores ni la entrada de camiones de gas o recolectores de basura. 

Hubo consenso vecinal en tales acciones, pero no faltaron las inconformidades, explicables en toda comunidad, argumentando obstáculos a la libre circulación de vehículos y de personas. 

Estas inquietudes fueron planteadas por escrito a las autoridades de la delegación Coyoacán, misma que ha señalado puntualmente que frente a esas y otras controversias actuará siempre con apego a la legalidad, haciendo cumplir las normas en la materia e interviniendo, cuando se le solicita, como mediadora ante las controversias vecinales. Esos han sido los lineamientos de la jefa delegacional María Rojo. 

Por otro lado, y a través del oficio número CSP/0420/00, de fecha 22 de noviembre, dirigido a la C. Socorro Godoy de Monroy, vecina de la calle Cerro del Agua, el coordinador de Seguridad Pública, Transporte y Vialidad, Jesús Escamilla, aclaró a los inconformes que "para que dicho limitador pueda ser retirado a través de las instancias pertinentes, se debe contar con el consenso vecinal, por lo que en lo subsecuente debe hacer llegar a esta delegación sus sugerencias acompañadas de los nombres, domicilios y firmas de los vecinos que solicitan el retiro, con el fin de integrar un expediente con el respaldo ciudadano correspondiente". 

Hasta la fecha no se ha recibido respuesta alguna a esta petición. Las autoridades delegaciones están abiertas a las propuestas e iniciativas ciudadanas. 

Licenciada Luz Alicia Aguilar Fuentes, coordinadora de Comunidad Social 

Señora directora: Por medio de la presente quiero expresar mi inconformidad y disgusto por lo acontecido el pasado 9 de diciembre en el aeropuerto Kennedy de la ciudad de Nueva York, en el vuelo de Aeroméxico 403, con destino a la Ciudad de México. 

Me presenté en el mostrador de Aeroméxico para documentar mi equipaje y en ese mismo momento se me avisó que sólo podía documentar dos piezas, sin posibilidad de pagar exceso de equipaje. En ese momento me encontraba viajando de regreso a México después de haber estado viviendo dos años en la ciudad de Nueva York, y llevaba cinco piezas de equipaje, además no tenía ningún modo de dejarlas en ese momento con algún conocido; sin embargo, estaba dispuesto a pagar el exceso de equipaje, de acuerdo con lo indicado en la información que se me proporcionó con los boletos. 

En lugar de eso recibí una respuesta de lo más arbitraria e intransigente por parte del gerente que estaba a cargo del centro de documentación de pasajeros. En vista de la premura de mi viaje tuve, literalmente, que deshacerme de dos maletas con pertenencias muy apreciadas para mí. 

Estoy sumamente disgustado con su compañía, especialmente porque yo confirmé mi reservación con cinco días de anticipación, y podría haber hecho arreglos más sensatos con mi equipaje si se me hubiera avisado que ese tipo de medidas iban a ser tomadas, pero en lugar de eso me obligaron a abrir mis maletas en una sala de espera, escoger apresuradamente las pocas cosas que aún cabían en mi equipaje de mano y tirar el resto a la basura. 

¿Fue prepotencia del gerente? ¿Fue una medida de la compañía? De ser así, ¿por qué no lo avisaron a la hora de comprar o confirmar los boletos? 

Siento mucho que su compañía haya decidido tomar ese tipo de políticas para con sus clientes. Por muchos años he escogido a Aeroméxico siempre que me era posible, pero en el futuro tendré que considerar la posibilidad de recurrir a otra compañía para viajar. 

Dr. Juan Salas Benito 

Señora directora: Los defensores de los derechos humanos del STUNAM, como ciudadanos de la ciudad de la esperanza, externamos nuestra voz al bando número 16 del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Manuel Andrés López Obrador, ya que consideramos que está encaminado a recobrar la dignidad de la Policía Auxiliar metropolitana. 

Lo ético y axiológico, pues, es que regresen las escenas que muchos de nosotros recordamos y añoramos, como cuando íbamos de la mano de nuestros padres y veíamos a los agentes de tránsito rodeados de regalos en su día y la sensación de protección y confianza que nos daban. Los cambios para regresar el bien social por el mal llegan poco a poco y en eso estamos comprometidos todos como ciudadanos, ¡bienvenidos los bandos! 

Unidos con los derechos humanos para el bienestar social 

Promotores y defensores de los derechos humanos del STUNAM, Francisco Castro M., Adrián Pedrozo C., Alicia Andrade R., y varias firmas más 

Señora directora: Ojalá que en la mayor parte de los hogares de nuestro amado país siga el "recalentado" por varios meses más. Esto implicaría, simple y llanamente que, entre otros elementos a considerar, bajarían las tasas de interés, la inversión crecería, y el empleo también. En ese escenario, tan lejano y olvidado, seríamos marías y josés en el país de las maravillas. (San Keynes, cobíjame). Es mi deseo, que los vochos vayan pletóricos de comestibles y ropa, que la tele no estupidice más a mis compatriotas y que el changarro anexo a mi casa esté siempre lleno de clientes. Aprovecho la ocasión para desearles buen año al taxista y a sus dos compinches quienes me asaltaron en la colonia Guerrero y me robaron 200 pesos y mi reloj luminoso, de 80. 

Adolfo Martínez Armas