SABADO 30 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Destacan el programa La Calle es de Todos y los más de mil libroclubes
Experiencias culturales, recuento del gobierno del DF
Renato Ravelo Ť Experiencias culturales es el título del recuento de actividades en ese rubro por el Gobierno del Distrito Federal anterior, en el que destacó La Calle es de Todos, programa mediante el que se desarrollaron mil 257 funciones musicales con poco más de 5 millones y medio de visitantes.
En la memoria de actividades se destaca, asimismo, que se abrieron mil 9 Libro clubes y se distribuyeron medio millón de libros en las 16 delegaciones, para más de 110 mil socios. Sin embargo, no todos funcionan en condiciones óptimas, reconoce el informe.
Con base en estudios de evaluación, realizados el pasado octubre, ''80 por ciento de los Libroclubes funcionan bien, 10 por ciento regular -no abren de acuerdo con sus horarios, tienen pocas sesiones de lecturas, no se utiliza el fondo o no se ha incrementado el acervo, el responsable es apático o no es apto para la promoción de la lectura-; el restante 10 por ciento ha cerrado, no se presentó más el responsable o el acervo está guardado y, en algunos casos, en parte, perdido". El costo de este programa durante tres años ascendió a 20 millones de pesos.
En La Calle es de Todos se contó lo mismo con la participación de Joan Manuel Serrat, que de Chavela Vargas, Manú Chao, Celia Cruz, Ibrahim Ferrer, Charly García, Joaquín Sabina, Los Tigres del Norte, La Sonora Santanera. Carlos Prieto y la Filarmónica de la Ciudad de México. Sin duda, éste fue uno de los programas más relevantes y criticados, y se le impugnó por ser populista.
Así, se justifica el gobierno capitalino, cuya gestión culminó el pasado 4 de diciembre: ''La ciudad moderna requiere superar las fronteras que la delimitan como un espacio exclusivo para la reproducción, el trabajo, el comercio, el tránsito y la política; requiere crear otros vínculos que hagan posible la convivencia pacífica de los que la habitamos".
Vigoroso impulso al teatro
El Instituto de Cultura, en particular, dio impulso al teatro, tanto con su programa de teatro en atril -consistente en lecturas dramatizadas, como el de sencillas representaciones de teatro clásico griego-. Ambos, se asegura, sumaron 2 mil representaciones que llegaron a 200 mil espectadores.
Con un éxito no tan marcado, se desarrollaron diversos programas de danza en las explanadas delegacionales. El más numeroso es el que convocó a cerca de 7 mil 500 personas en la explanada de la Venustiano Carranza, que sirvió como homenaje a Raúl Flores Canelo, Bodil Genkel y Eva Zapfe.
En artes plásticas, sin duda, además de las exposiciones impulsadas por el Instituto de Cultura, la más característica de las muestras -en el tono de la toma de calles- fue Libertad en Bronce que reunió en el Paseo de la Reforma más de 80 esculturas, de Leonora Carrington y Manuel Felguérez, entre otros. Esta fue complementada por Columnas, con 33 piezas, también montadas en esa avenida.
En promoción literaria, uno de los actos estelares fue la edición de 100 mil ejemplares de Piedra del sol, poema de Octavio Paz, con su lectura pública a cargo de Alberto Blanco, José Luis Rivas, Eduardo Milán, María Baranda y Verónica Volkow.
Entre los pendientes que se consignan en la memoria de actividades, uno de los principales es el relativo al trato administrativo con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes: ''Habrá que negociar las aportaciones del presupuesto federal de cultura que le corresponde al Distrito Federal, y en cuanto a las relaciones políticas, habrá que estudiar la manera de integrar los programas federales que se ejecutan en la capital a los programas locales y comenzar la recuperación de la infraestructura cultural que le corresponde por derecho a la ciudad de México".