MIERCOLES 27 DE DICIEMBRE DE 2000

Carlos Martínez García

Pueblos indios y cambio religioso

Como la sociedad mexicana en su conjunto, los pueblos indios se transforman y los principales agentes de ese proceso son preponderantemente endógenos. Desde distintas tribunas y puntos de vista, se les quiere negar a los indígenas mexicanos el derecho a preservar, renovar o construir nuevas identidades sociales, políticas y religiosas. Se intenta tender sobre ellos un manto protector de influencias externas y nocivas, consideradas así a juicio de un buen número de apologistas de autarquías culturales indias. ƑPero, y lo(a)s mismo(a)s indio(a)s piensan igual que sus defensores mestizos modernos o posmodernos?

No sobra señalar que las comunidades indígenas, en sentido contrario de lo que superficialmente se observa desde afuera de ellas, son diversas en distintos aspectos de la vida social. En términos religiosos esa diversidad se ha venido construyendo por variados caminos. Es una equivocación explicar el cambio religioso en las poblaciones indígenas por medio de la teoría de la invasión misionera, sea esta conformada por nacionales o extranjeros. Por supuesto que los esfuerzos misioneros de grupos no católicos, principalmente evangélicos y paracristianos (testigos de Jehová y mormones), conforman una de las vías de expansión de nuevos credos entre lo(a)s indio(a)s de México. Pero no ha sido la modalidad más importante ni la que mayores cosechas ha levantado, aunque sí la más favorecida por intérpretes que gustan de privilegiar el papel de los factores exógenos en la reconfiguración del campo religioso. Esta hermenéutica presenta a lo(a)s indio(a)s que migran espiritualmente a otros credos distintos del católico romano como seres pasivos, inermes e incapaces de negociar cognoscitivamente con las propuestas religiosas que llegan y se asientan en sus poblados. Es una explicación ofensiva para lo(a)s indio(a)s, porque lo(a)s considera menores de edad y sujetos de manipulación por parte de cualquier predicador que se les presente.

En una sociedad en la que existen intercambios de ideas, productos y contactos con otros grupos humanos, los indígenas mexicanos interactúan con su entorno y toman o rechazan de él distintas propuestas culturales y religiosas. Una de las vías poco exploradas en la inserción de nuevos credos entre los indios es la conformada por quienes al salir de sus comunidades por distintas causas, que pueden ser comerciales o de migración por razones laborales, regresan a ellas con una nueva adscripción religiosa distinta a la tradicional y se convierten en el foco de irradiación de aquella fe descubierta fuera de la comunidad de origen. Pero, como es más atractivo o funcional a ciertos prejuicios descubrir a los misioneros güeritos o mestizos agazapados y financiados por transnacionales de la fe, que documentar el papel central de los nativos en la diseminación de la nueva creencia, entonces la tendencia es sobrevalorar la actuación de los primeros y casi desaparecer a los segundos. ƑEstaremos ante una variedad de racismo que invisibiliza a los indios no católicos?

Desafortunadamente la teoría arriba bosquejada fue la que permeó el reportaje de Matilde Pérez (La Jornada, 19/12/2000). Es por esto que consignó la diseminación entre los huicholes de credos evangélicos, en su vertiente pentecostal y adventista, y de grupos identificados con los testigos de Jehová como resultante de una oleada misionera foránea. Entrevistó a los huicholes que se oponen a la presencia de los disidentes religiosos, pero no tuvo la misma disposición con lo(a)s indio(a)s protestantes para conocer su punto de vista sobre por qué mutaron de práctica religiosa. La reportera reproduce pareceres de un huichol tradicionalista, Samuel Salvador: "Ya no queremos más sectas en contra de nuestra cultura; no más Pentecostés ni evangelistas, no más aleluyas. No aceptamos inhibiciones ni competencias a nuestra religión... En San Andrés y Santa Catarina les hemos pedido que no escuchen a esos religiosos porque van a romper con nuestra unidad y armonía. Les hemos dicho que ese no es el camino adecuado". Según Matilde Pérez, "parece que las sectas están ganando esta batalla", ya que, de acuerdo con su informante, "hasta algunos mara'akames, los responsables de trasmitir tradiciones y costumbres, ya se volvieron protestantes".

No se le concede espacio a los integrantes de las sectas, término usado por la reportera y que en nuestro contexto es peyorativo, ni ejercicio documental o interpretativo acerca de por qué incluso algunos mara'akames (chamanes) se están convirtiendo al protestantismo. En el proceso de aceptación de un nuevo credo inciden múltiples factores, internos y externos al converso, pero de ninguna manera la persona es un receptor pasivo y desarmado ante el mensajero de la propuesta religiosa. Hay razones internas -comunitarias, familiares y personales- que es necesario aquilatar para comprender la mutación religiosa. Además de todo esto, lo(a)s indio(a)s tienen el derecho a conservar, cambiar o a no tener credo religioso, como el conjunto de lo(a)s mexicano(a)s. A menos que alguien quiera regatearles ese derecho humano y constitucional.