VIERNES 29 DE DICIEMBRE DE 2000

ANDANZAS

Mito y genio en la danza

Colombia Moya Ť Ahora, el panorama de los espectáculos escénicos en los que la danza es parte de su columna vertebral, un tanto aminorado por las fiestas decembrinas, tal vez nos da oportunidad de tratar, para usted que se encuentra apaciblemente lejos del bullicio vacacional de playas y centros de "descanso", sobre algunos puntos que de una u otra manera forman parte de la cultura nacional (según parece, en vías de democratizarse en el ancho corazón de la ciudadanía).

Para ello, es preciso revisar nuestros conceptos sobre la cultura, el fenómeno estético, y el "misterio" del arte, ya que la mitología periodística y publicitaria sobre obras y personajes parece cobrar más fuerza y poder cada día, haciéndonos a todos, en más de una ocasión, tragar gato por liebre. De este modo ya se han colado en el olimpo de los genios, de la talla de Nijinsky, Barishnikov, Duncan y otros, personajes conocidos, de carne y hueso, que al lado de la barra o en la arena de la danza difícilmente podían estirar las rodillas o en otros casos, de la bola nunca salieron.

Es triste el oportunismo reinante, el descaro y la impunidad con que se arman e inventan trayectorias y talentos, brillos y aportaciones que, más que verdaderos genios, son producto de una ubicación privilegiada en la amplia red de compromisos y componendas que representa un presupuesto constante y sonante durante decenios, apuntalado por agoreros y gurús de la cultura nacional, más temidos que respetados en más de una ocasión.

Mientras tanto, el corazón del problema, la educación artística, como pelota deshilachada, sigue dando tumbos de matatena en el juego amo ató de la incompetencia y la ignorancia, por más que se tenga la mejor voluntad del mundo. La brújula, el destino de educación y desarrollo, marca el mismo destino desde que era niña por más que la parafernalia babilónica del poder y la cantidad, aún no alcanzan a dar los verdaderos pasos para transformar a ésta en calidad, en el caldo de cultivo que realmente alimente a los verdaderos talentos que generación tras generación se marchitan agotados ante el muro pétreo de la realidad; una educación artística raquítica, plazas saturadas y un juego fantasmal de oferta-demanda, más allá de toda interpretación de nuestra realidad.

En tanto, como en la guerra sin espada o a la escuela sin lápiz, cientos de jóvenes deben adoptar sin la preparación ni la dignidad adecuada diversas formas de ganarse la vida, "bailando un poco", moviendo el cuerpo, mostrándolo, tal vez preparándose para los posibles "casinos" en vías de asentarse "legalmente" en nuestro país. Así, sin sacrificios humanos, habrá que revisar cuidadosamente la preparación técnica y humana para la ente que representa "la otra cultura", la no exquisita ni inflada por la corriente compulsiva del mito y el rollo, y que debe enfrentarse a la máquina devoradora del consumismo y la productividad, si no, que se revise el renglón de ingresos.

Hoy, como nunca se perfilan los verdaderos amos de la batuta en inevitable compromiso, los comerciantes, y los "comunicadores", producto y publicidad, crean el binomio infernal del siglo XXI, y sálvese si puede. Cómo sensibilizar a la ciudadanía y "ser cultos para ser libres" sin mentiras ni circo... le entraremos a las telenovelas, seguiremos comprando series extranjeras para respirar en la televisión cultural... o hablando siempre de los mismos?...