Ť Panteón Rococo y Salario Mínimo, en el acto
Conmemoran con rock el tercer aniversario de la masacre de Acteal
Javier Molina Ť Para recordar el tercer aniversario de la matanza de Acteal, este viernes se llevó a cabo un festival de rock en la Plaza de la Paz, en San Cristóbal de las Casas, con la participación de los grupos Ameneyro, Salario Mínimo, Antidoping y Panteón Rococó.
El concierto comenzó a las cuatro de la tarde y
fue in crescendo hasta finalizar a las ocho de la noche. Una tarde
fría que se fue calentando con el baile, la música, el entusiasmo
de los participantes.
"Creemos que participar en un acto como estos es importante,
porque no debemos dejar que se olviden hechos como los ocurridos en Acteal,
porque tenemos que tener cierto sentido de hacia dónde se mira en
este país. Estamos muy contentos y al mismo tiempo muy orgullosos
de poder participar", dijo Felipe Bustamante, del Panteon Rococó.
Daniel Vallejo, sax de Ameneyro, precisó: "a final de cuentas todos
somos la resistencia".
En el acto, Benjamín Anaya hizo circular su libro Neozapatismo y rock mexicano, en cuyo prólogo afirma José Agustín: "reflexiona sobre la estructura y la infraestructura roquera, y presenta una crónica del crecimiento del entusiasmo de los rockeros por la rebelión zapatista de Chiapas, especialmente a partir de la convención de 1994, el nuevo Aguascalientes y Nueva babilonia. Es un libro muy útil y muy adecuado para leerse en este nadir de la sociedad civil, en el franco desastre de la izquierda tradicional y en la cada vez mayor necesidad de nuevas vías de convergencia".
Todos los músicos, procedentes del Distrito Federal, demostraron ampliamente su compromiso con esta lucha que sigue, compartido por los (más o menos) dos mil jóvenes que llenaron la plaza, a pesar del frío decembrino.
Abrió Ameneyro con un dulce y al mismo tiempo bailable jazz latino. Con Patricia Reyes, en el piano, comenzó con I walked bud, de Thelonius Monk, y concluyeron invitando a Daniel González, la voz de Salario Mínimo, a entonar los versos de José Martí, en su arreglo de la canción Guajira: "Cultivo una rosa blanca, en julio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca". Para entonces la mayoría estaba ya bailando, cada vez con más animo.
Para cuando los integrantes de Panteón Rococó arribaron al escenario, por ahí de las siete de la noche, ya podía pensarse perfectamente bien que la música quita el frió. Las consignas iban todas orientadas a nuevas formas de decir, la música fusionaba nuevos y distintos ritmos: jazz, son, ska, rock, reggae.
Ameneyro, Salario Mínimo y Panteón Rococó habían estado en el municipio autónomo de Polhó el domingo anterior, donde la gente también estuvo bailando, incluso los niños, todos felices y contentos.
Así se conmemoró en esta ciudad, frente a la Catedral en donde se iniciaron los diálogos de paz, los tres años de la masacre de Acteal, con un público joven, aburrido ya de los esquemas y abiertos a nuevas formas de hablar.
En un momento dijo Jacobo Govea, voz de Antidoping: "sabemos de donde salen las balas y de donde sale la palabra" .