En el 2000, los ritmos latinos conquistaron el mercado

Dpa, Madrid, 29 de diciembre Ť Si 1999 significó el principio del "boom" latino con la actuación de Ricky Martin en los premios Grammy, el 2000 pasará a la historia como el año en que los ritmos latinos conquistaron un lugar definitivo en el mercado.

Los nueve Grammy que el guitarrista mexicano Carlos Santana ganó en febrero marcaron un hito en la historia de la música. Nunca antes un artista de origen latino había recibido un reconocimiento tan amplio en la entrega de los galardones más prestigiosos de Estados Unidos. Décadas después de su consagración en el Festival de Woodstock, Santa logró un regreso más que triunfal con el disco Supernatural, en el que supo combinar hábilmente tradición y vanguardia, y demostró que lo latino no es sólo una moda, sino que tiene raíces muy sólidas de las que la música se nutrirá por muchos años más.

Grammys latinos
 
Por otra parte, en septiembre, y con bastante polémica de por medio, se entregaron los primeros Grammy dedicados pura y exclusivamente a los sonidos latinos. Para ello, NARAS, la entidad que concede los Grammy tradicionales, creó la Academia Latina de las Artes y las Ciencias de la Grabación (LARAS), con un importante impulso del matrimonio compuesto por Gloria y Emilio Estefan, los "padrinos" de la música latina.

Los Grammy latinos fueron criticados desde los más diversos frentes. Los representantes de la música tradicional mexicana se sintieron discriminados. LARAS fue acusada de privilegiar a los músicos de la "fábrica Estefan". Se dijo que los criterios que primaron a la hora de elegir a los galardonados fueron los comerciales. Y hubo quien opinó que no hacía falta crear esos premios y que sigue siendo más prestigioso ganar un Grammy tradicional.

Pero a pesar de todo, hubo cierto consenso generalizado respecto de que los Grammy latinos son una gran oportunidad para difundir los ritmos hispanos en el mundo. El tiempo dirá quién lleva la razón.

Grammys aparte, el mercado latino se movió como nunca antes. Su rey, Ricky Martin, salió a defender su cetro con un nuevo disco, Sound Loaded. Tras él, toda una serie de cantantes pop latinos y jóvenes ?entre ellos, Enrique Iglesias, Marc Anthony, Chayanne y Shakira? están en pleno "crossover" hacia el mercado angloparlante y el 2001 podría ser el año de su consagración.

También resulta exitosa la fórmula inversa ?pasarse del inglés al español?, que fue la que aplicó Christina Aguilera. Y está quien, como Alejandro Sanz, arrasa en las listas de  ventas de todo el mundo sin necesidad de abandonar el castellano.

Las bodas dan éxito

Las malas lenguas señalan otra vía para alcanzar el éxito: casarse con el presidente de una casa discográfica, que es lo que hizo la mexicana Thalía al contraer matrimonio hace pocas semanas con el presidente de Sony Music, Tommy Mottola, el ex de Mariah Carey.

La música tradicional cubana siguió de parabienes este año. Los veteranos músicos reunidos por Ry Cooder para Buena Vista Social Club tuvieron rendido a sus pies sobre todo al público europeo.

Y otro documental musical capturó la atención. En Calle 54 el español Fernando Trueba presenta un compilado de lo mejor del jazz latino que incluye, entre otras cosas, una de las últimas actuaciones de Tito Puente, el rey del timbal, muerto la madrugada del 1 de junio a los 77 años en Nuevo York.

El 2000 fue también el año del desborde de creatividad del argentino Andrés Calamaro, que sacó un disco quíntuple bajo el título de El Salmón. Fue además el año en el que Manu Chao, el ex líder de Mano Negra, desató la Manumanía en toda América Latina con sus recitales semiclandestinos.

Además, el cantautor catalán Joan Manuel Serrat dedicó un disco a varias de sus canciones latinoamericanas preferidas, desdoblando su personalidad en Tarres/Serrat. Y fue además indiscutiblemente el año de Joaquín Sabina, que no sólo sacó un disco nuevo, 19 días y 500 noches, que fue un éxito en todas partes, sino que salió de gira por toda Latinoamérica y editó luego un álbum doble hace pocas semanas, titulado Nos sobran los motivos.