DOMINGO 24 DE DICIEMBRE DE 2000

Ť Escenas de alegría y llanto al rencontrarse uniformados y familiares

Libera el ELN en Bucaramanga a 42 policías y soldados colombianos

Ť La decisión rebelde prueba que la reconciliación y la paz son posibles, dice el gobierno de Pastrana

Afp, Ap, Pl y Reuters

Bucaramanga, 23 de diciembre. En medio de abrazos, aplausos, alegría y llanto, se rencontraron este sábado con sus familiares los 42 soldados y policías que poco antes había puesto en libertad el guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN), como un "gesto humanitario" que espera sea respondido por el gobierno del presidente conservador An-drés Pastrana.

Los uniformados estuvieron en-tre dos y tres años en cautiverio en poder del grupo armado.
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La liberación, que había sido previamente anunciada por las partes, se produjo en el caserío de Miraflores, del municipio de Convención, departamento de Norte de Santander, de donde luego los uniformados serían trasladados en dos helicópteros hasta Bucaramanga para ser recibidos por las autoridades y sus familiares.

La entrega por el ELN se hizo en presencia de delegados del gobierno encabezados por el co-misionado para la paz, Camilo Gómez, de la Iglesia católica, la Cruz Roja colombiana, el Comité Internacional de la Cruz Roja y diplomáticos de Cuba, España, Francia, Noruega y Suiza.

Los liberados fueron 30 militares, 10 policías y dos agentes del servicio secreto, a quienes se so-metió a una primera revisión mé-dica y mediante la firma de un acta se selló su entrega.

Habían permanecido en manos de la segunda guerrilla más im-portante del país entre dos y tres años luego de ser capturados en su zona de influencia.

Por parte del ELN estuvieron presentes los líderes rebeldes Francisco Galán y Felipe Torres, quienes gozaban de un permiso especial del gobierno luego de salir momentáneamente de la cárcel de Itagui, en Antioquia.

Sin embargo, los comandantes guerrilleros dijeron que otros tres uniformados --que iban a ser li-berados hoy-- serán entregados después por hallarse en otros si-tios más distantes.

Alegría y suculenta cena

Por lo pronto, tras la liberación los uniformados --que vestían camisetas blancas con mensajes de paz-- fueron recibidos en un centro vacacional de la policía en Bucaramanga por el comandante de esa institución de seguridad, general Luis Gilibert, y otros compañeros de armas.

Luego se les llevó a un comedor engalanado con arreglos navideños, donde en compañía de sus familiares, que daban muestras de gran alegría, se les ofreció una su-culenta cena al ritmo de los trad  icionales villancicos.

Posteriormente asistirían a un oficio religioso y serían sometidos a nuevos exámenes médicos.

El gubernamental alto comisionado para la paz, Camilo Gómez, calificó la liberación de los uniformados como un "hecho positivo" que prueba que la tan anhelada reconciliación "es posible" en Colombia, y que con esto se le devuelve la confianza al pueblo de que la paz puede ser alcanzada.

Gómez confirmó que el gobierno avanza en el tema de la creación de una zona desmilitarizada de cerca de 5 mil kilómetros cuadrados que abarca tres municipios limítrofes con los departamentos de Antioquia y Bolívar, y que para tal efecto sostiene conversaciones con los pobladores y las autoridades de aquella región.

Vocación pacifista

El ELN emitió una nota firmada por el comandante Francisco Ga-lán, en la que señala que se trata de "un gesto inocultable de su vocación de paz, de su humanismo expresado en esta simbología", y que los diálogos que esa guerrilla lleva a cabo con el go-bierno colombiano en Cuba han abierto una "posibilidad cierta" para un proceso de paz.

El jefe militar del ELN, Antonio García, llamó a su vez a que sean acompañados en "este esfuerzo de paz, para construir una patria diferente" y "más justa".

Añadió que varios de los uniformados padecían enfermedades tropicales, pero que algunos de sus compañeros presos en cárceles del país también sufrían de quebrantos de salud.

El procurador general de la nación, Jaime Bernal, al referirse al gesto de la guerrilla dijo que era "un hecho de paz clarísimo", interpretado en el sentido de que la insurgencia del ELN tiene de-seos y vocación para adelantar el proceso de pacificación.

No obstante que el ELN no an-tepuso ninguna condición para esta liberación, el senador conservador Enrique Gómez Hurtado pidió al gobierno de Andrés Pastrana una aclaración acerca de los alcances del "acuerdo" logrado con los rebeldes para la liberación de los soldados y policías.

Advirtió el legislador que sería deplorable que la liberación fuera a cambio de satisfacer la exigencia del ELN de desmilitarizar una extensa región del norte del país sudamericano, ya que supondría la "entrega de decenas de colombianos a nuevos campos de concentración en Magdalena Medio, que estaría configurando un he-cho de consecuencias atroces".