DOMINGO 24 DE DICIEMBRE DE 2000
Ť Un documento interno niega que la derrota del 2 de julio se considere un desastre
Los ''planteamientos básicos'' del PRD, vigentes
Juan Antonio Zúñiga M. Ť Los planteamientos básicos del PRD en materia de programa social, régimen democrático, superación del neoliberalismo y defensa de la soberanía "siguen teniendo fuerza y prestigio en el país", a pesar de la derrota del 2 de julio, la cual "no fue programática sino político-electoral".
Así lo sostiene el anteproyecto Línea política elaborado como base de las discusiones rumbo al sexto Congreso Nacional perredista, por la presidencia de la Comisión para la Reforma del Partido, a cargo de Pablo Gómez.
Según el PRD, plantea este documento, "la derrota del 2 de julio no significa un desastre, pero debe ser aquilatada de tal manera que el partido logre su relanzamiento como opción de cambio democrático y popular".
Enumera, entre los factores que determinaron que el PRD no lograra encabezar la gran corriente opositora nacional, "las anuladas elecciones internas del 14 de marzo de 1999 que proyectaron un desprestigio al partido ante la ciudadanía; el desorden interno en sus filas, los recurrentes conflictos internos en varios lugares del país y la decisión de no convertir al gobierno capitalino en un fuerte ariete opositor".
Uno de los rasgos del panorama político nacional, caracteriza, radica en que, como fenómeno social, "el viejo sistema de partido de Estado ya no es vigente, aunque persiste en algunos estados del país, especialmente del centro, sur y sureste".
Sin embargo, puntualiza, "no ha surgido un nuevo régimen político basado en la democracia y los derechos individuales y colectivos del pueblo mexicano: el Estado apenas ha empezado a democratizarse".
Pero "la conducción del Estado se caracteriza por el predominio del llamado neoliberalismo económico y social, cuyos objetivos fundamentales son los de estrechar al mínimo posible la responsabilidad social y económica del Estado, entregar en mayor medida a los grupos empresariales, nacionales y extranjeros, los recursos de la nación -incluidas las tierras productivas- y la infraestructura del Estado".
Además, enfatiza: "La caducidad del sistema de partido de Estado no implica que automáticamente desaparezcan las instituciones, leyes y costumbres que correspondieron a tal régimen". Y vaticina: "Durante los próximos años seguirá siendo necesario combatir las viejas fórmulas presidencialistas y antidemocráticas, las cuales se encuentran en casi todas las leyes y en las formas de hacer política".
Por lo mismo, perfila para el PRD la necesidad de "pugnar por las reformas constitucionales que le otorguen mayores facultades a los legislativos federal y de los estados, a las entidades y a los ayuntamientos".
Es necesario, explica el anteproyecto, "modificar casi todas las leyes en donde se encuentran las 'facultades delegadas' al presidente y los gobernadores, así como transformar los ayuntamientos en gobiernos colegiados".
Más directo: derogar las disposiciones legales que le confieren a los poderes ejecutivos la capacidad para alterar el gasto público mediante acuerdo extra presupuestal, sin tener que recurrir al Poder Legislativo correspondiente".
Dentro de la línea política propuesta para la discusión interna entre perredistas se plantea que la reforma de los sindicatos tiene que verse como parte de un nuevo régimen político, "ya que éstos, en su mayoría, han operado como organizaciones de Estado".
Las juntas de conciliación y arbitraje deben desaparecer y ser sustituidas por dos instancias: la de conciliación y la de los tribunales de pleno derecho, sostiene.
También propone que el Poder Ejecutivo, como autoridad para el registro de los sindicatos, tiene que dejar su lugar a "una institución independiente e imparcial, encargada de garantizar el ejercicio del derecho de los trabajadores de elegir a sus dirigentes mediante el voto directo, secreto y universal de sus agremiados".
El anteproyecto Línea política contiene 51 puntos que abordan prácticamente todos los aspectos del acontecer nacional desde la perspectiva perredista.
De entre ellos sobresale un planteamiento específico de autodeterminación: "La Constitución Política es el marco fundamental del ejercicio de la soberanía de México, y ningún acuerdo, pacto o relación de cualquier naturaleza (con el exterior) puede ubicarse por encima de las definiciones constitucionales".
Acerca de la incesante salida de mexicanos al exterior, sostiene que "la recuperación salarial y el aumento permanente del empleo en México, tendría que ser el marco general de la solución del problema de la migración de la fuerza de trabajo mexicana hacia Estados Unidos".